La acción y la solidaridad son urgentes. Todo lo demás son excusas.
Reflexiones sobre el avance de la represión en Chile. Propagando la solidaridad con Juan, Nataly y Guillermo.
1. Y aquí vamos otra vez. Porque la guerra continúa.
Tras un ciclo acumulativo de agitación callejera, movilizaciones masivas y expansión de conflictos sociales en Chile, el poder ha buscado generar mecanismos que favorezcan la continuidad y fortalecimiento del modelo de dominación democrático.
Con tal de evitar que las grietas en el cuestionado orden social se extiendan o se vuelvan más profundas, el gobierno de turno ha desplegado diversas tácticas que le permiten anular progresivamente el descontento. Así, a las movilizaciones masivas que han puesto en cuestión el modelo económico y social gestado en dictadura, se ha respondido con propuestas de reformas sociales que recuperan las consignas de los movimientos de protesta para incluirlos en soluciones configuradas desde el Estado. Ante las críticas contra la “elite política” se ha respondido “abriendo” cupos parlamentarios a dirigentes sociales y estudiantiles. Ante la crítica a “la vieja política a puertas cerradas” se han levantado mesas de diálogo con organizaciones ciudadanas para cooptar las demandas y fortalecer la imagen democrática y participativa del Estado. Esto entre otras medidas que buscan ampliar los consensos sociales, debilitar el cuestionamiento al orden imperante y asegurar un nuevo ciclo de gobernabilidad para el país.
Pero previniendo futuras crisis del modelo de dominación capitalista-democrático, esta “agenda social” del Estado se ha desarrollado en paralelo a una política represiva destinada a aislar y castigar a los sectores radicalizados que propagan la no-negociación, la intransigencia y la confrontación con el orden existente. Esto ya lo han esbozado o desarrollado otros compañeros desde algún tiempo.
Nosotros queremos profundizar en un aspecto relacionado con este último punto, en lo que tiene que ver con la configuración de una nueva política contrainsurgente destinada a la aniquilación de todo cuestionamiento radical al dominio, la cual tiene hoy como una prioridad política y experimental la ofensiva contra el entorno anárquico más combativo, ese que apuesta por la insurrección y la ofensiva multiforme contra toda forma de autoridad. Ése entorno del cual venimos como individuos que luchan por la libertad y como núcleo antiautoritario de agitación y propaganda.
En este texto nos tomamos el tiempo para reflexionar. No queremos repetir cosas ya dichas, pero sí reafirmar nuestras posturas de guerra expresando nuestra posición en medio de un nuevo contexto de creciente represión. Creemos que este es un momento clave en la continuidad de la lucha contra el orden social capitalista-autoritario en nuestro territorio. Por eso es importante darse el tiempo y analizar la realidad en que vivimos para potenciar la expansión del ataque multiforme al sistema de dominación y afinar posiciones entre quienes le combatimos.
Por eso, ante todo, estas ideas que aquí plasmamos surgen al calor de la práctica de la anarquía y buscan sobre todo reflexionar sobre “cómo seguir”, para que no caer en el inmovilismo que busca el enemigo ni en lecturas simplistas que se vean apabulladas por un contexto en permanente cambio y dinamismo.
2. El dominio democrático en Chile y sus engendros contrarrevolucionarios.
Con el objetivo de evitar una crisis del orden institucional y asegurar un nuevo ciclo para el modelo de dominación democrático, la actual política contrainsurgente del Estado chileno se ha venido gestando en comisiones y cumbres de seguridad tomando como excusa la nueva ola de atentados incendiarios-explosivos que en el año 2014 evidenció un aumento en comparación con los dos últimos años.
Recogiendo el aprendizaje represivo de las dictaduras cívico militares del último medio siglo y sus continuidades bajo regímenes democráticos, el Estado chileno toma su propia experiencia -con sus aciertos y errores- en la desarticulación de la subversión marxista, primero, y sus intentos por aniquilar la insurrección autónoma-antiautoritaria, más recientemente. Condensando viejos y nuevos métodos, el poder está hoy engendrando una nueva política contrainsurgente que echa mano a diversas tácticas ya conocida, hoy configuradas en un modelo aplicable a las actuales necesidades del dominio.
Para la represión selectiva hacia grupos beligerantes específicos en el presente y los que puedan venir a futuro, el Estado chileno se encuentra reconfigurando y fortaleciendo sus aparatos de inteligencia, buscando otorgar más facultades a sus policías e incorporando la figura del agente encubierto para infiltrar grupos antagónicos al sistema, con prioridad en lo ellos llaman el “anarquismo insurreccional.” Con esto, se busca obtener información sobre los entornos de lucha, buscando pruebas para llevar compañeros a prisión. Se busca también favorecer el desarrollo de operaciones armadas instigadas por agentes encubiertos y “monitoreadas” por la policía que arrastra compañeros a las garras de la represión. Con esto, se busca además fomentar la desconfianza entre compañeros, el aislamiento entre grupos y el debilitamiento moral y material de las fuerzas hostiles al poder.
Junto a esto, se está fortaleciendo el aparato represivo en su dimensión jurídica, para aplicar más años de cárcel a quienes sean detenidos en acciones de violencia antagonista, fortaleciendo la Ley de Control de Armas y la legislación antiterrorista, blindándose en el presente y apostando a que en el futuro cualquier accionar que ponga en peligro la estabilidad del orden social pueda ser aplastado por la maquinaria legal del poder.
Todo esto se ha estado moldeando en los últimos meses con un despliegue comunicacional que busca dejar el terreno libre para el accionar de las fuerzas represivas, fomentando el pánico colectivo ante la creada figura del “terrorista”, generando consensos para que la represión avance sin cuestionamientos por parte de una población. Con el bombardeo mediático de imágenes y titulares de prensa sobre “el peligro terrorista”, el poder apuesta por ir vaciando de contenido político y revolucionario cualquier reivindicación que acompañe la acción violenta contra el orden establecido.
Este accionar ya conocido pero potenciado en la actualidad posiciona a los medios de comunicación masivos ya no como un accesorio para los planes del poder sino que como un nuevo ejército de ocupación destinado a penetrar en las mentes y conductas de las masas.
3. Sobre una acción que generó debates para afinar nuestros objetivos.
Como ya es sabido, el día 8 de septiembre pasado estalló un extintor con pólvora negra en el pasillo de una galería comercial en una estación del tren subterráneo en la comuna de Las Condes. El hecho generó bastante confusión porque en resultaron heridas 14 personas, lo que fue fácilmente asimilado por el poder para alimentar la histeria “antiterrorista” e insertar por medio del shock en las personas la idea de que el terrorismo “está a la vuelta de la esquina”.
Sobre la acción, ya otros compas han hablado y reflexionado, sobre todo mientras el ataque permanecía aun en el anonimato y el poder usufructuaba fácilmente con las consecuencias del hecho. Pero luego la acción fue reivindicada por un grupo anárquico que expresó que avisaron unos minutos antes a la policía porque no tenían interés por dañar a consumidores y transeúntes, despejando un poco las dudas.
Sobre esta acción y su reivindicación, compartimos su objetivo de golpear a los poderosos y no dañar a transeúntes, pero somos claros en plantear que ni los lugares elegidos son guaridas de poderosos ni se previó que los resguardos tomados no serían suficientes.
Discutir sobre lo primero, sobre el lugar elegido, tiene que ver con la discusión sobre los objetivos de nuestra lucha: quién es nuestro enemigo y cómo golpearlo, cómo proyectamos la ofensiva en el tiempo-espacio, qué herramientas utilizamos, cuándo y dónde, etc. Esto es algo que compete al entorno anárquico, antiautoritario y anticapitalista-autónomo en general, siendo el debate y la reflexión sobre nuestro actuar multiforme una herramienta imprescindible para pulir posiciones de lucha, llenar nuestros vacíos discursivos y superar las debilidades que cada uno de nosotros pueda tener.
Pero por otro lado, también hay un ámbito que es parte de la lucha multiforme pero se encuentra más bien relacionado con el aspecto operativo de las acciones desarrolladas por los grupos de ataque directo: cómo moverse en la ciudad durante una acción, cómo no dejar rastros, medidas de seguridad operativa, etc. Sobre esto, somos enfáticos en expresar que esto compete a quienes realizan estas acciones o desean aportar en su desarrollo, y no a quienes critican con comentarios de pasillo apuntando los “errores” de otros pero sin arriesgar ni una mínima porción de sus vidas en la lucha multiforme contra el poder.
4. La solidaridad con los compañeros en prisión es acción urgente. Todo lo demás son excusas.
Mientras lees esto, tres compañeros se encuentran hoy encerrados acusados de participar en distintos ataques explosivos.
Sobre las vidas Juan, Nataly y Guillermo, detenidos el 18 de septiembre en una nueva operación represiva televisada, se ha abalanzado todo el aparataje jurídico, policial y periodístico al servicio del poder. Ellos aun no han emitido comunicados públicos pero son compañeros que han mostrado una actitud desafiante ante la policía y la prensa. Con eso nos basta es este momentos. Tal vez luego, cuando sus posturas se difundan al exterior, haya mayor, menor o nula afinidad, pero hoy la solidaridad con los tres compas es algo urgente que no acepta excusas.
“Me cuesta solidarizar con ellos porque no comparto la acción de la cual se les acusa” podrán decir algunos, partiendo del error de considerar a los compañeros “culpables”. “Hay que esperar primero sus comunicados públicos para solidarizar”, podrán plantear otros, como si no nos bastara con la imagen de Juan gritando “abajo el estado policial” y los otros dos compañeros saliendo con la frente en alto desde los cuarteles de policía para ser formalizados de los cargos por terrorismo.
Nuestra solidaridad hacia Juan, Nataly y Guillermo es en tanto son compañeros – y no simples “individuos”- cuyas vidas son puestas en prisión como parte de una jugada desde el poder para la desarticulación de todo tipo de oposición al orden de dominación.
Y aún más, en un contexto en el cual enemigo busca fortalecerse, la solidaridad hacia los compañeros en prisión debe asumirse como parte de nuestra responsabilidad individual y colectiva como protagonistas de una lucha continua y multiforme que se niega a callarse ante las ofensivas del poder.
Y es la acción ofensiva y solidaria –y no las críticas desde la comodidad- lo que nos permitirá sortear cualquier momento adverso y potenciar la continuidad de la lucha antiautoritaria en este territorio.
5. Una vez más, superaremos los obstáculos confrontando al poder con acción multiforme. Somos los que no se rendirán.
Un entorno de lucha en donde el debate y la reflexión sean escasos o superficiales, donde prime el amiguismo y la autocomplacencia, donde las buenas intenciones y los discursos radicales no se materialicen en prácticas concretas, es un entorno de lucha destinado a ser fácilmente destruido en sus convicciones y perspectivas de acción.
Decimos esto porque creemos que hoy es urgente el diálogo y la reflexión entre compañeros para que el accionar anárquico se enmarque en procesos cuyos horizontes de confrontación permanente hagan avanzar la lucha construyendo relaciones de afinidad real que trasciendan el amiguismo, donde los compañeros sientan la urgencia de la acción, y doten sus proyectos de proyecciones que busquen la continuidad del conflicto a pesar de los golpes represivos.
Nosotros no nos atemorizaremos y continuaremos con nuestro accionar propagandístico, difundiendo reflexiones emanadas desde la ofensiva antiautoritaria. Continuaremos interviniendo las calles grises con nuestra propaganda, editando nuestra publicación intermitente, generando puentes comunicativos con compas de otros territorios a través de traducciones e información de sucesos importantes para el debate fraterno y la agitación solidaria con los compañeros presos. No detendremos ni un milímetro la propagación de la confrontación contra el poder en la lucha por la libertad, en la cual todas las formas de acción -desde la propaganda hasta las acciones armadas- son un aporte si se plantean la completa destrucción de la dominación.
Es esencial demostrar con nuestro actuar que la lucha continúa, que aquí nada ha acabado, que la lucha contra la autoridad no es derrotada mientras continuemos activos y fortaleciéndonos.
Se puede seguir en combate mientras se quiera seguir en combate, siendo especialmente importante hoy, como en todo momento la reflexión que afianza convicciones valores e ideas llevadas a la práctica.
Hoy el momento nos exige acción ofensiva urgente materializada en agitación callejera, en la agudización de conflictos que cuestionan el orden social, en la propaganda, el debate y la difusión amplia de la idea de la destrucción del poder, siempre buscando expandir y afianzar convicciones, potenciar lazos de afinidad y compromisos de lucha, sintiendo la necesidad de crear grupos y organizarse entre afines para intervenir la realidad desde un planteamiento ofensivo de liberación total.
En suma, nuestra fortaleza individual y colectiva en los tiempos que vienen radicará en la salida práctica que demos a un necesario proceso reflexivo y autocrítico que nos lleve a adquirir o a potenciar aquellos elementos, capacidades, conocimientos y experiencias que permitan sostener un continuo de confrontación, una ofensiva permanente que se nutra de los aciertos y desaciertos y no que se debilite ante los hechos represivos, para que nuestra ofensiva, y los compas que decidan arrojar sus vidas a la lucha multiforme contra el poder, no comiencen de cero una y otra vez.
En esto, cada día, nuestra vida en guerra es energía incandescente obstaculiza el libre flujo de la dominación.
Porque la destrucción del orden existente depende de nosotros.
La acción y la solidaridad no pueden esperar.
Sin Banderas Ni Fronteras, núcleo antiautoritario de agitación y propaganda.
Chile, Octubre 2014.
PD: compartimos un pequeño afiche autoadhesivo en solidaridad con Juan, Nataly y Guillermo, el cual comenzamos a hacer circular entre compas afines, en actividades, espacios de lucha y, por supuesto, en las calles. Para imprimir y aportar en activar la solidaridad.