Como una herramienta de control social se instalan cada día circuitos de videovigilancia(CCTV) con reconocimiento facial; otras, con infrarrojo, zoom, y a grandes alturas con movimientos indicados y grabaciones nítidas. Estos múltiples ojos no descansan, haciendo de su amplia mirada una determinación más para el encierro en la ciudad.
El poder, y aquellxs que lo anhelan, nos buscan encerrar y coartar sin detenimiento alguno. Se contentan por esto y exclaman: «por la seguridad de todos», por la seguridad de todxs más policías, más transportes, legislación, prisión; por seguridad una generalización de actitudes ciudadano-vigilante; ¡vamos, pon una cámara en el frontis de tu casa!, vociferan.
Pero, esta seguridad no es más que para el Estado, la Autoridad y sus comodidades, una práctica totalitaria para sus intereses.
Sin embargo, hay herramientas básicas a nuestro alcance; tambien métodos varios, como lacear una cuerda y descolgar; pintar y quemar; y, afinidades con voluntad dispuestas a ayudar.
Organízate, ataca y cuida de tu presencia; tus movimientos, patrones y formas. Recuerda que se encuentran en el espesor de los muros, calles, inclusive plazas; computadores, celulares y casas.
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Este afiche es un claro llamado a la extensión y agudización del conflicto anárquico urbano contra la vigilancia física, y porque no, moral e ideológica, recordando que las cámaras no son el único medio de coerción bajo el manto de la “seguridad”. Abajo las cárceles de la ética sagrada y la ideología pretensiosa del poder.
En la conspiración contra la vigilancia, ¡que se ilumine la noche!