Pisa, Italia: Intervención durante concentración en la cárcel

Recibido el 05/01/2021


Difundimos una intervención que se ha leído durante la concentración en la prisión de Pisa el 31 de diciembre:

Hola a todos y a todas. Estamos aquí hoy, 31 de diciembre del 2020, en Nochevieja, para expresar solidaridad y cercanía a los hermanos y hermanas encarceladxs. Pero primero, un saludo para la gente de habla árabe:!!! نحن نسلم علي الاخوه والاخوات المحبوسين، احنا بنتضامن بعد الاحتجاج بتاع مارس ،نحن نريد العدل والحقيقه السلام عليكم أصدقائى

Durante el primer encierro covid, mientras la mayoría de las personas sufría la situación sin reaccionar en lo más mínimo, lxs detenidxs de muchísimas cárceles se han levantado por el dolor y la rabia de no ser tratados como seres humanos. En Marzo, durante el encierro, habéis sido lxs únicxs en luchar junto con los trabajadores de la Logística. La organización relativa a la pandemia era y es inexistente dentro de las cárceles, con la falta de los debidos dispositivos anti-COVID. Por esto lxs detenidxs han hecho la cosa justa cuando la única forma para sobrevivir es intentar recuperar la libertad y la justicia: se han rebelado y se han levantado. Algunxs subieron al techo, otrxs han ocupado secciones internas de las cárceles, mientras que otrxs lograron evadir. El único lenguaje que el Estado sabe utilizar para afrontar los problemas de naturaleza social es el lenguaje de la violencia, así que ha respondido a la violencia haciendo aquello que mejor sabe hacer: dispensar muerte. Los detenidos asesinados durante las revueltas de marzo del 2020 son 14, nos parece justo recordar sus nombres en esta ocasión: Salvatore Piscitelli Cuono 40 años, Hafedh Chouchane 36 años, Slim Agrebi 41 años, Alis Bakili 53 años, Ben Masmia Lofti 40 años, Erial Ahmadi 36 años, Arthur Isuzu 30 años, Abdellah Rouan 34 años, Hadidi Ghazi 36 años, Marco Boattini 35 años, Ante Culic 41 años, Carlos Samir Perez Alvarez 28 años, Haitem Kedri 29 años. Propio en estos días 5 detenidos que en Marzo se encontraban en la prisión de Módena han denunciado primero a la procura y luego públicamente la violencia con la cual los carceleros y policías han reprimido a las personas en las cárceles durante las revueltas. Estos 5 detenidos, después de ser trasladados a Ascoli desde Módena después de la revuelta, han sido re trasladados en estos días a Módena, en un ambiente que se les ha vuelto aún más hostil después de sus testimonios, y también han sido puestos en aislamiento.

Esta es una clara represalia por parte del Estado, precisamente porque han puesto la cara. Lamentablemente, sus palabras no dejan lugar a dudas, de seguido se reporta una parte del testimonio, ‟había detenidos en un claro estado de alteración psicofísica debido a un presumible abuso de fármacos, que han sido golpeados con porras en la cara y en el cuerpo, muertos sucesivamente a causa de las lesiones y de los traumas recibidos, pero cuyas muertes han sido atribuidas, por los medios de comunicación, al «abuso de metadona». Se trataría, por tanto, de detenidos que podrían haberse salvado, de muertes deliberadas por falta de ayuda. Los testimonios de estas 5 personas y de otras, que también fueron golpeados a pesar de haberse entregado sin siquiera participar activamente en las revueltas son más que preciosos, son más que preciosos porque desenmascaran una vez más las mentiras y las graves falsedades que el Estado busca de propinarnos, mentiras y falsedades que apestan a muerte. Ante semejante masacre, callar equivale a ser cómplices. ¿Cómo podemos sentirnos seguros y protegidos por un Estado cuya policía mata a sangre fría a 14 personas que se habían rebelado para protestar contra las terribles condiciones en las que viven en las cárceles?

Ese mismo Estado que siempre cubre a multinacionales, industriales, empresarios, gerentes, patrones, encubriendo y defendiendo sus fechorías, recordamos solo algunas de las tragedias que han creado, como la masacre en la estación de Viareggio en el 2009 que causo 32 muertos, el desastre del Ponte Morandi en Génova en el 2018 que causo 43 muertos, y el incendio en la planta industrial de Tyssenkrupp en el cual perdieron la vida 7 obreros. Los patrones que el Estado siempre está dispuesto a absolver son responsables de más de 900 muertes en el trabajo este año, muertos por el beneficio patronal. Nadie responsable de estas muertes ha ido a la cárcel, y nunca lo hará. Las prisiones no están hechas para los ricos. Ese mismo Estado que ha establecido los CPR, centros permanencia repatriación, creados para encerrar a las personas migrantes que por razones económicas y burocráticas no tienen sus documentos en regla, y dentro de los cuales decenas de personas han muerto por golpizas o omisiones de ayuda. Por no hablar de los suicidios dentro de las cárceles o de personas con problemas socioeconómicos, o de los muertos en la guerra asesinados por los armamentos fabricados en Italia.

Con tal cuadro es difícil poder confiar en esos aparatos y en esas jerarquías que llamamos Estado. Entonces, preguntémonos, ¿por qué damos por descontada la prisión? Porque nos hemos rendido al hecho de que vivimos en una sociedad desequilibrada, que deja cada vez a más personas abandonadas a sí mismas, quitándoles las esperanzas y la confianza en el futuro. De esta manera es el sistema, es la sociedad la que crea el crimen, y solo en un tipo de sociedad como esta puede existir la prisión, precisamente porque no da y no quiere otorgar el necesario bienestar, por lo tanto una sociedad diferente, revolucionada y liberada de las actuales relaciones jerárquicas entre individuos ricos en la parte superior y individuos no ricos en la parte inferior, se pondría como principio fundamental el bienestar y la serenidad de todxs. La mejor forma de coraje es admitir que se está equivocado y cambiar de idea eliminando el error. Es un acto de valentía porque cambiar da miedo, mucho miedo, pero si nos damos cuenta de que no es el sistema el que tiene errores, sino que es ese mismo el error, debemos ser valientes y tener la voluntad de cambiarlo, y la abolición de la prisión es parte del conjunto de cambios que habrá que realizar. El mismo coraje que habéis tenido vosotros cuando os habéis rebelado en marzo, cuando habéis alzado la cabeza y no habéis aceptado que el Estado volviera a poner en peligro una vez más vuestras vidas, que apuesta por vuestra supervivencia, como si vuestras existencias fueran una apuesta que se pueden ganar o perder para siempre.

Y cuando os dicen que os equivocasteis al rebelaros, que estabais en el error, no es verdad, están mintiendo, porque os quieren dóciles, os quieren sometidos, quieren suprimir vuestro espíritu, en cambio habéis hecho bien, habéis sido un ejemplo para muchxs, también cuando los carceleros han matado a 14 de vosotros. Así es, todo esto es la prisión, y no solo, una institución donde se encierra a una madre con su hijo o hija si éstxs tienen una edad de 0 a 3 años, por lo tanto, parece absurdo e impensable, pero antes de la pandemia, en Marzo, en las cárceles italianas había presentes 70 recién nacidos encarceladxs con sus madres. Con una cosa repugnante como esta y después de las muertes de Marzo, cómo no estar hoy aquí a reiterar que la abolición de la prisión es necesaria y no puede que derivar en consecuencia de una amplia transformación revolucionaria de los productos sociales y económicos productos por la dominación, con la que nadie quedará marginadx y por tanto no tendrá, por ejemplo, la necesidad de robar, porque ningún banco y ningún patrón lo habrán robado anteriormente. Casi 30.000 personas, la mitad de la población carcelaria, se encuentran en prisión por delitos relacionados con el hurto. Entonces, ¿qué es la prisión sino el producto de un sistema que creando precariedad, inseguridad y miseria, prepara a lxs oprimidxs y lxs marginadxs a la delincuencia? Las personas dan por descontada la cárcel porque en cuanto perciben del caos y de la violencia, aunque sea mínimamente, piden protección y seguridad a ese mismo Estado y a su sistema que prepara y reproduce aquel caos y aquella violencia. Pero no es el Estado el que nos da seguridad, el Estado cuya forma de actuar se puede resumir en la frase «POLICÍA EN TODAS PARTES, JUSTICIA EN NINGUNA PARTE». Pero nuestra seguridad somos nosotrxs, todxs juntxs, con nuestras relaciones, es nuestro vivir y convivir juntxs que nos debería hacer sentir segurxs y protegidxs, redescubriendo los valores de contraponer a este sistema, los valores de la solidaridad, de la espontaneidad, de la amistad y de la confianza mutua. Solo así podremos encontrar aquel espíritu que pueda recordar a todxs la alegría, la libertad y la belleza como requisitos indispensables para una vida verdadera.

Un anarquista pisano

Fuente.