Nota: Texto escrito el año pasado; pero enviado para su difusión online hoy 18/03/2019 a 4 años de la muerte del Guerrero Javier Recabarren.
Estas palabras nacen desde el recuerdo vivo y de la acción antagonista contra el mundo de miserias que habitamos. En ellas quiero mantener en el presente la llama de un guerrero que se le fue la vida en un accidente, me refiero al joven combatiente Javier Recabarren hace más de 3 añitos.
Día a día nuestros compañeros muertos están con nosotros, en los pasos que damos en la lucha que vamos librando, teniendo victorias milimétricas, como cuando se concreta un ataque, cuando una acción cumple con los objetivos que deseamos con anterioridad y/o también cuando estos no salen como queremos, aún así, nuestros muertos están.
Cuando digo que nuestros hermanos están con nosotros, aquellas palabras que más de alguna vez he expresado por ahí, no tienen absolutamente nada de religioso, no creo en dioses ni en algo parecido, es más, aborrezco a quienes enaltecen calañas falsedades, pero en lo que sí creo es en nuestros compañeros -no como espíritus- que no se malentienda, si no como acción, ellos ya no están en este mundo, pero se convierten en acción antagonista cuando se quema un bus del transantiago, cuando se enciende alguna barricada, cuando se realiza un sabotaje contra la industria de muerte de animales, también en la creación material y digital de panfletos y publicaciones, etc. Ahí se encuentran nuestros hermanitos.
Recuerdo día a día a nuestros compañeros de lucha no por idolatría ni misericordia ni alguna mierda por el estilo, si no por el camino individual que he escogido desde hace tiempo, por eso hoy hago un homenaje a aquellos que ya no están a través de gestos que decido crear, desde la palabra y la acción.
Sobre Javier, que puedo decir, era un encapuchado y actuaba en consecuencia atacando a la nefasta policía cuando estaba la mano, amaba a los animales y luchó por su liberación a través de iniciativas antiespecistas estando en concentraciones y accionando también, y así, podría dar decenas de ejemplos, sus participaciones en encuentros anarquistas y anticarcelarios y de cómo comenzaba a formarse en un camino político antiautoritario.
En fin, el 18 de marzo de 2015 un bus del transantiago terminó con los sueños de libertad de Javier, pero somos nosotros, sus compañeros de ideas y prácticas, quienes nos sentimos afines a él, quienes le conocieron y quienes no, quienes intercambiaron palabras o quizás ninguna, o simplemente cruzando miradas en alguna actividad pública o en la acción anónima, etc. Somos todos nosotros los que debemos continuar propagando su memoria y también por uno mismo. Javier ya es parte de la memoria insurrecta, muchos compañeros han realizado acciones contando quien era el compañero por lo que todos podemos conocerlo a través de esos gestos desinteresados de anónimos.
Así pasan los años y me da una alegría tremenda ver como más compañeros lo hacen parte de sus luchas en otras partes del mundo, haciendo práctica del internacionalismo anarquista. Realizando múltiples iniciativas en donde el nombre de Javier Recabarren está presente.
Yo no lo olvidare jamás, ni a Javier, ni a otros hermanitos que se les ha ido la vida en este último tiempo, mientras esté vivo mi objetivo es seguir luchando y recordándolos a todos desde la praxis revolucionaria.
¡¡Porque aún queda todo un mundo por destruir!!
¡¡Javier Recabarren presente!!
Un anarquista afín al Javier
Delirios escritos desde algún lugar. 2018