El domingo, 5 de julio del 2015, la democracia griega monta otro super-espectáculo, convocando a todos los ciudadanos con derecho a votar a participar en un referéndum, donde lo que está en juego -según nos cuenta el gobierno de SYRIZA-ANEL- es si será validada o no por parte del pueblo la política de la austeridad y de los recortes, o la política de una solución sostenible por la restructuración de la deuda griega y el restablecimiento económico, convocándonos a votar NO a la presentada como propuesta definitiva de los acreedores. Por otra parte, los que apoyan el SI en este referéndum, dicen que lo que está en juego es la permanencia o no del país en la Unión Europea y la zona monetaria del euro.
Durante toda la semana pasada, la propaganda del régimen fue bombástica, indiferentemente de la posición que se tomó en relación con el referéndum o los fines políticos para los que servía: con los bancos cerrados y las televisiones resonando por todos lados, con un bombardeo mediático de terror-esperanza en las calles, con miles de pacos atentos para proteger el orden de la ley. Para los que aún no entendieron de qué se trata, lo que experimentamos es el regreso total del parlamentarismo. En esta parafernalia democrática respondieron, desafortunadamente, muchos de aquellos que se definen como anarquistas/antiautoritarios/libertarios. Así se culmina el proceso de asimilación de una buena parte de los denominados «movimientos de resistencia» por parte de la izquierda gobernante y el reformismo, un proceso que ha estado en curso durante los últimos años, desde aquella época en que los indignados izquierdistas y derechistas no estaban en las sillas del Poder, sino en las plazas de todo el territorio.
Nosotrxs nos movemos con una lógica diferente y no reconocemos ninguna condición de urgencia, ni ningún estado de excepción, como capaz de hacernos abolir nuestras convicciones anarquistas y ponernos del lado de los estatistas, sea lo que sea el pelaje que estos lleven. Las referencias al interés popular en vista de una u otra versión del modelo económico que se nos van a imponer a nivel individual, microsocial y macrosocial son por lo menos ingenuas, si no son profundamente reaccionarias y contrarevolucionarias. Lo que buscamos no es cambiar un yugo con otro, supuestamente menos pesado, sino librarnos de una vez para siempre del conjunto de las relaciones de dominación, como estas se traducen en todos los aspectos de nuestra cotidianeidad. Y esto es algo que lo vamos a hacer con o sin el monstruo de muchas cabezas que se llama pueblo.
Lxs oprimidxs y lxs excluidxs, lxs parias y lxs marginadxs, lxs vagabundxs y lxs amotinadxs no hacemos tregua con el Poder en las urnas, no gritamos eslóganes de liberación nacional, ni consentimos en los cónclaves informales de la asambleocracia del entorno anarquista. No estamos ni con la democracia representativa, ni con la democracia participativa/directa, y por supuesto, no tragamos el cuento del grecocentrismo que nos quieren vender los patriotas de todo tipo. Sabemos bien que nuestra existencia es limitada y que aquellos años buenos que nos quedan los queremos vivir en libertad. Sabemos qué es lo que tenemos que proponer para el presente y el futuro a aquellxs que respiran el mismo aliento de rebelión, tanto aquí, como en cualquier parte del mundo: expropiaciones, sabotajes, enfrentamientos, disturbios, lucha con todos los medios por la liberación total. Además, sabemos que junto con todas nuestras negaciones y todas nuestras ganas destructivas, tenemos también la responsabilidad hacia nuestras propias proyectualidades a visualizar y llevar a la práctica una vida hecha a mano, una vida libre de la tiranía de la sociedad-fábrica, una vida ingobernable.
Fuerza a lxs que dentro y fuera de los muros guardan alzadas las banderas negras.
ANARQUÍA – DESESTABILIZACIÓN – ACCIÓN DIRECTA – INSURRECCIÓN