Nueve años atrás… La madrugada del 22 de Mayo del 2009
Una silueta recorre velozmente la ciudad en bicicleta, en su espalda una mochila cargada con una bomba, un artefacto explosivo casero relleno de pólvora negra y repleto de irreductibles ansias de combatir lo existente, de pasión por la libertad. A medida que avanza hacia su destino sus latidos van en frenético aumento, un sudor adrenalinico recorre su piel, su mente repasa una y otra vez su plan, sortear la vigilancia, esquivar las cámaras, el recorrido de la huida, en fin.
El objetivo no es elegido al azar, desde muy pequeño ha detestado la prepotencia de los uniformes, desde que iba a visitar a su tía prisionera ha odiado las cárceles, ¿Cuantas veces habrá soñado esa silueta con el frontis de la escuela de carceleros hecha añicos?, ¿Cuantas veces habrá sonreído pensando en el éxito de su ataque? Quien sabe…
Baja de su bici en el lugar acordado, se saca la mochila y la deja en el suelo, la abre con sus manos enguantadas y se detiene un momento, respira profundo y sus ojos brillan orgullosos al transformar en acción lo que ha cantado mil veces en la banda de hardcore de la que es parte. Retoma su plan y se dispone a encender el circuito de relojería, algo falla y un estallido ensordecedor retumba esa noche. En ese mismo instante la muerte lo beso en la boca y transformó su nombre en grito de guerra, su vida en poesía y, para algunos, sus burlonas carcajadas en pesadillas.
A 9 años de la muerte en acción del «Punky Mauri» arrojémonos a la propaganda y agitación anárquica en todas sus formas. Nos vemos en la calle…
«Es hora de actuar en la cotidianidad con nuestrxs afines, por la destrucción de la sociedad carcelaria». Maurico Morales
¡22 DE MAYO, DÍA DEL CAOS!
¡22 DE MAYO, PROCURA QUE VIVA LA ANARQUÍA!
¡NUESTRA MEMORIA ES NEGRA, NUESTRO CORAZÓN TAMBIÉN!