¡El mundo no cambia en las urnas!

La libertad de elección de patrones no abole ni a los patrones ni a los esclavos

Texto de la colectividad de la ocupación de » Evangelismós» en Heraclión, Creta

En las elecciones municipales y regionales que se van a celebrar dentro de unos días[1], todos los ciudadanos  «activos» de «nuestra » democracia miserable serán llamados por una vez más a desempeñar el papel teatral al que el Poder llama «derecho democrático electoral». Las elecciones son uno de los fraudes mejor montados por la Dominación, para cultivar en las mentes de sus súbditos la ilusión de que ellos y sólo ellos eligen el camino de su futuro. Sin embargo, este «futuro» en concreto está desde el principio adornado con dilemas, que todo Poder político plantea al pueblo. Antaño el dilema era el temor de la desviación constitucional mediante un golpe de estado, ahora se llama «sumisión a las decisiones del gobierno o desestabilización. Para las elecciones municipales y regionales de este año las planas mayores de los partidos han convertido este dilema en posición política principal de ellos. Con este truco la gente se convierte en víctima de varios chantajes (falta de gobierno a causa de la abstención electoral, colapso de la economía y quiebra del país, pérdida de la soberanía institucional y nacional, etc) de agentes políticos y económicos, y aterrorizada no puede ponerlos en duda, optando al final por su esclavitud voluntaria.Puede que las elecciones del 7 de noviembre se celebren para la elección de alcaldes y jefes de consejos regionales, pero en realidad las elecciones locales siempre han sido una micrografía de las nacionales, con los magistrados locales competiendo con los «padres de la nación» en demagogia, estafas, «favores», y sobornos. Pues es natural, ya que los candidatos a alcaldes y los jefes de los consejos regionales, que también suelen ser elegidos y  a la vez son mandos de partidos, mientras que muchos de ellos en los grandes centros urbanos han ostentado puestos gubernamentales y ministeriales, y como sabemos, tales puestos están íntimamente vinculados con ciclos de inversores y empresarios. Estos lazos vienen a potenciarse aún más a través del «proyecto Calícrates», con el cual se pretende una limitación significante de los gastos corrientes de los municipios y de las regiones y recortar los recursos financieros y humanos. Este proyecto desarticula cualquier servicio social que se haya quedado, obsequiándolo a particulares. Asocia el funcionamiento de los servicios municipales con criterios basados en el beneficio, deshace relaciones laborales, poniendo las normas del mercado más profundamente en nuestra vida.

Todo esto conduce a la formación de los «gobiernos» locales, con el nombramiento de los vicepresidentes de los consejos regionales por el jefe de ellos, quien jugará el papel de un «primer ministro» local. Por lo tanto, en vez de la renombrada «descentralización» tenemos una concentración excesiva de instituciones de autoridad y de riqueza pública en manos de una élite minoritaria partidista y el aumento de la distancia de la gente de los centros de la toma de decisiones. La abstención consciente de las elecciones es un acto de dignidad política, que en cierta medida refleja el hastío de la gente ante un sistema político totalmente corrupto. Pero ahora es apremiante dar un paso más. A dejar de entregar nuestro destino a «expertos» y auto-proclamados «salvadores» y tomar la situación en nuestras manos.

A crear estructuras auto-organizadas tanto a nivel de las luchas sociales contra el presente y futuro sombríos que nos están preparando, como en cada aspecto de nuestra cotidianidad, en cada barrio, pueblo y lugar de trabajo. Estructuras sobre la base de una verdadera solidaridad y apoyo mutuo, en lugar de la competencia caníbal que nos están imponiendo. Con asambleas populares en las que decidiremos nosotros por nosotros, en conjunto y por igual los problemas que nos preocupan, sin la tutela de gobernantes, jefes, y de todo este vulgo de los zánganos de la Soberanía. Estas y otras percepciones anti-autoritarias similares por la gestión colectiva de los bienes a través de anti-instituciones participativas, de democracia directa y otros, que la gente libremente imagina y pone en práctica, no son solamente unas ideas de los movimientos anarquistas en toda la Tierra. Constituyen una necesidad apremiante frente a un modelo de organización social, las contradicciones y los disparates del cual, nos han llevado hoy a una situación de crisis multidimensionalmente límite que lleva la humanidad y la naturaleza a la extinción final. Tales modelos auto-organizados no son utópicos. Han existido a lo largo de la historia humana y siguen existiendo hoy a nivel de regiones, ciudades y pueblos enteros en España y América Latina, así como en lugares de trabajo auto-gestionados en Alemania, Argentina y en otros países. Es menester pues que empecemos a ir reflexionando sobre el poder de nuestras propias manos. Es necesario empezar a tomar decisiones claras acerca de nuestro futuro.

Abstención de las ilusiones electorales

A tomar nuestras vidas en nuestras manos

Auto-organización – Solidaridad – Asambleas populares

http://evagelismos.squat.gr/

El texto en griego, inglés


[1]

El domingo 7/11 y el domingo 14/11