Todo lo que nos rodea parece reducirse a binomios coactivos: memorándum/anti-memorándum, drachma/euro, fascismo/anti-fascismo. Quizás incluso dentro de nuestras filas es necesario tomar una posición, para adoptar una postura en esta coyuntura de transición. Pero no olvidamos ni por un instante el único binomio real: Revolución o convergencia con lo existente.
Rechazamos los consensos, sus dilemas, la paz clasista. La seguridad preocupa a los beneficios del capital local y multinacional; la libertad preocupa a todxs lxs demás. El Estado y el capital, lxs fascistas y los bancos, no son fuerzas invisibles. Tienen nombres y direcciones. Mejor sería que empiecen la cuenta atrás de sus días de abundancia.
Miramos atrás, en los últimos años, en las duras luchas. ¿Cómo pueden caber en las urnas las barricadas y las hogueras del 12 de Febrero?, ¿cómo pueden caber en las urnas las voces gritando «BASTA ES BASTA» , voces alzadas por unxs pocxs, lxs proletarixs dignxs en tiempos en los que el miedo a perder el empleo y la subordinación prevalecen?, ¿cómo pueden caber en esas urnas los enfrentamientos callejeros , peleando ciudad por ciudad, barrio por barrio, contra la escoria de Amanecer Dorado?, ¿cómo pueden caber en esas urnas nuestrxs hermanos y hermanas, aquellxs que faltan a nuestro lado, aunque sin embargo estén tan cerca de nosotrxs, en las celdas de las cárceles del régimen?
En estos tiempos de transición, sin espacio para reservas, intentamos lo impensable y hacemos que lo demás «quepa». Los 1000 ml. de gasolina que echamos en la urna del 18º colegio electoral de Exarchia en las elecciones del 17 de Junio son nuestros 1000 votos, son nuestros 1000 desafíos en una guerra que no se puede pacificar.
¡LA REVOLUCIÓN LO PRIMERO Y SIEMPRE!
PD: Un puño cerrado para la compañera Olga Ekonomidou.
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colaboración con vozcomoarma