Más de 700 antifascistas respondieron a la convocatoria contra la concentración de lxs neonazis de “Amanecer Dorado” en el barrio popular de Nikaia. Desde las 12.00 horas la gente empezó a reunirse en la plaza Davaki, mientras que cerca de las 14.00 horas llegó al lugar la marcha motorizada de lxs compañerxs que antes habían realizado una concentración de solidaridad con lxs perseguidxs por el “caso Psachna”, en la zona de Monastiraki.
La manifestación comenzó a pesar de las tentativas de las enormes fuerzas policiales para impedirla. Alrededor de las 15.00 horas cayeron los primeros gases lacrimógenos contra lxs manifestantes antifascistas y comenzaron los enfrentamientos con la policía en las calles del barrio. La gente respondió al ataque policial con arrojos de piedras y se defendió luchando cuerpo a cuerpo con los matones que tentaban mantener a la manifestación lejos de la plaza de Agios Nikolas, donde se reunían lxs neonazis.
Lxs vecinxs del barrio apoyaron en muchos casos lxs antifascistas y protestaron contra el uso extensivo de productos químicos y gases lacrimógenos que envenenaban las calles de Nikaia. La policía atacó también a algunxs de lxs residentes del barrio que estaban protestando, mientras que se reportó la presencia de grupos motorizados de neonazis armados con porras a patrullar las calles y a atacar junto con la policía contra lxs antifascistas. Por lo menos en dos casos, unos grupos de neonazis, que trataron de acercarse a su miserable concentración de odio racial, fueron identificadxs y golpeadxs por lxs antifascistas (más fotos).
La mayoría de lxs manifestantes eran anarquistas y antiautoritarixs pero había también algunos grupos de izquierda. Es importante mencionar la presencia de muchxs inmigrantes y su participación activa en los enfrentamientos con los asesinos uniformados de la policía griega. A pesar de la combativa manifestación y la oposición de lxs vecinxs del barrio a lxs neonazis, cerca de 300 paraestatales de «Amanecer Dorado» asistieron a la concentración racista y xenófoba, siempre respaldadxs por las instituciones oficiales de un Estado abiertamente fascista.