Bogotá, Colombia: Día de acción y solidaridad con lxs presxs trans

Hoy hemos vuelto a transitar las mismas calles donde hemos experimentado burlas, acoso, agresiones. Con la cabeza en alto, y la confianza que nos brinda el apoyo de quienes tenemos al lado, nos olvidamos del miedo por un rato, y damos prioridad al placer de comunicar desde la acción, reclamando los territorios de los que nos han segregado.

El susurro de la lata de spray indica que ya no hay vuelta atrás, nos abriga la oscuridad y nos cubre un manto de estrellas indescifrables en un cielo contaminado, inconfundible obsequio del capitalismo industrial.

Queremos decir tanto, y es tan complicado que nuestras palabras lleguen a quienes están destinadas, pero acudimos a estas calles como una herramienta más para romper la incomunicación que busca imponer el encierro, aunque sabemos que no es suficiente.

Nos sumamos a la iniciativa del 22 de enero -día internacional de solidaridad con presxs trans- originada en Estados Unidos, siendo conscientes de la transfobia y una serie de prácticas que marginan especialmente a las personas trans en prisión también en Colombia.

En un sistema en el que la heteronormatividad es la regla, y se busca que la única manera de existir como ser humano sea solamente bajo dos categorías, (hombre-mujer), cualquier individuo fuera de este postulado, conoce la exclusión sistemática. Por lo que resulta fácil señalar las transgresiones protagonizadas por personas que desobedecen las normas de género, mientras se ignoran todas las opresiones contra las cuales han resistido y resisten.

Al mismo tiempo, es importante resaltar que el estigma social que pesa sobre presxs y ex-presidiarixs, forma parte de la misma estrategia de enemigo que se usa al hablar de “terrorista”, que pretende justificar la seguridad, la vigilancia y las guerras del poder y el capital. Además, la existecia de la carcel evidencia que los dispositivos de normalizacion empleados por la sociedad son ineficaces, que siempre habrá desobediencia, ya sea porque las personas llegan a lugares de marginalidad donde deben transgredir la ley para sobrevivir y aspirar a vivir una vida menos precaria, o porque su voluntad les lleva a atentar contra lo existente.

La población trans privada de la libertad en Colombia enfrenta grandes retos, el riesgo de potenciales agresiones sexuales y contagio de ETS, -especialmente en las cárceles de hombres-, la prohibición de las visitas íntimas (que persiste en algunos lugares), la ineficiencia y poca celeridad presente en sus procesos legales, la arbitraria interrupción de tratamientos hormonales, el abusivo decomiso de cosméticos, la discriminación en la atención médica, el restringido o nulo acceso a preservativos. Sin contar que cuando no son visitadas sino visitantes, bien pueden ser humilladas con requisas vejatorias, obligadas a ingresar el día que corresponde a los hombres, etc., lo que contribuye a romper el tejido social de las personas trans detenidas, condenadas así a un aislamiento mayor.

Siendo este el panorama, la respuesta de la comunidad trans tanto dentro como fuera de las cárceles, ha sido la auto-organización. A través de esta, ha conseguido importantes victorias tras la presión legal e institucional, aunque como diría Emilie Räkete, «prisión es sinónimo de violencia. Incluso si propugnamos por su reforma, necesariamente tenemos los ojos puestos en su abolición.»

De modo tal que solo somos una expresión más que quiere recordarle a las personas trans en prisión que no están solas, e invitar a personas trans y no trans a pasar a la acción, a identificar en el apoyo mutuo, el respeto, el cariño y la reciprocidad, las herramientas más efectivas para imaginar-erigir un mundo más libre y con menos barreras.

En las cifras oficiales del INPEC (Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario), para 2014 había 102 transgeneristas autoreconocidxs en las cárceles colombianas, quizás sean más, y lo admitimos, somos ignorantes de muchas de esas historias y herstorias. Por ello buscamos potenciar en grande y en pequeño las inicitivas que inviten a practicar solidaridad efectiva con esta marginada población, y desde el márgen, -¿por qué no?-, desde las grietas del poder y del sistema, tejer relaciones y proyectos tendentes al desmantelamiento de la sociedad carcelaria, transfóbica y heteropatriarcal.

Volveremos a las calles cuando haga falta, sean estas o sean otras, sea en breve o no muy pronto. La rabia es un regalo, y lo recibimos con alegría, con ansias de compartirlo cuando sea necesario.

In memoriam:

Paola
Shania Vanessa
Alex Camel
Angelina
Zharick
Marcela
Valentina
Valeria
Juliana Andrea de Henao Pérez
Paloma
Flor
Kyara

*Algunos nombres de personas trans asesinadas en diferentes pueblos y ciudades de Colombia.

¡Muerte a la transfobia!

¡Abajo los muros de las prisiones, para heteros, lesbianas, trans y maricones!

Año 525 de la resistencia.

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