Recibido el 20/10/2016:
Solo con un poco de sorpresa llegó a mí la noticia de que el EZLN y el Congreso Nacional Indígena (CNI) postularían a una candidata independiente e indígena para los comicios presidenciales en el 2018, confirmándonos por milésima vez que las guerrillas no dejan de ser lo que son: grupos políticos armados, autoritarios y de vanguardia para la toma del Poder. Esto, parece que a muchos; y en especial, a algunos sectores del “anarquismo” civil o libertarios[1] se les había olvidado, pero esta situación en sí, no es algo que se le pueda reprochar a los guerrilleros, ya que ellos son los que están sabiendo jugar el juego de la política, sino a la falta de claridad y análisis entre los mismos ácratas. Hace tiempo vimos como el EZ –a diferencia de otras guerrillas actuales como el EPR, ERPI,TDR, etc.– abandonó las nomenclaturas proletarias decimonónicas, para transformarlas en unas más modernas pero con la misma esencia; ya no era una lucha abierta contra el capitalismo (aunque se dijeran anticapitalistas) sino contra el neoliberalismo, ya no eran proletarios y burgueses ahora son los de abajo y los de arriba, ya no era la destrucción del Estado Burgués, sino la lucha contra el Mal Gobierno, ya no era la clásica estructura de partido de cuadros, sino que vimos la transformación del Frente Zapatista en individualidades y colectivos de adherencia a la Sexta, disque autónomos que cumplían las ordenes de la comandancia; pero disfrazadas bajo el argumento de la solidaridad con los zapatistas, sus comunidades y sus sectores de lucha fuera de Chiapas (CNTE por mencionar alguno); vimos como criticaban a los gobernantes y promovían su mandar obedeciendo, y también vimos como promovieron la “autonomía” a través de recursos obtenidos por Asociaciones Civiles y Organizaciones No Gubernamentales (AC’s y ONG’s). Todo esto se lo tragaron ciertos “anarquistas”; obviamente NO TODOS.
Recuerdo muy bien como levantaron la Otra Campaña en plena época electoral en el 2005 cuando el Sup Marcos, en ese entonces “Delegado Zero”, recorrió cual político todo rincón del país que le abriera las puertas para contarle de sus penas y sus luchas, denunciando ante todo la ineficiencia orgánica de los partidos políticos (¡con registro, claro!); de la democracia representativa así como la podredumbre de la clase política, incitando al abstencionismo y boicot electoral, a la organización desde abajo y a la izquierda y a la construcción de redes de lucha autónomas porque “desde arriba ya no se puede hacer nada”. Para ese tiempo esto trajo la atención de otras generaciones anarquistas que no habían sido engatusadas cuando había ocurrido el levantamiento del 94; pero no solo fueron los anarcos quienes respondieron al llamado, sino prácticamente todo grupo o persona que se considerara de izquierda y que se encontrara en una lucha social, haciendo de la iniciativa de la Otra Campaña una revoltura de todos con todos, amontonando tendencias que inclusive eran contrarias entre ellas, pero que eso sí, iban a servir para los propios fines políticos del zapatismo y que no dejaban de mostrar la clásica estrategia comunista del Frente Amplio, pero como siempre usando otras palabras tal vez mas poéticas.
Al poco tiempo comenzaron a surgir las críticas y los distanciamientos dentro de los ámbitos anarquistas; unos de plano cortaron los lazos y otros aun tímidos erigieron críticas como las que promovieron el Bloque Anti-Constitucionalista de la Otra Campaña[2], por aquello de la propuesta de creación de una nueva Constitución Política o la acertada crítica (salvando nuestras grandes distancias) que en su tiempo hizo el Grupo Socialista Libertario de Monterrey titulada “La Sexta Declaración y la Otra Campaña: un programa y un proyecto para la continuidad Capitalismo”[3].
¿Porque traigo esto a colación? Primero para refrescar un poco la memoria y segundo para evidenciar la facilidad con la que se les ha endulzado la oreja a muchos anarquistas, que ingenuamente han querido ver anarquía donde no la hay, llegando a conformar no oficialmente la falacia del “anarco-zapatismo”, falaz no por la novedad de la candidatura zapatista que por fin deja ver a toda luz el verdadero rostro que se oculta bajo el pasamontañas, sino porque desde siempre el zapatismo ha sido reformista, mediador y recuperador. Reformista porque siempre ha buscado la legalidad, la derogación, aprobación y cumplimiento de leyes o acuerdos, el reconocimiento jurídico de los pueblos indígenas dentro del sistema en base a “derechos”, el paternalismo estatal con apoyos económicos, entre otras cosas; mediador porque siempre se ha mantenido utilizando los recursos que el Estado otorga a aquellos que van a hacer labor social ahí donde él no puede llegar, dotándose de medios e infraestructura que a fin de cuentas servirá para hacerle el trabajo -no por nada San Cristóbal de las Casas es uno de los lugares donde pululan las ONG’s y AC’s con vinculación con el EZ (¡qué gran negocio!)-, y que han servido en todos lados como apagafuegos de la confrontación directa contra el Estado/Capital, propiciando la convivencia, la civilidad y el pacifismo frente a un enemigo que es brutal; y recuperador, porque su accionar al no encontrarse en un punto de ruptura anti-estatal termina reproduciendo los valores del sistema justo como nos lo muestran abiertamente en la actualidad.
Ahora que las cosas son claras, ¿cuantos anarquistas van a seguir apoyando esta lucha?, ahora que el anarco-zapatismo ha sido partido en dos, ¿con qué mitad se quedaran las personas que deambulan en esa idea, con la de anarco o con la de zapatista? Si se elige la mitad del zapatismo ahí donde todo cabe, por favor ya déjenos de llamar compañeros, pero la cuestión con lo de lo “anarco” es que aquí no hay mitades, o se es o no se es; de cuando acá un proyecto anarquista ha promovido un proyecto de gobierno, un proyecto de Poder, ¡jamás! No se vallan a sacar de la manga las traiciones históricas de la España del 36, porque aunque hayan sido traiciones, la crítica anarquista que muchos hemos decido avanzar ha desechado al anarquismo obrerista, industrialista y progresista, ni mucho menos nos vallan a querer emparentar con los políticuchos marxistoides del Frente de Estudiantes Libertarios de Chile que andan de presidentes de federaciones estudiantiles por esas tierras, o con aquellos paisanos nuestros que han querido mostrar las experiencias anarquistas como ejemplos de Poder Popular.
Pobre de aquellos, que mi memoria me deja recordar, que decían –yo ni madres que voy a marchar junto con los del PRD- haciendo gala de que ya tenían la conciencia de que los partidos políticos y la vía electoral estaban condenados al fracaso y eran en sí, parte del problema; deben de estar al borde del colapso porque sus héroes hicieron lo que dijeron que no harían: buscar el Poder, o bueno, tal vez estén tomando con buenos ojos la nueva faceta y acaten las necesidades de esta, las ordenes ¡pues!, sí, disfrazadas de “solidaridad” y realismo político.
Ahora, más hípster no pudo haber sido la propuesta del EZ: una mujer, indígena, de izquierda para la presidencia ¡Válgame Dios! ¿De casualidad ya habrá escuchado el nuevo álbum de Manu Chau? Típico del izquierdismo posmodernista que busca aprovechar y endiosar la marginalidad para ganar adeptos. Tal vez deberían pensar en un candidato que sea queer, vegano, de preferencia morenito y pobre, con lentes de pasta, que haya sufrido bulling en la primaria o ¡no!, mejor aún, deberían limar las perezas con AMLO (Andrés Manuel López Obrador) y hacer una coalición de izquierdas, ya sabemos que para el zapatismo AMLO no es de izquierda sino de centro, pero que importa el fin justifica los medios, ¡lo que importa es salvar el país! Solo así se podrá redimir y reutilizar la bandera tricolor; herencia del primer imperio y estandarte de la consolidación del Estado-nación mexicano, solo que ahora esta bandera ondeara como un símbolo purificado de resistencia y dignidad… Mientras tengan algún sueño onanista respecto a esto; de este lado se seguirá prendiendo fuego a cualquiera de los símbolos del sistema, a sus banderas mexicanas como pasó en el 2014, el 1 de mayo en Oaxaca o atacando las sedes del INE (Instituto Nacional Electoral) como ha pasado en Oaxaca, Puebla, Xalapa o la Ciudad de México[4].
Valdría la pena mencionar la mierda que han sido los gobiernos izquierdistas en Latino América, como su amigo Evo Morales Presidente de Bolivia, el indígena Aimara de izquierdas que venía a salvarlo todo jeje, ¡por favor! o la Presidenta Bachelet que también venia arreglarles la vida a los ciudadanos chilenos por ser una mujer de izquierdas… otra vez ¡por favor! Y no decimos que hayan sido una mierda porque hayan ejercido una mala administración, sino porque en sí mismo, cualquier puesto gubernamental -y más, el de un presidente- sirve para darle continuidad al sistema: al Estado, al progreso, a la sociedad tecno-industrial. Ya no voy a hablar ni de los hermanos Castro de Cuba ni de Chávez o Maduro de Venezuela[5].
Pero además de todo, se nos hace ridículo, que la propuesta del EZ y el CNI cuando surge de un entorno indígena busque organizar y administrar la sociedad de masas[6], busque una gobernanza y orden generalizado, porque estos tienden a homogeneizar, a controlar; sobre todo si la dinámica del capital se encuentra mediando todo. Un mundo gobernado por Estados-nación que degradan, invaden y destruyen territorios ancestrales; que imponen identidades nacionales creadas para mantener unidos a los individuos bajo el manto de sus leyes; que destruyen la diversidad y la misma naturaleza, es precisamente el mundo contra el que estamos luchando. No entiendo cómo, pensando hipotéticamente que su candidata llegara a ganar, se podría detener el avance del progreso[7] y el industrialismo que va arrinconando cada día más a esos sectores indígenas con los que dicen estar. A fin de cuentas lo que podemos ver es que la propuesta zapatista busca administrar el progreso.
En dado caso que esto ocurriera; que tuviésemos para el 2018 un presidente de la izquierda zapatista, tendrían estos que prepararse para la insurrección no solo anarquista; sino de otros grupos que reconocen en el Estado un garante del progreso; el gran problema aquí es el siguiente: nos conocen demasiado.
Rebelión Inmediata
México,18/10/2016
[1] Para dar unos pincelazos al concepto, por anarquismo civil me refiero a aquel que busca afirmación social, que se maneja dentro de la legalidad y que condena y a veces señala directamente a aquellos anarquistas que pasan al ataque; que pide tanto permisos como derechos y apela por reformas sociales y que busca incidir inclusive con puestos políticos en los espacios que le pertenecen al Poder, bajo las limitaciones que este le impone; que se codea con amplios sectores de la izquierda, que es populista y que muchas veces termina denominándose solo como “libertario” para no asustar a las masas, escondiendo el carácter ofensivo que siempre ha tenido el anarquismo. Este anarquismo no concreta del todo una ruptura con el Estado, porque también en la mayoría de los casos, sus paradigmas están basados en las teorizaciones de principios del siglo XX que no se adaptan a la actualidad y que además, están contaminados por experiencias históricas cercanas al marxismo; lo que lo hace coquetear con la socialdemocracia y su ciudadanismo.
[2] //anticonstitucionalistas.blogspot.mx/
[3] //webgsl.wordpress.com/2007/11/30/la-sexta-declaracion-y-la-otra-campana-un-programa-y-un-proyecto-para-la-continuidad-del-capitalismo/
[4] Aquí enumerare estas acciones más o menos recientes solo para mostrar una de las formas y objetivos que han tenido los anarquistas en México, pero que no solo se restringen a este tipo de intervención: Ataque a sede del PRI (Partido Revolucionario Institucional) en Oaxaca en marcha del 1 de mayo del 2015. Atentado explosivo a las instalaciones del INE en Puebla el 27 de marzo del 2015. Incendio del INE y la SEDESOL (Secretaria de Desarrollo Social) el 1 y 2 de junio (respectivamente) del 2015 en Xalapa. Ataque a una sede del PRI-DF en plena marcha de conmemoración del 43 aniversario del Halconazo el 10 de junio del 2014. El intento fallido por atacar el Instituto Federal Electoral (IFE ahora INE), y una sede del PRD (Partido por la Revolución democrática) en DF (ahora CDMX) el 27 de junio del 2012, donde resultó accidentado por la explosión de su propia bomba el ácrata Mario López; encarcelado y hoy en fuga clandestina.
[5] También en Venezuela vimos parir engendros como el “anarco-chavismo” o el “anarco-madurismo”, inseminados por sectores seudo-anarquistas de Chile.
[6] Sociedad de masas: Organización social de gran escala y complejidad que unifica a individuos y grupos que pierden sus características propias y esenciales (o que sus características son las que el sistema amolda) y se aglutinan en una comunidad ficticia para la reproducción del Capital; que necesariamente necesitan ser regulados por un Estado y que por lo tanto pierden su autonomía, delegando a otros individuos o corporaciones cada vez más aspectos de su vida.
[7] Para evitar confusiones semánticas, por progreso me refiero al desarrollo de diversos factores productivos: tecnología compleja, avances científicos, generación de conocimientos apegados a los intereses capitalistas, expansión de las zonas de flujo de mercancías, crecimiento de la mancha urbana; factores que a su vez afectan cada uno de los aspectos de la sociedad y que tienden a complejizarla; diezmando y artificializando los ecosistemas y a las formas de vida (humanas y no humanas) que se han desarrollado al margen del actual sistema de dominación. El industrialismo es parte inherente del progreso. Todo esto bajo la idea de un supuesto avance y beneficio de la “humanidad”.