Alrededor de 2500 personas acudieron a la convocatoria de la mani antifascista el sábado, 1º de septiembre, por la tarde. La gente comenzó a reunirse en la plaza Monastiraki desde las 17:00 horas y salieron a la calle Athinas poco antes de las 18:00, para marchar a través de las calles del centro, hasta la plaza de Syntagma donde, supuestamente, iban a concentrarse grupos de fascistas «autónomos», es decir de fracciones strasseristas de los círculos nacionalistas, quienes practican la metodología del entrismo, para desviar los movimientos disidentes hacia los caminos neonazis.
Dichos grupos se dedican a copiar la propaganda virtual y parte de la terminología del movimiento anarquista/antiautoritario, para atraer jóvenes inquietxs a sus filas. Se presentan como «el polo antagonista» al partido neonazi Amanecer Dorado/Chrissi Avgi, para diferenciarse de los estereotipos de los paraestatales de la extrema derecha, que colaboran abiertamente con los servicios del Estado y sus cuerpos de seguridad. Aunque la subida de Amanecer Dorado ha limitado su dinámica e influencia entre los círculos fascistas, su peligrosidad no debe considerarse indiferente, dado que a veces han conseguido infiltrarse en manis y huelgas.
Sin embargo, el día de hoy solo unas pocas decenas de nacionalistas aparecieron en la plaza de Syntagma, bien protegidos por un enorme despliegue policial. La madera había cortado las calles que dan a la zona de Syntagma con lecheras y un montón de escuadrones de los antidisturbios de MAT (además de un helicóptero que volaba sobre toda la zona del centro), obligando así a lxs antifascistas a limitar su marcha hasta la plaza de Omonia y después dar la vuelta a la plaza de Monastiraki, donde más de mil personas permanecieron unas horas más, para bloquear cualquier posible intento de intervención en el espacio público de grupos fascistas. A pesar del hecho de que la marcha no llegó a la plaza de Syntagma, las acciones directas de contraviolencia no faltaron. Como se informa en Indymedia Atenas, luego de la marcha, en varias ocasiones distintas, grupos de compas localizaron bandas fascistas y les pegaron de hostias.