Texto enviado junto con la foto el 9/2/2015:
¡Acabaremos con lo establecido!… un grito muy sonado entre lxs libertarixs. Acabaremos con sus leyes, con sus prisiones, con sus trabajos, con sus propiedades, con su autoridad, con su dominación…Tantas consignas y tantos gritos de guerra se entonan poéticamente, en cada manifestación que acuden individuos libertarixs, en cada pinta libertaria que se realiza en alguna calle, en cada panfleto propagando la idea etc…Vemos frecuentemente esta frase (“Acabaremos con los establecido”) o alguna similar. Pero la verdadera guerra, la guerra más importante y en la cual muchas veces somos derrotados, es la guerra cotidiana, nuestra forma de vivir y enfrentar esta triste realidad; Nuestra vida, una lucha diaria y constante intentando escapar y destruir la rutinariedad, la vida acomodada, la aceptación social basada en valores inventados para volvernos seres mansos y obedientes. Todas esas relaciones sociales como la amistad, el amor, la familia, las conductas que nosotrxs tenemos, aunque no lo parezcan la mayoría de las veces, seguimos reproduciendo los esquemas del sistema, al ser seres autoritarios, o llegar a perder todo nuestro pensamiento crítico y volvernos seres autómatas, que solo siguen como fieles borregxs alguna moda, alguna conducta, inclusive alguna idea, solo para ser bien aceptados y bien vistos en esta sociedad, sin llegar a analizarla ni hacer una crítica sobre esta.
El concepto de autoridad, se encuentra en muchos momentos de nuestras vidas cotidianas, no solo se encuentra en el/la policía que asesina y golpea sin piedad, no solo se encuentra en el estado fiel lacayo del sistema capitalista, no solo se encuentra en el/la banquerx que lleva al mundo a la miseria absoluta. La autoridad se encuentra entre nosotrxs mismxs; En las relaciones con nuestrxs compeñarxs, muchas veces sin darnos cuenta somos seres autoritarixs y como individus libertarixs y proclamadxs antiautoritariox, debemos romper realmente con estos comportamientos, ¡Debemos romper realmente con lo establecido! Que caso tendría quemar tantos bancos, que caso tendría volar tantas comisarias, ajusticiar policías, expropiar bancos, que caso tendría realizar tanta acción insurreccionaría, si seguimos siendo individuos autoritarios, intentamos mandar a nuestrxs compañerxs, que en las relaciones de pareja, imponemos nuestra voluntad a nuestrx compañerx sentimental. Nos podríamos denominar anarquistas insurrecionalistas, pero cual sería nuestra insurrección, si las acciones que realizamos simplemente las llevamos a cabo por querer imitar a algunxs compañerxs que realizan acciones violentas; No me declaro en contra de las acciones violentas, al contrario creo que son importantísimas las acciones violentas contra todo tipo de dominación. ¿Pero qué caso tendría realizar alguna, si no se hace con crítica y autocritica? ¿Si no se reflexiona realmente el ¿Por qué? y el ¿Para qué? La crítica y la autocritica hacia nuestra praxis es lo verdaderamente insurreccionario.
Nuestra insurrección no solamente se debe limitar a los ataques directos a instituciones que representen la autoridad o al enfrentamiento contra la policía, nuestra insurrección debe ser en cada día, romper con lo establecido, romper con su ética y su moral, con sus prejuicios, romper con el miedo al que nos tienen encadenados, miedo que se esconde detrás de un “respeto” hacia la autoridad, perdamos ese miedo, ¡No son intocables ataquémosles y acabemos con su orden y respeto establecido! Acabar con lo establecido en lo cotidiano me refiero a atacar su supuesta “educación”, su paz social, cuestionemos y ataquemos sus “verdades absolutas”, llevemos el conflicto a todos los aspectos de la vida, seamos individuxs violentxs, atentemos contra todo lo establecido, contra su aburrida y monótona vida cotidiana. ¡Que ardan sus bancos, sus comisarias y sus valores!
Nota: Este ensayo tiene el afán de alimentar la reflexión, la crítica y el debate… no existe ninguna jodida verdad absoluta, si alguien desea criticarlo, hágalo.
Lobxlibertarix