Dentro del abanico de las vivencias de lucha y de formas de vivir la anarquía, la complicidad, la confianza, y los lazos de afinidad son códigos fundamentales para construir y desarrollar una confrontación al sistema de dominación y control que tenga una posibilidad mínima de dar un golpe que duela. Así, muchxs grupos de acción y colectividades anárquicas han tejido redes de afinidad y solidarizan con las luchas de colectividades libres o resistentes a la civilización, y tras releer nuestra historia, y observar casos como los de Bolivia, el caso del grillo en $hile, así como la presión judicial a los compas resistentes al gran Jurado en Estados Unidos, a nosotros nos inquieta saber ¿Cómo se puede vivir una afinidad con el estigma de la delación a cuestas? ¿Cómo podemos expandir la revuelta con la sospecha instalada en nuestros corazones?
La cárcel corre por nuestras venas.
Es inevitable que una disidencia seria y una vida anárquica consecuente tienen que asumir tarde o temprano una posición respecto a la cárcel, sea porque tenemos compañeros secuestradxs a lo largo del mundo, o porque nosotrxs mismxs estamos en riesgo de ser detenidxs. Riesgos que deberían ser asumidos no solo por aquellxs que hoy por hoy son conocidxs como insurreccionales, sino por todxs quienes han ido a una marcha, protesta, o han decidido llevar a la acción su oposición al sistema. En ese sentido, la cárcel es una realidad innegable y, en consecuencia, su rechazo radical tendría también que ser algo así innegable e innegociable. Este rechazo radical se asienta sobre la base de la no delación, así a secas. Se trata de no delatar a nadie. Así de simple y si, radical, porque solo esta postura personal individual puede potenciar una colectividad en confrontación con el poder.
Llamado contra la delación.
El hacerse “responsable” de una posición antagónica a la dominación, pasa por mucho más que la firma de un comunicado o el “reconocimiento” más o menos publico de determinadas acciones que en esencia básica supone la misma lógica de tener un identificable por la policía. Y si bien, el anonimato, el cuidado, las sombras son parte de nuestras responsabilidades con nosotrxs mismxs, también es necesario cuidarnos de lxs demás, y hoy en día sobretodo de las cámaras, de los ojos vigilantes, y si, también de la sociedad.
Por eso, hacemos esta invitación al análisis, a la memoria critica y a la acción y propaganda que más allá de reducir esta lucha a un escarnio público hacia los delatores, precisa de una propagación constante de nuestras ideas antagónicas y de la solidaridad interna entre compañeros para fortalecernos unos a otros en nuestra preparación constante como guerreros contra la dominación y con lazos sólidos que nos permitan jugarnos la vida y la libertad en entornos afines y de confianza, nos conozcamos personalmente o no.
Atacar las cámaras de vigilancia, las tiendas que las venden y los centros que las producen, propagar ideas de solidaridad basada en la no delación, lucha contra la delación social y carcelaria. Por la destrucción de los valores ciudadanos policiales!!!
Compartimos un aporte de los compas de Alemania para atacar las cámaras de vigilancia – aquí.