El 30 de diciembre de 2013, poco antes de las 2:30 de la madrugada, atacamos el templo de Aghios Kosmas, en la calle Pindou, barrio de Nea Filadelfia.
Nuestro objetivo era causar graves daños materiales. El plan inicial era de quebrar un pequeño vidrio en la puerta trasera de la iglesia, echar en el interior 5 litros de mezcla inflamable a través de un embudo conectado con un tubo y colocar en la parte exterior de la puerta un artefacto incendiario compuesto de 5 litros más de la misma mezcla y un temporizador. Pero, cuando quebramos el vidrio, descubrimos que detrás había una placa metálica. Decidimos no perforar la placa metálica, porque necesitaríamos mucho tiempo y haríamos mucho ruido. Así que colocamos el artefacto, encendimos las velitas y nos fuimos.
Finalmente, los daños materiales fueron insignificantes. Sin embargo, la acción mantiene su simbolismo, como quemadura en la puerta trasera de una iglesia.
Creemos que sobra hablar aquí de los crímenes del cristianismo a lo largo de los siglos, el efecto estupefaciente de la ideología cristiana sobre las masas o el entrelazamiento de la Iglesia con el Estado y el Capital. Básicamente, la acción se realizó por motivos de placer personal. Nos gusta quemar iglesias.
Dedicamos este gesto mínimo a todxs lxs chicos y chicas que caminamos juntxs sobre el abismo, agarrándonos las manos.
¡Feliz Antinavidad y próspero terror nuevo!
Lxs queremos a todxs, menos a la mayoría.