Villa Milada era una conocida okupa tanto por ser vivienda como espacio de reunión política en Praga y fue un de los espacios más importantes de la escena independiente underground. Su historia comienza el Primero de Mayo de 1998.
Hace tres años, el último grupo de okupas que la formaban resisitieron al violento desalojo de guardias de seguridad privada, que la asaltaron con la estrecha colaboración de la policía local, hasta que el proyecto llegó a su fin el 30 de junio de 2009.
El sábado, 30 de junio de 2012, una treintena de personas ocupó el edificio de Villa Milada para conmemorar el triste aniversario, montando un concierto improvisado con bandas de hardore punk.
Las autoridades estaba al tanto de que se trataba de una situación excepcional, es decir, un solo evento. Por tanto, no se trataba de un intento permanente de reokupación de la Villa sino de una ocupación simbólica con el fin de dejar claro el enfoque vacío del Estado checo en lo que respecta a la administración de edificios inutilizados y la represión contra la cultura alternativa.
Aun así, los esbirros reaccionaron contra la manifestación con un dispositivo policial masivo y desencadenaron un ataque agresivo contra lxs espectadorxs no violentxs del concierto, lo que dio lugar a numerosxs heridxs y detenciones temporales de decenas de personas.
Al menos, veinte personas fueron brutalmente golpeadas y humilladas psicológicamente dentro del edificio, lejos de cámaras y testigos, mientras otrxs siete activistas se escondieron detrás de la chimenea, en el tejado del edificio de cuatro plantas, temiendo por su propia integridad física y permaneciendo en un espacio peligroso durante horas.
Después de largas negocaciones y algún intento estúpido de la policía checa por intimidar a las decenas de solidarixs que se reunieron por fuera de la villa, lxs ocupantes decidieron bajar del tejado, si los policías les dejaban recoger sus cosas de las habitaciones dentro de la casa.
A primera hora de la tarde del domingo, 1 de julio, se dieron cuenta de que la banda de maderos que realizaron la redada habían roto todo el equipo, es decir, portátiles, altavoces, amplificadores y guitarras eléctricas.
El propietario del edificio ha amenazado con abrir una causa contra lxs activistas, que se enfrentan a cargos graves.