Sídney, Australia: Acciones anti-policía

Justo antes de que amaneciera, el 1 de abril, un grupo de anarquistas colgó una pancarta que rezaba: “MADEROS FUERA DE REDFERN, FUERA DE NUESTRAS VIDAS” en unas obras en la calle Regent, 90, barrio de Redfern. El edificio, que están renovando, había sido un centro social okupado y hogar de más de diez personas entre noviembre y diciembre de 2010. Dentro del edificio propiedad de la gran ciudad, apodado “The People’s Castle (Castillo popular)”, se crearon energía solar, una tienda gratis y una cafetería gratis, y se abrieron al público. A mediados de diciembre de 2010, la policía desalojó el edificio tras la decisión del Tribunal Supremo sobre mantener el centro social abierto. El ayuntamiento de Sídney, propietario del edificio, afirmó que se abriría como centro para jóvenes sin techo en 6 meses. Ha permanecido vacío desde entonces.

La pancarta se colgó en solidaridad con una concentración prevista de activistas por los derechos indígenas, que se celebraría ese mismo día en la valla donde TJ Hickey fue empalado en 2004, donde planeaban colocar y defender una placa conmemorativa en honor a TJ.

La pancarta se había utilizado antes en la manifestación anual del 14 de febrero, para conmemorar la muerte de TJ, en la que cientos de manifestantes marcharon por Redfern para expresar su odio hacia el cuerpo de policía racista que convierte, sistemáticamente, en su blanco a la comunidad aborigen. A través de acosos constantes y encarcelaciones, la policía ha intentado forzar la salida de la población aborigen de Redfern y Waterloo, para completar un proceso de aburguesamiento brutal bajo la consigna gubernamental de “limpiando Redfern”, en nombre de la patronal, yuppies y promotores inmobiliarios.

La dolorosa muerte de TJ fue la chispa de la ruptura que explotó en Redfern, cuando la juventud Koori (pueblo aborigen de Nueva Gales del Sur), harta de la persecución policial constante, se levantó contra las coacciones del miedo y la normalidad, y se enfrentaron a un cuerpo de policía expuesto como lo que era, una fuerza militar de ocupación. Con botellas, ladrillos, fuegos artificiales y molotovs, lxs jóvenes guerrerxs que marcaron su posición aquella noche reafirmaron su soberanía contra el Estado ocupante, lesionaron a 40 antidisturbios y probaron el sabor del poder colectivo.

Durante los últimos 8 años, el gobierno de Nueva Gales del Sur se ha gastado millones armando y formando a la policía en vistas a futuros brotes de descontento. En 2005, se creó la Brigada de Orden Público y Antidisturbios y en 2007 compraron un cañón de agua valorado en 700.000 dólares australianos.

En el contexto de las celebraciones del 150 aniversario de la policía de Nueva Gales del Sur, se celebró una exposición en Darling Harbour el mismo 1 de abril. Se exhibió el nuevo helicóptero, había numerosos puestos y se hizo una demostración de las tácticas de la brigada antidisturbios. En la muestra antidisturbios, desfilaron perros policía, policía montada y policías secretas lanzando ladrillos a los cerdos antidisturbios en diferentes formaciones.

Desde que llegamos, empezamos a repartir cientos de panfletos a lxs viandantes, donde explicamos el papel represivo que estos cerdos han desempeñado durante los últimos 150 años (y los 70 anteriores, mediante manifestaciones previas), como defensores armados de las élites, primero las coloniales, ahora las empresariales.

También asaltamos varios tenderetes de la policía y nos llevamos toda su propaganda, desde panfletos de reclutamiento (algunos, dirigidos directamente a los Kooris), hasta pegatinas que decían “La poli es lo más (Cops are Tops)”, o imanes para la nevera de la policía y tatuajes temporales, incluso puzzles infantiles con el pingüino “Agente Charlie” (mascota del cuerpo de policía). La cosa más rara de todas fue un folleto para el concurso “GANA UN DÍA CON EL CUERPO DE POLICÍA DE NUEVA GALES DEL SUR”, un “premio” que muchxs preferirían evitar.

Cuando la policía empezó su espectáculo antidisturbios, nosotrxs colgamos de inmediato dos pancartas en un muro, de cara a la muestra. Una de las pancartas rezaba “DESARMAD A LOS MADEROS”, la otra era un anuncio de Coca-Cola modificado, que ahora rezaba: “UN MADERO, QUEMADO EN UN MOMENTO DE PASIÓN” debajo de una plantilla con un antidisturbio en llamas.

Después de un par de minutos de muestra, un auto proclamado policía fuera de servició intentó retirar las pancartas y se dio una breve refriega. Después de alejar al “madero” enfadado, mantuvimos nuestra posición, mientras cientos de policías enfadados se nos quedaban mirando sin saber qué hacer.

Claramente, no querían montar una escena y parecer idiotas en su gran día, así que los cerdos nos dejaron en paz hasta que terminó el simulacro de disturbio cuando el policía-maestro de ceremonias  hizo referencia a nuestras pancartas, intentando bromear sobre nuestro mensaje llamándonos “entretenimiento”. Cuando hubimos enrollado las pancartas y comenzado a alejarnos, nos dimos cuenta de que había cierto número de cerdos uniformados y secretas dando vueltas y siguiéndonos. Inmediatamente, decidimos que era el momento de largarnos de allí y rápidamente nos dispersamos en varias direcciones, antes de pegar un par de cientos de pósters anti-policía por la ciudad.

Estas pequeñas acciones se realizaron en solidaridad con todxs aquellxs que han sido acosadxs y encarceladxs por los matones del cuerpo de Policía de Nueva Gales del Sur y en memoria de TJ Hackey y Roberto Laudisio, el estudiante de 21 años, procedente de Brasil, perseguido y asesinado por la policía de Nueva Gales del Sur el mes pasado, por haber, supuestamente, robado un paquete de galletas.

POR UN MUNDO SIN POLICÍA NI PRISIONES

Todos los maderos son unos bastardos.

fuente: Indymedia Australia