Prisiones italianas: Solidaridad con el compañero anarquista Juan Sorroche Fernández

Traducción recibida el 20/02/2021:

Sobre el juicio a Juan y sobre el por qué no lo dejaremos solo

En estos últimos meses en Treviso se está celebrando un juicio en contra de un amigo y compañero nuestro, Juan Sorroche, acusado de haber colocado dos artefactos – de los cuales uno sin explotar- en la sede de la Liga de Villorba en agosto de 2018.

Luchas, represión y la elección de la fuga

Juan, compañero anarquista del estado español que por años ha vivido en la provincia del Trentino, ha sido detenido el 22 de mayo del 2019 en la provincia de Brescia, tras más de dos años de fuga. Se había vuelto indisponible para escapar a un cumulo de condenas de cerca de ocho años, tras varios juicios relacionados con las luchas en las cuales había participado, en Trentino como en Valsusa, contra el devastador proyecto del Tren de Alta Velocidad. En particular, Juan estaba entre los muchos detenidos por la jornada de lucha del 3 de julio del 2011 en los alrededores de la obra militarizada de Chiomonte, cuando decenas de miles de personas sitiaron a la policía y intentaron reconquistar la zona en la cual donde, hasta el violento desalojo de la la semana anterior se encontraba la libre República de La Maddalena [1], un experimento de resistencia y vida colectiva sobre el terreno sobre el que se avecinaba el proyecto del túnel exploratorio para la Alta Velocidad. En el proceso que siguió, Juan, junto a otros compañeros, reivindico con la cabeza en alto la participación en aquella jornada de lucha y en los proyectos de oposición al Tav en general, rechazó la defensa creyendo que no tenía nada de lo que se tenía que «defender», y por ello viene condenado a cuatro años.

La acusación de masacre

Cuando, en mayo del 2019, Juan viene detenido junto a otro compañero, Manu -acusado junto a una compañera de haber favorecido su fuga-, y varias casas fueron registradas, se viene en conocimiento de una nueva investigación que lo ve acusado de «atentado con la finalidad de terrorismo» (artículo 280 del Código Penal) y «masacre» (artículo 285 del C. P.) por la acción contra la sede provincial de la Liga de Treviso que tuvo lugar en agosto del 2018, reivindicada por la «Célula Haris Hatzimihelakis/Internazionale Nera (1881 – 2018)».

Según la reconstrucción de la Fiscalía de Treviso, en Villorba, en la noche entre el 11 y el 12 de agosto del 2018, viene posicionado un artefacto frente a la puerta trasera de la sede de la Lega y otro debajo de la escalera exterior para acceder a ella. Según esta narración, a lo largo de la escalera se había colocado un alambre transversal que, una vez golpeado, habría activado el circuito del segundo artefacto. La escalera había sido «vallada» con cinta de construcción blanca y roja y cerca habían sido dejadas unas treinta hojas con las palabras «bomba» evidentemente para evitar que alguien disparara inadvertidamente el artefacto. El primer artefacto explota en la noche, mientras que el segundo permanece sin explotar.

El delito de masacre no prevé la posibilidad de un intento, es decir, no existe el delito de intento de masacre. Para que haya una masacre, el código penal requiere que venga golpeado un número indeterminado de personas, no identificables a priori, con el objetivo de matarlas. Para este delito está prevista la pena de la cadena perpetua.

La acusación de masacre es particularmente infame. Plaza Fontana en Milán, Plaza de la Loggia en Brescia, la estación de Bolonia, son solo algunas de las masacres cometidas por el Estado, que han llevado a la muerte de cientos de personas como parte de una estrategia dirigida a poner fin a una estación de luchas [2].

Mientras la violencia del Estado golpea en el montón, la violencia revolucionaria nunca es indiscriminada, tiene objetivos claros y responsables bien precisos a los que pedir la cuenta. Para colmar posibles amnesias es útil recordar el período y el contexto en el cual se desarrolla la acción en Villorba. Matteo Salvini acababa de ser nombrado ministro del Interior, en el culmine de una campaña electoral permanente, toda jugada sobre una constante instigación al odio racial. El inicio de la política de los «puertos cerrados» [3] había hecho cada vez más complicadas las operaciones de salvamento en el mar, aumentando de forma exponencial el número de muertos en el Mediterráneo, que ya se contaban por miles y por los cuales igual resulta más apropiada la definición de «masacre». Además, surgían cada vez más testimonios de las torturas sufridas por los migrantes en los campos de concentración libios directamente financiados por el Estado italiano.

Terrorismo y prisión especial

Juan se encuentra ahora encerrado en la cárcel de Terni, en el circuito especial denominado «Alta Seguridad», dedicado a acusados ​​o condenados por terrorismo y criminalidad organizada, con la imposibilidad de tener relaciones con detenidos de otras secciones. En la cárcel de Terni también hay una sección de 41bis: solo 2 horas de patio al día para un máximo de 4 personas, pero a menudo solos, en una pasarela cerrada por una malla metálica; 22 horas encerrados en la celda; «Bocas de lobo» en las ventanas, que impiden ver el exterior; correo censurado; limitaciones en las visitas, en la cantidad de libros y en los objetos que es posible tener en la celda.

Este régimen inhumano desciende de las secciones de aislamiento total usadas al final de los años Setenta del siglo pasado para aplastar la ola de conflicto social y autoorganización proletaria (incluso armada) que había subvertido radicalmente las relaciones de fuerza entre las clases en la década anterior.

La presencia de secciones de «cárcel duro» influencia la gestión de todo el resto de la prisión. Por otra parte, el Procurador Nacional Antimafia y Antiterrorista, Cafiero de Raho, se ha manifestado a favor de una extensión de la aplicación del 41bis también a los simples investigados con acusaciones de terrorismo o criminalidad organizada.

Nacida como una práctica para los imputados calificados como particularmente peligrosos, la videoconferencia ha sido ampliamente extendida también a raíz de la epidemia de la Covid 19. De esta manera, el Estado elimina también la mera presencia física del imputado en el tribunal: una limitación muy fuerte de la posibilidad de organizar la defensa, de poder hablar con el abogado, de emitir declaraciones y en general de intervenir activamente en el proceso, basta pensar que el juez con un simple clic puede interrumpir la comunicación con la sala. Esto tiene obviamente repercusiones en el resultado del proceso.

No solo eso: durante una audiencia Juan ha sido llevado a seguir la videoconferencia propio en 41bis. Un ejemplo del uso extensivo del régimen de aislamiento total al cual nos hemos referido anteriormente, que no solo ha concernido a él, sino también a otros detenidos.

A estas restricciones, y siempre en la dirección de un agravamiento del aislamiento, se añade también la reiterada negativa, que se ha prolongada por más de un año, de concederle las visitas con su compañera.

La investigación y el juicio. La así llamada prueba del ADN

En la investigación que ha llevado al arresto de Juan, las escuchas telefónicas y ambientales se han utilizado de manera extensiva y constante: no solo en el confronto de los investigados, sino también de todos aquellos que conforman el contexto relacional: amigos, compañeros de habitación, seres queridos.

Entre las «pruebas» recogidas contra Juan, estaría aquella del ADN. Generalmente, esta viene considerada una «prueba reina», lo que significa que en su presencia la demostración de culpabilidad pasa, por usar un eufemismo, a un segundo plano (banalmente, la reconstrucción de cómo pudo haber terminado allí el material biológico de aquella persona).

La prueba del ADN es de naturaleza probabilística, en el sentido de que es a menudo suficiente que el perfil genético encontrado sobre la escena del hecho y aquello de la persona investigada sean en parte coincidentes. Con frecuencia el experto no puede ir más allá de afirmar que «no es posible excluir que los dos perfiles encontrados sean de la misma persona». Un poquito poco, ¿no os parece?

El perfil genético resultante del material biológico encontrado cerca de la sede de la Liga de Villorba (¡del cual han sido aislados los perfiles genéticos de 8 personas diferentes!) Ha sido comparado con un perfil genético extraído de material biológico inicialmente considerado insuficiente para hacer una comparación que pudiera sostenerse mínimamente en el juicio. Mágicamente, después del cierre de la investigación, el material biológico se ha vuelto suficiente.

A pesar de esto, Juan ha sido sometido en prisión a la recolección forzosa de material biológico, una práctica ahora extendida y al día de hoy legal (después de años de recolecciones «ilegales» sobre los detenidos), tanto por razones de investigación como por una más general grotesca exigencia de archivo genético de toda la población carcelaria. Los investigadores posteriormente ha recolectado otro material. Dado que cada vez que viene analizado, el material biológico viene destruido, a una mente con malicia podría parecerle que los análisis se han repetido hasta obtener los resultados deseados.

En el último período, el estado ha mostrado hasta a los más distraídos qué cosa es la justicia que se administra en los tribunales. La dirección de Autostrade para Italia, que a sabiendas dejaron que un puente se derrumbara -provocando una masacre- para no limitar sus ganancias, está en su casa mientras esperan el juicio. Los dirigentes de los Ferrocarriles, que en Viareggio han causado una masacre con 32 muertos por haber recortado los fondos destinados a los sistemas de protección, han visto sus delitos cancelados o prescritos por el Tribunal de Casación. Mientras tanto, ¡se procesa por «masacre» alguno que está acusado de haber atacado una sede de la Liga!

«Y todavía he visto bajo el sol/ el crimen estar en el tribunal… Justos pagan por los culpables/Culpables tener premio de justos», se lee en un libro de la Biblia (Eclesiastés), escrito en el siglo III a. C. como prueba de cuán antigua es la conciencia de que justicia y poder son potencias enemigas.

Por eso nunca debemos confundir aquello que es justo y aquello que es legal, la ética y el juicio del Estado. Cuando ya no se comprende mas la diferencia, no hay límite para los desastres que los poderosos pueden provocar sobre la sociedad. Basta ver en qué cosa se han convertido las condiciones laborales desde cuando la gente ha dejado de luchar. Precariedad, despidos, chantajes, explotación: todo es legal. La ley la establece el más fuerte.

¿Qué hace un ser sensible cuando ya no quiere ignorar mas la injusticia, cuando ya no quiere mirar a otro lado? Actúa, incluso contra la ley. Como siempre han hecho los rebeldes, los partisanos, los solidarios.

Por esto no nos interesa saber quién hizo el gesto de Villorba.

Aquello de lo cual estamos seguros no necesita abogados ni expertos.

Ningún tribunal podrá nunca transformar una acción bien precisa y discriminada en una «masacre». Ningún tribunal podrá nunca borrar el racismo asesino de la Liga. Ninguna sentencia hará nunca de Juan un «terrorista». Terrorista es el estado, no quien contra el poder y la explotación ha siempre combatido.

Anarquistas

Fuente.

Notas:

[1] La Maddalena además de ser el nombre de un pueblo que está a pocos quilómetros de las obras es una zona con el mismo nombre que está al lado de las obras de chiomonte (Valle de Susa).En esa época todo el movimiento no t.a.v. declaro esa zona Libre Repubblica de la Maddalena, cada barricada estaba defendida por un colectivo diferente, días después fue desalojada por la policía.

[2] la mano era fascista los mandantes eran los servicios secretos italianos.

[3] Salvini cerró los puertos italianos para impedir la ayuda y el desembarco a lxs migrantes.