Cerca de 5000 manifestantes participaron en la manifestación anarquista/ antiautoritaria/ libertaria del sábado, 4 de febrero de 2012, que habían convocado varios colectivos, okupas, ateneos, asambleas y compas. La gente se reunió en la plaza Monastiraki desde el mediodía y la marcha comenzó cerca de las 13.30 horas, atravesando la calle Athinas hacía la plaza Omonia, siguió por la calle Stadiou hacía la plaza Syntagma y terminó a las afueras de los Propileos, en la calle Panepistimiou. Durante la manifestación, se repartieron miles de octavillas contrainformativas y de agitación anarquista. En alguna ocasión, la gente que estaba en la acera aplaudía a lxs manifestantes y algunos ancianos levantaron el puño, pero la mayoría de ellxs tenía la mirada vacía y cansada, por la miseria de la cotidianidad. Así, fueron pocxs lxs que se juntaron espontáneamente a la mani. Mientras la marcha transcurría, se pintaron consignas en las paredes de la metrópolis griega.
A pesar de la masiva presencia anarquista en las calles, donde varias tendencias se reunieron bajo el lema central del contraataque social y de clase, la marcha daba una sensación de paseo y, a veces, los intervalos entre las consignas reflejaban nuestra incapacidad para dar una respuesta firme y decisiva en cuanto a las cuestiones actuales más importantes:¿Cómo vamos a derrocar este sistema de muerte que nos ahorca diariamente? ¿Cómo se puede movilizar a la gente para que cumpla sus deseos revolucionarios? ¿Por qué no salen de nuestras bocas las palabras que den el golpe definitivo a nuestras conciencias, para que lxs explotadxs hagamos praxis y se repita la revuelta multirracial? ¿Cómo podemos recuperar el terreno perdido en la Lucha?
Tal vez haya muchxs, dentro y fuera del territorio controlado por el Estado griego, que consideran que esta manifestación fue una muestra magnífica de la fuerza que tiene el movimiento anarquista en su polimorfía y unidad, y otrxs que piensen solamente que fue una buena oportunidad de agitación y propaganda, y tal vez tengan razón ambas interpretaciones de lo ocurrido el 4 de febrero. Sin embargo, saliendo de la marcha y volviendo a casa, a algunxs de nosotrxs nos queda la indescriptible amargura que condensa la frustración, el desespero y la sumisión de una sociedad entera.
Sin querer despreciar la manifestación ni a nuestrxs compas que colaboraron en su preparación, acabamos esta nota diciendo que “la manifestación se desarrolló sin incidentes indeseados”.