La ciudad de las bombas volverá a arder.
– 3 de Febrero: A las 22.40 de la noche se atacaron cámaras de circuito cerrado con cuerdas gruesas y martillos en toda el área metropolitana de Barcelona. El contenido de los ataques al CCTV es el de la solidaridad con la convocatoria en Atenas, al día siguiente, que busca hacer un grito de fuerza contra el estado de excepción en Grecia.
– 6 de Febrero: A las 20.30 de la tarde un grupo de 10 compañerxs quememos 5 contenedores en la calle Tessalia ante la mirada de algunxs peatonxs, posteriormente se hicieron algunas pintadas: »No control», »Presxs a la calle», »Ama la libertad, ataca al estado». Esta acción es enmarcada en la semana de lucha en solidaridad con nuestros y nuestras compas en lucha.
Sabemos que la quema de contenedores no nos traerá ninguna mejora necesariamente en la situación de lxs presxs en lucha, ni ningún cambio situacional a corto plazo, pero lo que se busca es llamar la atención del pueblo. Queremos dar voz y difusión a unas personas que no la tienen, extrapolar su voz a la calle y que quieran o no tengan que escucharnos lo miren como lo miren. Tras las luces de neón, las calles cosmopolitas y la comodidad consumista, estamos el »segundo mundo» (como les gusta llamar a lxs aprecariadxs) un mundo en lucha y resistencia.
Fuego a la cárcel.
Notas anti-carcelarias.
La cárcel es, sin duda, la institución más corrupta y por excelencia, la prisión en si, ha sido la columna vertebral de cualquier sistema autoritario y cualquier proyecto socio-económico que finalice con la total falta de libertades y autonomía. Cualquiera que salga de los parámetros de la dominación que el estado y el capital nos impone. (Estás en el lugar donde debes estar?, Ya eres unx buenx ciudadanx alineadx?) Es gravemente castigadx. Por ejemplo, si no pagas 2 euros por un billete, tendrás una multa de 100 euros, de no pagarla irás a prisión sólo por una pequeña cuestión como ésta, independientemente de que TMB sea fascismo corporativo.
Bajo la excusa de detener la delincuencia, lxs criminales, etc. el poder hace creer a la ciudadanía que estas medidas son necesarias, que los »gulags cerrados» son por el bien de nuestra paz social y seguridad, obviando que el problema que genera la criminalidad y otras cuestiones no es un problema estructural fruto de la desigualdad social, de la falta de atención, del hecho de la existencia misma de la propiedad privada o de la paranoia generalizada por la rutina (Cenefa constante que refleja nuestra explotación y esclavitud moderna).
El culpable es el sistema y la necesidad de una prisión es la consecuencia de sus injusticias, de su autoritarismo. Es el basurero de un orden social de miseria y muerte ya sea con características socialistas o neoliberales. Por eso tenemos que denunciar esta situación conjunto denunciamos el capitalismo. Pero también hay que poner cartas en el asunto. Hasta donde llegarás tú?
Política del miedo-Terrorismo gubernamental.
Hasta hace unas pocas décadas estaba claro que la cárcel era un centro de castigo donde, principalmente, las disidencias recibirán condenas por luchar contra la dictadura franquista. Hoy en día viviendo en la pretendida democracia la función, sin embargo, no se limita a castigar los llamados »delitos sociales», la cárcel y su papel principal es reprimir, condenar y encerrar, las actitudes insumisas y subversivas ante el sistema de control y dominación. Clara muestra de ello es el hecho de que el Estado español es uno de los estados en la Europa del capital con menos índice de delincuencia, sin embargo, uno de los estados (o el que más) con más población reclusa.
Este hecho es por un motivo claro: La represión a los movimientos revolucionarios o críticos. Por tanto, podemos decir que la cárcel es un elemento político en potencia que representa la verdadera cara del sistema y la sociedad de consumo.
La cárcel en sí misma también representa una presión psicológica muy fuerte: Sigue las leyes o irás a prisión, cumple tus obligaciones o serás encerrado, no luches contra el estado ni el capital. Es una evidencia que el gobierno juega con ese miedo y lo utiliza como herramienta de control y de perpetuar el status quo de sus murallas. Por lo tanto, es innegable que la prisión basa su existencia en encerrar con mano de hierro lo que genera la miseria del sistema así como, principalmente, castigar y ejercer la represión contra lxs que un día escogimos luchar contra su autoridad, desigualdad e impunidad. Es contradictorio pues, decirse anticapitalista y no denunciar la existencia misma de la prisión.
Prisión y control.
Hasta hace poco el hecho de poner en entre dicho la autoridad y legitimidad del rey, los nobles y poner en duda la palabra de la Iglesia valía su precio en agarrotamientos, ir a la horca y sobre todo… cierres. Negando estas instituciones negabas el control total del orden autoritario de la época, ahora no es muy diferente. Lo hemos visto en Túnez, Egipto, Siria o Argelia entre otros estados; manifestarte pacíficamente aunque sea, puede costar la pérdida de la poca libertad que nos queda si en raíz cuestionas y pones en duda el control y la actitud servil de la mayoría.
Es fácil de entender, la disidencia está permitida si está pacificada, si no sigue sus proclamas y respeta las leyes que el sistema nos impone, si no plantea algo diferente a lo establecido y no está dispuesta a defender su causa hasta las últimas consecuencias. Si está diezmada, será tolerada.
¿Quién puede creer que en la cárcel sólo hay criminales, vándalxs terroristas? Strauss-Kahn no ha sido condenado por violación, Bush no ha sido juzgado por ningún tribunal de guerra por genocidio y crímenes contra la humanidad. Lxs ricxs nunca entran… lxs pobres nunca salen. A la mierda sus excusas para teorizar sobre el terror de estado.
La cárcel y la paz social.
Está bastante claro que la cárcel-conjuntamente con la policía-, mantiene la paz social, representa la cara mala de cualquier dictadura y es un arma de poder en la sumisión y explotación de lxs precarixs. No es casualidad que en su mayoría lxs reclusxs sean pobres y víctimas directas, no es casualidad que gran parte sean inmigrantes, no es casualidad que en el FIES muchxs eran presxs políticxs.
La prisión no sólo representa una herramienta para el mantenimiento de la paz social y el capitalismo, también es la cara oculta de la globalización. En el CIE y en la cárcel común, muchos de lxs secuestradxs son inmigrantes, la regla es fácil: Las multinacionales y corporaciones arrasan y colonizan el tercer mundo, entonces cuando la población intenta huir a Occidente se encuentran con un mundo racista y opresor, por tanto, la cárcel también recalca el imperialismo económico.
Para engañar a la gente hablan de la seguridad pública, de detener a lxs ladronxs y criminales, de encerrar lxs terroristas, pero la realidad es bastante clara: Lxs mayores ladronxs y asesinxs son ellxs, lxs verdaderxs terroristas que quieren nuestra sumisión a partir de prisión, policía y ejército son ellxs, lxs que provocan el hambre, pobreza y miseria son ellxs, lxs que crean alarma social son sus periodistas de los mass media. Pero somos nosotrxs lxs encerradxs, repudiadxs, apaleadxs y criminalizadxs. Hablan de seguridad pública y el mayor peligro para nuestras vidas son esta gente oligarca y siniestra.
Debemos ser clarxs en el momento de denunciar esto. Tenemos que considerar que la democracia es totalitaria y que la prisión es una herramienta política.
Desigualdad en la prisión.
La población reclusa en su mayoría es muy precaria y su condición de explotados continúa. Muchas empresas tienen contratos con prisiones y estas ponen a disposición mano de obra esclava (lxs reclusxs), las condiciones laborales son inexistentes y el trabajo (que deriva de la palabra tortura, en latín) en muchos casos es forzado por beneficio propio de lxs interesadxs de turno. Lxs que nacieron precarixs están condenadxs a una vida de vivir de rodillas… y la cárcel es su máxima expresión.
No podemos, entonces, entender aunque sean gente que participa en luchas sociales, a quien bajo un mensaje »alternativo» defiende la existencia de estos centros de castigo y dolor, o bien, considera que lxs carcelerxs son trabajadorxs. Quiénes torturan, cierra y abusa no es unx trabajadorx, es unx individux carcelarix a las órdenes del capital.
Si hablamos en términos de la guerra social no podemos negar el papel de la revuelta en forma de motines. Todo ello ha –debería en nuestra opinión– acompañar al proceso de lucha contra nuestrxs castigadorxs en la misma calle.
Ni policía, ni carcelerxs. Ni cárcel, ni estado, ni capital.
Notas finales.
Papá estado nos desprecia como individuxs pues considera – y nos hace creer-, que somos seres irracionales que necesitan de dosis de violencia sistémica (cerramientos, aislamiento, torturas…) para seguir un orden e impulsos sociales regidos por lxs poderosxs y que no somos capaces de afrontar nuestros problemas por nosotrxs mismxs.
La desigualdad en la cárcel también recalca el hecho de que ellxs no nos quieren. Tienen miedo de nuestra presencia en la calle, nos quieren encerrados en escuelas públicas y trabajos precarios, en centros psiquiátricos y en el extrarradio, mientras Plaza Catalunya es propiedad del turismo salvaje capitalista y de las multinacionales. Siempre lejos de sus bonitos y luminosos calle céntricos, respirando y comiendo su mierda y condenados al trabajo asalariado. En la cárcel todo ello se estigmatiza y se hace evidente… Pero hasta aquí llegamos.
El patriarcalismo, racismo, explotación… tiene un límite, lo que nosotrxs mismxs estamos dispuestxs a permitir. Lo hemos visto en Chile, los Banlieues, en nuestra hermosa y rebelde Exarchia, en Charleroi, Heraklion o Barcelona, la revuelta es posible. Su prisión, policía, banca y multinacionales funcionan a partir de nuestro consentimiento, de que somos permisivos con sus engranajes. Aprovechamos que hemos captado tu atención para animarte y llamar a la revuelta, a la insurrección, a la acción directa… Hagámoslo no estarás solx.
Ellxs temen que la juventud gracias a las experiencias de revueltas en el mundo se juntan en un grito común, en un solo puño negro, sin partidos, sin sindicatos, sin burocracias, sin delegados ni delegadas, sin cuotas, sólo con el afán de liberarse.
Los gobiernos tiemblan. A lxs detenidxs, os sacaremos!
La lucha continúa!
Anarquistas nihilistas.