Durante la marcha de los profesores del día 20 de junio, en medio de los enfrentamientos con las fuerzas policiales, fueron colocados en dos automóviles pequeños artefactos incendiarios en sus ruedas. Esta fue una acción individualista y salvaje, un acto de guerra contra la civilización antropocéntrica.
Robo las palabras de los compañerxs del Grupo Guerrillero de Terroristas de las CCF al “utilizar a las manifestaciones gremiales como caballo de Troya… provocando el caos en la cotidianeidad estilizada del aburrimiento organizado”.
Vamos compañeros, desde el combate minoritario, llevemos a la práctica nuestros planes de destrucción y con tácticas de guerrilla urbana invoquemos el caos en el corazón de la metrópolis.
Tras esta acción se difunde una guerra antisocial contra la civilización.
Un saludo a los compañeros jóvenes, su arrojo es hermosamente violento. Saludo también a los guerrilleros urbanos del pasado/presente/futuro. A delincuentes, que son los verdaderos revolucionarios. Y a los weichafes en su guerra sagrada en el wallmapu.
WEKUFE – NÚCLEOS ANTAGÓNICOS DE LA NUEVA GUERRILLA URBANA