El 22 de Febrero, en Atenas, nuestro compañero Panagiotis Giannikakis fue víctima de la feroz represión de las fuerzas de “aplicación de la ley”. Fue detenido, trasladado al cuartel general de la policía en Atenas y brutalmente maltratado. “Takis” Giannikakis es uno de lxs miembros fundadorxs de la Federación de Anarquistas de Grecia (OAE) y actualmente es miembro también del grupo anarquista Kath’ odon (En marcha). También es autor de la edición en griego del libro “La crónica de la caída de Slobodan Milošević”. Aquí están sus comentarios sobre su experiencia:
«El miércoles 22 de Febrero, como ya todxs sabéis, había planeada una concentración en Plaza Syntagma. La verdad es que la participación de la gente, esta vez, fue desafortunadamente pequeña.
Alrededor de las 19:00, después de que casi toda la gente se hubiese dispersado y el tráfico volviese a su circulación normal, yo me fui de la plaza en dirección a la calle Panepistimiou. Después de haber caminado aproximadamente 300 metros, en la esquina de la calle Panepistimiou con Amerikis, mientras avanzaba, sufrí un ataque repentino de un escuadrón entero de antidisturbios (MAT). Los maderos se abalanzaron sobre mí cogiéndome con la guardia baja y empezaron a golpearme con los escudos. Los golpes eran tan duros que mie empezó a sangrar la nariz y, por un momento, pensé que se me acababa la vida…
El escuadrón policial me hizo arrodillar en la acera y empezaron a humillarme, amenazándome e insultándome. Me quitaron la gorra que llevaba, y que tenía un dibujo con la A circulada, y me rodearon para que lxs transeúntes no me viesen. Al mismo tiempo, uno de los maderos preguntó qué pasaba y los otros dijeron que yo era un anarquista. Lo que quiero señalar aquí es importante puesto que, evidentemente, todo sucedió porque soy anarquista.
Una vez que me quitaron la gorra y el carnet de identidad, me esposaron con las manos a la espalda y me obligaron a entrar a un coche patrulla. Fui trasladado al cuartel general de policía (GADA) escoltado por dos maderos de servicio. Allí, me quitaron las esposas, me tomaron los datos y unas tres horas después, me soltaron.
Mientras tanto, la policía no solo me arrestó a mí; vi a otrxs allí, desde gente joven hasta gente mayor, que habían sido paradxs por la policía en diferentes partes de la ciudad, y todxs ellxs venían de Syntagma. Después de hablar con algunxs de ellxs, me enteré de que, al menos, nadie más fue golpeadx. El único cubierto de sangre era yo. Incluso el abrigo chubasquero que llevaba estaba lleno de sangre. Además, tenía gotas de sangre en los pantalones. Menciono todo esto para enfatizar la intensidad de los golpes que soporté.»
Perros guardianes del poder, ¡quitad vuestras manos de nuestrxs compañerxs!.
¡La rabia de la gente os barrerá!
Compañerxs/Amigxs de Panagiotis Giannikakis.
fuente
colaboración con vozcomoarma