Recibido el 16/11/2019:
El pasado 20 de octubre, hubo elecciones en el territorio controlado por el Estado plurinacional de Bolivia, un día después, ante el inminente fraude electoral que favorece al partido de Evo Morales del MAS (Movimiento Al Socialismo) –partido gobernante desde el año 2006 hasta hace pocos días– surgen dos grupos masivos: el primero corresponde a los que se oponen a la permanencia de Evo Morales en el Poder, estos se identifican con la derecha, los segundos son los que niegan que hubo fraude y pretenden eternizar a Evo en el Poder, estos de tendencia izquierdista. Los enfrentamientos entre ambos grupos se van intensificando cada día, la policía se pone del lado de los simpatizantes de Evo Morales y reprime al grupo que se opone a su permanencia en el gobierno. A medida que pasan los días, el binarismo izquierda-derecha va mostrando que hay otro factor más fuerte en los enfrentamientos: el racismo, los de la derecha están liderizados por cívicos de diferentes departamentos, entre ellos Luis Fernando Camacho, presidente del comité Cívico de la ciudad de Santa Cruz, un millonario de la élite empresarial de Bolivia y Pumari de la ciudad de Potosí. Realizan cabildos en diferentes ciudades y la ultra derecha se va apoderando de las protestas, se articulan grupos fascitas de clase media-alta y clase alta en las principales capitales, en la ciudad de La Paz la “Resistencia Civil Demócrata”, en la ciudad de Cochabamba la “Juventud Cochala” y los “Motoqueros”, en Santa Cruz la “Unión Juvenil Cruceñista”, estos grupos de choque van acaparando principalmente jóvenes universitarios de clase media, los más adultos se ocupan de articularse con organizaciones sociales que están en contra de la permanencia de Evo y no necesariamente son de derecha. Los fascistas atacan a personas teniendo el color de piel morena como objetivo, la diferencia de tener discrepancias con los militantes del partido de Evo pasa a segundo plano, el racismo se manifiesta en estas agresiones. El 11 de noviembre, la OEA declara que hubo manipulación en el sistema informático electoral, por tanto, hubo fraude en la victoria de Evo frente a su oponente Carlos D. Mesa, a esto se suma la declaración del comandante de las Fuerzas Armadas pidiéndole que renuncie, y el motín de los pacos se había iniciado dos días antes. Retrocediendo un poco, en febrero de 2016, hubo un referéndum revocatorio, para que Evo pueda habilitarse en las elecciones del 20 de octubre de este año, pierde y se deshabilita junto a su vicepresidente Álvaro García Linera por medio de maniobras judiciales, ya que todos los poderes de Estado están bajo su control, el tribunal Electoral de forma “ilegal” lo habilita y se presenta como candidato a elecciones generales. Este antecedente provocó la baja de popularidad de Evo, sumado a esto, diferentes acontecimientos represivos a movimientos sociales, pueblos indígenas y enriquecimiento de la cúpula de su partido. Los proyectos extractivistas no se quedaron atrás, como la imposición de hidroeléctricas, centros mineros, deforestación de bosques para producción de coca destinada al narcotráfico, principalmente en la región del Chapare, incendios de la selva de la Chiquitanía, la región amazónica, Villa Tunari y el Madidi, provocados por la autorización del gobierno de quema “controlada” que al final perdió el control y devastó más de 5.000.000 de hectáreas, fue el más interesado en los proyectos de “integración” de carreteras del COSIPLAN (IIRSA), atentando la existencia de comunidades de la selva de Bolivia por medio de la construcción de la carretera que pasa por el TIPNIS. El supuesto indígena, que vive en medio de lujos, se transportaba en helicóptero y avión privado, en realidad es el peor devastador de la naturaleza y de los pueblos indígenas, gobernó como un monarca, con un saldo de más de ochenta muertos en los conflictos sociales, privilegiando económicamente a sectores de su preferencia, dejó tanta pobreza como cualquier otro gobierno, nos endeudó a las empresas chinas que trajo para la explotación de los “recursos naturales”, Evo junto a su cúpula de ministros burgueses, persiguió, encarceló reprimió a miles de personas que no están de acuerdo con sus políticas, incluso a las personas con discapacidad.
El 13 de noviembre, asume la presidencia Jeanine Añez, de la ultraderecha, aprovechando el vació gubernamental que existe, luego de haber renunciado Evo, este huye junto a su vicepresidente y la mayoría de su gabinete ministerial conformado por una veintena de personas y son asilados en México, llevándose millones de dólares.
Jeanine Añez del partido de derecha Unidad Demócrata, la nueva presidenta de Bolivia, se posesiona agarrada de su biblia, elige a su gabinete, entre ellos misóginos y machistas; la policía, luego de defender hace pocos días a Evo, ahora apoya a la nueva presidenta y levanta su amotinamiento, el ejército se suma a “poner orden” y sale a las calles a patrullar. Jeanine, en una de sus declaraciones, había despreciado a la bandera Whipala que representa a los pueblos indígenas de las tierras altas y vallunas, expresando racismo hacia la gente del campo, ahora aprobó el Gatillo Fácil para reprimir mediante los militares.
Camacho un día antes de posesión de Jeanine, había entrado al palacio de gobierno, y con la biblia en la mano extiende la bandera de Bolivia y afirma que la Pachamama (Madre Tierra) y la bandera Wiphala nunca más serán tomadas en cuenta. Sectores sociales indígenas, de la ciudad de El Alto, de La Paz y sectores rurales y mineros, consientes de no ser tomados en cuenta por el anterior gobierno y el actual, salen a marchar, en defensa de la Wiphala, contra el fascismo, contra la discriminación, contra la represión y muerte de sus hermanxs por balas del ejército y la policía, los mineros se han defendido con dinamitas de las balas de ejército y la policía, cuando estos reprimieron antes de la renuncia de Evo a los jailones (burgueses) no demostraban odio como ahora lo expresan con los indios. Los seguidores de Evo, tratan de apropiarse de esta protesta movilizando a su gente, utilizando mecanismos de obligación con multas y amenazas dentro de sus sectores a través de sus dirigentes, tiene encargados de contratar personas que su gobierno dejó en la miseria, estos, por menos de treinta dólares son sacrificados para luego se expongan sin tener experiencia y sean detenidos y procesados, por la (in)justicia del Poder.
El objetivo de Evo Morales, es aprovecharse de las protestas sociales y que la situación se vuelva incontrolable, en un escenario confuso que logre generar desinformación y la gente lo aclama para que retorne como salvador y pacificador. La prensa, el MAS y la ultra derecha, han aportado juntos para desvirtuar la lucha indígena, los hacen ver como si las protestas fueran a favor de Evo, sin embargo, el descontento no es por su regreso, sino contra el fascismo de la ultraderecha, la movilización no es por el MAS. En Cochabamba son acribillados con balas ocho cocaleros que si marchan a favor de Evo, este 15 de noviembre, hasta ahora hay cientos de detenidos y 18 muertos, más allá del color político, NOS ESTÁN MATANDO POR SER INDÍGENAS.
Evo dejo a Bolivia con una deuda externa de 10.000.000.000 de dólares, dejando en la pobreza a millones de personas, ahora pretende volver ateniéndose al rechazo de su renuncia de parte de la asamblea plurinacional, ya que aún cuenta con dos tercios, ni él ni Jeanine van a pacificar la situación, existe una guerra racial, que se sobrepone –por lo menos por ahora– a los colores políticos.
La derecha y la izquierda en toda nuestra historia, han utilizado las luchas indígenas y sociales para apoderarse del Poder, para pisar nuestras cabezas amontonadas y usarlas como escalón, los indios ponemos los muertos, con este o cualquier gobierno seremos carne de cañón, porque para el Estado/Capital solo somos mano de obra, por ello, total repudio a toda forma de Poder y autoridad.
16 de noviembre de 2019