No se puede decir que no “tenemos las fuerzas suficientes para hacerlo”, no se puede decir que “no tenemos los medios” y no se puede decir que “estamos en un momento de reflujo”. Todo eso son excusas baratas, no es por falta de medios, es por falta de voluntad. Sólo se necesitan siete ruedas y una idea para paralizar el normal funcionamiento de una ciudad durante treinta minutos, treinta minutos de libertad que le arrebatamos al sistema.
Mientras los colectivos estudiantiles estén más centrados en sacar bengalas en una manifestación o poner miles de fotos en sus redes sociales para darse una imagen de “radicalismo” o convocando huelgas domesticadas este sistema seguirá autoperpetuándose.
Marzo 2017. Zaragoza