El mesías Bolsonaro: Brasil y la ultra derecha en el cono sur

(Texto recibido el 16/09/2019, aparecido en la edición número 2 de la publicación anárquica «Madre Tierra», durante febrero de 2019)

La elección del candidato ultraderechista Jair Bolsonaro en Brasil mucho nos habla del rumbo del mundo, de hacia donde van los distintos ciclos de gestión del capital y de los proyectos del poder a un nivel mundial y más específicamente en la región. Los gobiernos progresistas ya han cumplido su papel en los últimos 20 años y lo que debería ser obvio pero lo tratan de paradójico, es que una de sus funciones parece que fue asegurar el terreno fértil para la ascensión de gobiernos de extrema derecha.

Para tratar de entender bien lo que está pasando es necesario viajar en el tiempo y espacio, por distintos momentos de la historia mundial y por diferentes lugares, conociendo así estrategias que han sido paulatinamente repetidas por el estado según sus necesidades. Es muy probable que el gobierno de Bolsonaro inaugure un nuevo periodo de gobiernos totalitarios en Sudamérica, como en 1964 el golpe militar en Brasil daba inicio a la Operación Condor. Diferente de ese período, estos gobiernos están ascendiendo supuestamente dentro del marco democrático, y decir supuestamente, es por saber que estos marcos lo definen los poderosos y a su vez los violan cada vez que para ellos es conveniente hacerlo. Un camino que hoy lleva a una creciente popularidad personajes políticos como José Antonio Kast en Chile y Alfredo Olmedo en argentina, con un perfil muy similar al de Bolsonaro.

¿Quién es Bolsonaro?

Jair Messias Bolsonaro es un militar retirado del ejército, que inició su carrera política en 1989 como consejal en la ciudad de Rio de Janeiro y posteriormente diputado federal por el estado de Rio, cargo que ha ocupado por 27 años, siendo electo 7 veces. Como militar tuvo formación en la Academia de los Agujas Negras, aparte de haber servido en la Brigada de Infantería Paracaidista, tuvo periodos turbulentos por haberse involucrado constantemente con reivindicaciones por mejores salarios para los militares, llegando a estar preso mas de una vez por cortos periodos. En 1988 abandona el ejercito con la patente de capitán.

Como político no ha tenido mucha productividad, habiendo en 27 años aprobado dos proyectos y su zona de influencia ha sido siempre la ciudad y el estado de Rio de Janeiro siendo bastante inexpresivo a un nivel nacional. En un periodo político donde primaba en el discurso dominante el apelo a la democracia, a la supuesta diversidad de pensamiento, donde se miraba al gobierno militar desde un lugar de superación en un camino hacia los derechos humanos fueron los discursos y posturas de Bolsonaro (defendiendo abiertamente la tortura y la dictadura militar, aparte de hacer una visible apología a la homofobia, al racismo y a la misoginia en reiteradas oportunidades a lo largo de los años) los que lo hicieron conocido nacionalmente.

Seguramente a un nivel global, lo que mas impresiona de la ascensión de Bolsonaro como personaje político, es la aparente velocidad con que sus ideas y discurso ganaron fuerza. La información construida por el poder, juega con esta incapacidad de análisis histórica, busca anular cada mínima señal de cualquier construcción de una memoria colectiva, generando así con que procesos que en realidad son la conclusión del desarrollo de una infinidad de situaciones y contextos, parezcan repentinos.

Las tensiones políticas y sociales que se desarrollaron en Brasil en los últimos 16 años, durante primeramente el gobierno del PT (Partido de los Trabajadores) y posteriormente a la destitución de Dilma Roussef, el del MDB (Movimiento Democrático Brasileño), fueron el caldo de cultivo para el fascismo.

La escandalosa crisis política, generada con el conocimiento de algunos de los esquemas de corrupción del Partido de los Trabajadores y sus aliados, sobre todo enmarcada en la llamada “Operación Lava Jato”, alimentó la popularidad de la derecha. Valga la redundancia hablar de políticos y empresarios robando, pero vale resaltar acá el papel fundamental de los medios de comunicación en la construcción de este imaginario, que según el interés político bombardea de denuncias a un sector, favoreciendo así sus opositores. En un país lleno de nostálgicos de la dictadura, también ha significado una acentuación en la popularidad de los militares, ya que los mismos siempre han gozado de una imagen de incorruptibles, no basada en hechos obviamente, pero en la censura y el control que tuvieron de los medios.

La mano dura de la seguridad…

La seguridad pública ha sido otro de los pilares fundamentales en la ascensión del “nuevo” régimen, que también se dice que esta en crisis. Brasil ha sido históricamente un referente en Sudamérica de políticas de seguridad, todo bajo una bandera de guerra al crimen organizado, que maneja un alto nivel de poderío bélico y de control territorial, lo que públicamente es manejado como un “poder paralelo”. Sin necesidad de profundizar, apenas señalar que obviamente de paralelo no tiene mucho, siendo súper funcional al Estado, a sus políticas represivas y al imaginario ciudadano que pide más policía.

Es el altísimo nivel de miseria uno de los grandes propulsores de la violencia y es a la pobreza y la insatisfacción las que quieren controlar. El proceso gradual de militarización de los barrios pobres, las favelas, en ningún momento ha frenado , solo se ha acentuado año tras año. La ciudad de Rio ha sido la punta de lanza en estos experimentos, por su importancia política y económica y por el nivel de conflicto armado que hay ahí entre fuerzas de seguridad y el crimen organizado, culminando con el decreto en febrero de este año de la intervención federal militar en el estado de Rio por parte del presidente Michel Temmer, hecho único en democracia.

En esto hay un hito en torno a la idea de que una mano dura es necesaria para solucionar este problema, lo que culmina con el aumento de la popularidad de Bolsonaro y de los militares en general, lo que se puede sentir con mucha fuerza en la huelga de los camioneros, en el mes de mayo de 2018, sector históricamente de derecha (como en chile), donde una de sus principales reivindicaciones fue la intervención militar a nivel nacional. Vale recordar que aparte de Bolsonaro, su vicepresidente el general Hamilton Mourao y siete de sus ministros son militares.

También la postura de Bolsonaro con relación al porte de armas por parte de la ciudadanía, ha contribuido mucho a su éxito, ya que pretende volver atrás con la política de desarme que había en Brasil, al hacer mas fácil el acceso a las armas por parte de los “ciudadanos de bien”. Entre las varias imágenes del circo de horrores que fue su elección, llamaba la atención la cantidad de videos de gente luciendo sus armas en vía pública, conmemorando la victoria de Bolsonaro y el “fin de la fiesta para lxs delincuentes”.

Dios por encima de todo…

La religión ha sido otro de los bastiones de la ascensión del fascismo en Brasil, el país con mas católicos en el mundo y el segundo con más cristianos. Un supuesto país laico que efectivamente nunca ha separado Dios y el Estado, ya que es la continuidad del proceso de 518 años de colonización de la región. En la actualidad son específicamente sectores de la iglesia evangélica y su brazo en el congreso, la llamada “bancada evangélica”, los que fueron imprescindibles para la elección de Bolsonaro.

Vale nombrar que este mismo sector político fue importante en las tensiones que hoy construyen este contexto, por ejemplo, el entonces presidente de la cámara de diputados y pastor evangélico Eduardo Cuña fue quien encabezó el proceso de destitución de la ex presidenta Dilma Roussef. Fue también este sector que defendiendo su moral religiosa, estuvieron tratando de impedir la aprobación de cualquier proyecto relacionado a lo que ellos llaman “ideología de género” y a la diversidad sexual. La homofobia ha sido una importante tónica en este cuadro, que ha ganado un respaldo político más fuerte que en otros momentos, vale acordarse que juntamente a sus méritos con la cantidad de cristianos, Brasil “gana el trofeo” del país con mas asesinatos de personas trans en el mundo.

La mayor prueba de esta consolidación de la relación del gobierno y la iglesia evangélica es que la elegida para el recién creado ministerio de la familia, mujer y derechos humanos haya sido la pastora Damares Alves, que es conocida por aparecer públicamente defendiendo ardientemente la moral cristiana, condenando vehementemente el casamiento homosexual, y el derecho al aborto, que en Brasil existe para victimas de violación y cuando hay riesgo de vida para la madre. Entre sus polémicos proyectos esta la llamada “bolsa-violación”, donde pretende conceder un pago mensual a las embarazadas que fueron violadas y que decidan tener sus hijos.

Además de eso otro dado preocupante sobre dicho ministerio, es que la FUNAI (Fundación Nacional del Indio), órgano que anteriormente estaba vinculado al ministerio de Justicia, pasará a estar vinculado a este nuevo ministerio, lo que implicará en que se respalde desde el estado, entre otras atrocidades la evangelización de los pueblos originarios, lo que hasta ahora estaría respaldado por una ley que prohíbe la construcción de iglesias en territorio indígena. También en el currículum de la ministra está la acusación de que una ONG de su pertenencia, la ATINI, serìa la responsable del secuestro de niñxs indígenas, con el pretexto de protegerlxs del infanticidio practicado por algunas etnias.

Uno de los elementos de la popularidad de Jair Bolsonaro que ha impresionado es el fanatismo y la idolatría que han asumido gran parte de sus seguidores, lo que mucho se relaciona con la religión, pero que también se nota una profunda similitud al fanatismo fascista de otros tiempos. El endiosamiento que hoy vive Bolsonaro en Brasil en muchos aspectos es bastante parecido al que vivió Adolf Hitler en la Alemania nazi. Como Bolsonaro, tanto Hitler como Mussolini llegaron al poder por la vía democrática.

La influencia del Tío Sam

Como en el pasado la Operación Cóndor fue orquestada en una coordinación entre gobiernos sudamericanos con Estados Unidos, hoy la nueva oleada de gobiernos totalitarios también lo es, ocupando herramientas distintas pero con un mismo afán, asegurar su control territorial y económico.

El desarrollo tecnológico ha elevado considerablemente las posibilidades de manipulación, lo que hizo que no fuesen necesarios los golpes militares de otrora. Para esto, entre todas las cartas que tenían en la manga, hubo una que los hizo ganar el juego: las redes sociales.

Para esta hazaña fue importante el papel de Steve Bannon, el ex estratega jefe de la Casa Blanca en el gobierno de Donald Trump y también una de las cabezas de su campaña. Este nefasto personaje, un militar retirado de alta patente de la Armada estadounidense, ex banquero de inversiones junto al también billonario de extrema derecha Robert Mercer, desarrollaron un método de campaña basado en las redes sociales. Para esto contrataron empresas de informática, que teniendo un acceso a los datos de redes sociales por medio de algoritmos pudieron trazar un perfil de los sectores de la sociedad fértiles a su propaganda, en esto ha jugado mucha importancia las llamadas “fake news”, donde por medio de informaciones falsas contribuían mas para arruinar la popularidad de sus oponentes.

Esto ayuda a explicar por ejemplo que un empresario sin trayectoria política y con poco apoyo de los medios de comunicación sea hoy el presidente de la nación mas poderosa del mundo. Después del alejamiento de Bannon de la casa blanca, él ha estado viajando por el mundo apoyando con sus métodos a distintos movimientos y partidos de extrema derecha, entre ellos Bolsonaro, que tuvo su campaña y su éxito fundamentalmente basada en el uso de las redes sociales y de las “fake news”.

Chicago Boys

La doctrina neo-liberal aplicada por Pinochet en chile es la gran referencia para el gobierno de Bolsonaro a nivel de economía. Los señores que ocuparán algunos de los cargos mas importantes de la gestión económica están vinculados con la Universidad de Chicago y a las ideas de Milton Friedman y Arnold Harbegerger, entre ellos están el ministro de la hacienda (economia) Paulo Guedes, quien aparte de su formación en la Universidad de Chicago, también ejerció un cargo de docente a tiempo completo, en la Universidad de Chile, en la dictadura militar. También el nuevo presidente del Banco del Brasil, Rubem Novaes y el nuevo titular del banco de desarrollo estatal BNDES, Joaquim Levy.

La rienda suelta al libre mercado es la tónica de esta gestión, donde no habrá límites para enriquecer el país. Esta proyección económica implica en un enorme agravamiento de la destrucción del territorio, una verdadera masacre, ya que el gobierno volverá atras con todo tipo de restricción que hay para los monocultivos, la ganadería, la implementación de minerías y de proyectos de generación de energía. De hecho vale nombrar que uno de los bastiones de apoyo a la elección de Bolsonaro en el congreso, fue la llamada “bancada ruralista”, sector político que defiende los intereses de los grandes terratenientes.

La intensificación de la represión

Se pueden observar la acentuación de las políticas represivas con el ascenso del nuevo gobierno, primeramente vale resaltar lo que se podría llamar de represión ciudadana, lo que se ha intensificado mucho ya desde el primer turno de las elecciones en Brasil, sobretodo basada en las posiciones morales y la política de armar a la ciudadanía, esto se va muy bien ilustrado en las oleadas de violencia que hubo justo al final del primer turno y al momento de la victoria, que cobraron la vida de mas de 10 personas y donde hubo incontables casos de agresiones de distintos matices e intensidades, donde el blanco han sido sobretodo las llamadas “minorías”, disidencias sexuales, negrxs y opositorxs de su gobierno.

El primer asesinado por el nuevo régimen y sus cegadxs seguidorxs, ha sido Moa do Katendé que en la noche del primer turno de las elecciones, discutió con un elector de Bolsonaro en un bar, quien fue hasta su casa agarró un cuchillo y asesinó a Moa cobardemente con 12 cuchilladas por la espalda. Moa era un referente, un guardián de la cultura de matriz africana en Salvador-Bahía, reconocido maestro de Capoeira Angola y creador del bloque de afoxé, “Amigos do Katendé”. La muerte de Moa ha sido un hito en la historia reciente de la lucha contra el fascismo, y su memoria ha sido reivindicada por distintos entornos de lucha, inclusive por lxs compañerxs anarkistas.

Dentro de esta misma oleada de violencia un factor que no puede pasar desapercibido es el aumento de la violencia y la brutalidad policial amparado en las posturas del nuevo gobierno. Han sido numerosos los casos de violencia policial hacia opositorxs de Bolsonaro, entre palizas, torturas físicas y psicológicas, en la mayoría de los casos con una clara apología al nuevo presidente y a la vuelta de una gestión explícitamente militarizada. La policía de Brasil, conocida por su brutalidad y por su productividad de muertes (las cifras oficiales en ciudades como Rio y Sao Paulo, hablan de 500 a 600 personas asesinadas en el año) festina con un presidente que quiere darles carta blanca para matar, lo que ha dejado claro en varios momentos y que se ilustra bien con su frase: “Un policía que no mata no es policía”.

Seguramente los sectores mas atingidos por la represión serán lxs indígenas, Quilombolas (1), campesinxs sin tierra y todxs lxs que estén luchando por el territorio. Como ya se mencionó, la gestión de este gobierno va de la mano con los terratenientes, ampliando sus posibilidades de ejercer el control por medio de la fuerza en una región bañada con la sangre de la lucha por la Tierra. En medio de las “conmemoraciones” por la victoria de Bolsonaro, se registraron por lo menos 3 ataques armados a campamentos sin tierra y aldeas indígenas y mas recientemente 2 militantes del MST (Movimiento de los trabajadores Sin Tierra) fueron asesinados por matones en un campamento, lo que no es una práctica nueva pero si un anuncio seguro de un aumento en la intensidad de estos ataques. Entre los proyectos de Bolsonaro para armar a la ciudadanía, esta el de liberar armamento de guerra para los terratenientes, como el uso de fusiles 7.62 .

Otro dato importante de mencionar sobre la política de este gobierno con relación a los pueblos indígenas, es su argumentación en torno a dejar de “aislar a los indios”, dejar de “tratarlos como diferentes”, esta idea de tratar a lxs indígenas como cualquier otrx ciudadano implica en retroceder en prácticamente todos los procesos de homologación y demarcación de tierras, en sacar cualquier restricción para que exploten las tierras de estos pueblos, lo que mucho mas allá de concesiones del Estado, habían sido conquistas por la lucha. Los grupos no contactados por ejemplo ante esta política, podrían en pocos años dejar de existir.

El Fantasma del Terrorismo

Mas allá de hipotéticas y verdaderas diferencias morales, hay que siempre reconocer que muchos de los proyectos del fascismo no son nada más que la continuidad y profundización de los proyectos de los gobiernos anteriores, de izquierda y derecha, a menudo lxs progresistas juegan con el doble discurso y con una política doble-faz el fascismo juega con el descaro, con reafirmar lo que quedó oculto en el discurso de la izquierda. Estos proyectos, militares, económicos o territoriales, no hablan solamente de la estrategia aplicada para la gestión del Estado, reflejan los intereses del Capital internacional y del poder en un nivel que va mucho mas allá de un solo territorio.

Como en otros países, la ley anti terrorista sera uno de los pilares fundamentales de la represión política, ya que su aplicación implica duras condenas, aislamiento y dispersión (2). Elaborada como una estrategia para combatir la posibilidad de ataques en el mundial de fútbol (2014) y en las olimpiadas (2016) , fue aprobada en marzo de 2016, bajo el gobierno de Dilma Roussef. En este mismo año la policía federal deflagro la “operación hashtag”, arrestando cerca de 15 personas por sus supuestas vinculaciones con el Estado Islámico y la planificación de ataques en las olimpíadas, al año siguiente 8 de estas personas fueron condenadas entre 5 y 16 años bajo ley anti-terrorista.

Lo que es importante de observar en este caso, aparte de que fue la primera aplicación efectiva de la ley anti-terrorista en Brasil, es que las condenas estuvieron basadas unicamente en conversas en las redes sociales, lo que nos habla mucho de la estrategia que puede ocupar la represión en un régimen donde expresar su discordancia va ser cada vez mas perseguido.

Tanto Bolsonaro como su ministro de justicia, el juez Sergio Mouro, que fue quien juzgó la operación “Lava-jato”, ya expresaron públicamente su ánimo y urgencia en endurecer la ley anti-terrorista, estando entre sus propuestas para esto la tipificación de la ocupación de Tierra y de edificios como actos terroristas y la aplicación de sanciones mas duras para el crimen de financiamiento de organizaciones terroristas. El objetivo es claro, poder ejercer condenas mucho mas duras hacia cualquiera que ose posicionarse en abierto conflicto con el actual gobierno.

Aparte de la ley anti-terrorista, dos leyes mas cumplen un rol similar: la ley de seguridad nacional, surgida en la dictadura militar de tónica muy similar a la anti-terrorista pero quizás menos actualizada, que en los tiempos recientes la intentaron aplicar contra personas detenidas en las revueltas de junio de 2013 y hace un par de semanas, en contra de un estudiante, que estaría siendo investigado bajo esta ley por haber amenazado al futuro presidente de muerte en las redes sociales. También la ley de las organizaciones criminales, que históricamente se ha ocupado para integrantes del crimen organizado podría fácilmente adaptarse a su aplicación en organizaciones políticas.

¿Y qué pasa con lxs Anarkistas?

Después de las revueltas de junio de 2013, hubo una importante intensificación en la actividad anarkika, de las llamas de la destrucción dejada por este mes una infinidad de constructivas iniciativas brotaron. Colectivos, espacios, actividades, iniciativas solidarias hasta quiénes sufrían la persecución por los hechos de junio, ataques explosivos e incendiarios, la aparición de capuchas y desmanes cada vez mas constantes en las protestas.

Frente a la represión de la izquierda hubo una fuerte afirmación de iniciativas autónomas de lucha, las que obviamente no surgieron en este momento pero que ganaron mucha fuerza al calor de estos días.

Juntamente a esta actividad, la represión también avanzó, en sus métodos y en su conocimiento frente a unx enemigx aparentemente nuevx. La turbulencia callejera en los recientes años vio un último momento álgido en las protestas en contra del actual presidente Michel Temer, entre el final de 2015 y el principio de 2017. Después de esto, gradualmente esta intensidad fue bajando, lo que se puede analizar desde muchas subjetividades pero que se hace difícil encontrar respuestas objetivas. Lo que sí, es que mas allá de estas explosiones mas numerosas, nunca han dejado de existir núcleos de indomables que siguen dando pelea a la dominación. Este hecho no quita que seamos realistas y que la llegada del fascismo agarró a muchxs compañerxs durmiendo la siesta, justamente el momento que se vive es de una baja todavía mas intensa en la actividad anarkista, de dispersión y también de recientes hechos represivos (operación Érebo en Porto Alegre y condena de lxs 23 en Rio).

También imposible no mencionar el fenómeno que se dio ante la inminente llegada del fascismo, aturdidxs por el terror y ante la falta de panorama y de iniciativa en auto-organizarse, muchxs anarkistas no solo votaron en el PT sino que llegaron a hacer campaña en sus redes sociales en una especie de estrategia para barrer el fascismo.

El terror generado porque se avecina un gobierno con el nivel de brutalidad y represión como el de Bolsonaro es completamente comprensible, pero no lo es la falta de memoria. Olvidarse lo que significó la represión y persecución de la izquierda, no solo a lxs anarkistas, sino que a distintos entornos de lucha, olvidar la militarización, los mega-proyectos de devastación de la Tierra, los mega-eventos, los desalojos masivos para convertirse en masa de maniobra de su asqueroso proyecto político. Hay una falta de análisis, lo que sorprende, viniendo de gente consciente de lo que significa la farsa electoral, creer que la ascensión del fascismo será resuelta en una elección.

Para mas allá de eso, la primera gran batalla que tendrán que dar lxs compañerxs es de sobrevivir, también poco a poco van brotando pequeñas pero valederas iniciativas que van avivando la llama de la anarquía frente a un contexto tan adverso.

Hay muchas inspiraciones pero no hay recetas para pelear contra algo que nuestra generación todavía no ha vivido, seguramente va ser la misma experiencia la que va dando forma a esta historia. También hay sensaciones que son importantes mencionarlas, primero que nada la necesidad de juntarse, mirarse las caras y de alguna manera superar el desinterés y-o miedo de organizarse para hacer enfrentar esta situación, también ante la fuerza del enemigo, expandirse para mas allá de nuestros círculos, construyendo lazos y aunando esfuerzos, cuando sea posible, sobretodo en la defensa del territorio y en la empatía por la Tierra.

La memoria en nuestro corazón y la creatividad en nuestras manos serán los medios para seguir destruyendo este mundo y abonando nuestros sueños.

Notas:

(1) Quilombolas es como se conocen las comunidades negras que son descendientes de los Quilombos, que fueron comunidades autónomas formadas por negrxs que se rebelaban ante su situación de esclavxs, se fugaban, y desde estos núcleos hacían la guerra al sistema esclavista, rescatando otrxs negrxs, saboteando haciendas, quemando plantaciones, robando armas y asesinando a los señores, matones y demás lacayos. El primero y mas grande quilombo fue el de Palmares, que duró cien años. En países de habla española, lxs negrxs quilombolas eran conocidxs por cimarrones.

(2) El sistema carcelario en Brasil cuenta con unos de los regímenes mas duros de aislamiento en Sudamérica, el RDD, régimen disciplinar diferenciado, que suele ser aplicado a los jefones del crimen organizado, siendo que ningún preso ha pasado mas de 2 años ahi, a excepción del prisionero político, Mauricio Hernandez Norambuena, el comandante Ramiro, quien después de 16 años, recién ahora el mes de diciembre de 2018, le concedieron el traslado al régimen carcelario común. También a lxs presxs en cárceles federales se lxs aplica constantemente la dispersión, distanciandolxs miles de kilómetros de sus lugares de origen.