Argentina/Chile: Entrevista a un compañero partícipe desde los primeros días de la revuelta

Entrevista recibida el 03/12/2019, con su respectiva fuente: //periodicogatonegro.wordpress.com/

“Lo que pasó aquí en Chile el 18 de octubre fue la protesta más potente de la historia que haya podido ver”: Entrevista a un compañero de la región de Chile partícipe desde los primeros días de la revuelta».

Nos visitó un compañero que aprovechando unos días de este lado de la cordillera nos contó cómo transcurre la insurrección en Chile. Con datos políticos e históricos precisos que se intercalan con el éxtasis del acontecer insurreccional, nos expresa que lo que está sucediendo en Chile “es impresionante verlo, de eso se tratan nuestras ideas, y cuando las vemos llevadas a la práctica por miles de personas, nos damos cuenta de que no eran solo, en efecto, producto de la imaginación, y eso se ha visto en las calles, de una manera radical”

Anarquista, abogado y observador de DDHH, J.C presenció desde los primeros días la gestación de esta revuelta en el territorio de Chile que día tras día interrumpe la normalidad capitalista. Reflexionamos, entre otras cosas, sobre las primeras movilizaciones estudiantiles que dieron lugar a la insurrección popular generalizada, la tensión entre espontaneidad-organización, la superación del miedo a los ecos dictatoriales del `73, el rol del anarquismo y de lo anárquico en la revuelta, el Derecho como lenguaje del Estado y como herramienta para hacerle frente a la legalidad burguesa, el peligro para el gobierno actual al no tener líderes populistas con los cuales negociar, el lugar de la izquierda chilena, la policía chilena como herencia del pinochetismo reforzada en democracia, el apoyo mutuo en las calles, el papel de la primera línea, la demolición de estatuas del colonialismo, la simbología y la invención del pueblo en lucha, las violencias patriarcales, y la tensión entre Asamblea constituyente como fetichismo jurídico y las asambleas territoriales-populares como órganos de la comunización anti-estatal.

No se espante por la extensión de esta entrevista-crónica-texto. Escúchela, incorpórela, difúndala. Nos nutre, nos forma, nos advierte. Creemos en la necesidad de construir un periodismo por y para nuestra clase. Creemos en la necesidad de construir vínculos de solidaridad internacional frente al miserable nacionalismo que inculcan los Estados.

GN: Observando el progreso de la revuelta en el territorio ocupado por el Estado de Chile y viendo cómo les estudiantes abrieron la oportunidad de mostrar el descontento acumulado, ¿cómo dirías que se gesta y surge la revuelta? ¿Cuánto existe de espontaneidad (si es que la hay) y cuánto de intención rebelde (no recuperable para la política partidista) materializada en organización, politización, agite, etc., a lo largo de los años?

JC: Yo creo que son las dos cosas, no creo que la espontaneidad sea contradictoria con la organización. Yo creo que la espontaneidad tiene más que ver con lo que surge directamente del terreno social en el cual se está inserto, y que, claro, las organizaciones que siempre somos muy minoritarias, que podemos realizar anarquistas, u otras organizaciones revolucionarias anti-capitalistas y anti-autoritarias apuestan a la organización y a la propaganda, pero siempre hemos sabido que no podemos hacer una insurrección ni revolución nosotros solos, salvo del estilo de vida, la insurrección individual que le llaman. Pero creo que Chile es un muy buen ejemplo de cómo ambas cosas confluyeron, porque la verdad es que Chile tiene una larga historia de organización anti-autoritaria que ha pasado por distintas fases, distintos niveles de crecimiento y apoyo; pero una cosa es innegable, la juventud en Chile, sobre todo en los liceos, tiende como espontáneamente a posiciones anárquicas. Allá ya la influencia de la izquierda estatista sigue siendo bastante fuerte; pero no fueron ellos los que estuvieron detrás de esta revuelta, por lo menos en la fase inicial. Sino que en efecto, fueron los estudiantes de liceo, que llevaban una lucha larga, sobre todo el año pasado que estuvieron combatiendo.

Algunos liceos emblemáticos del centro de Santiago salían a la calle, barricadas, bombas incendiarias contra las fuerzas policiales, y eso llevó a un momento bien extraño a fines del año pasado. El gobierno de Piñera, para enfrentar todo eso propone una ley llamada “Aula segura”. Era una ley que parecía absolutamente innecesaria desde el punto de vista jurídico formal, porque para los adolescentes que cometen delitos, ya hay un sistema penal que puede juzgarlos desde los 14 años. Es obvio que es posible, para el Estado, criminalizar a alguien si este cometió un delito, aunque sea adolescente, y también los liceos tenían reglamentos que permiten expulsiones por problemas en la convivencia en la escuela. Pero pese a eso el gobierno se jugó para combatir, digamos, la violencia estudiantil con la ley “Aula segura”, la que los cabros bautizaron inmediatamente como “Jaula segura” que permitía expulsiones express mientras se investigaba. Pese a que muchos expertos dijeron que no tenía sentido, era innecesaria, la aprobaron igual y este año empezaron a aplicarla. Entonces, a los que pillaban sospechosos de cualquier acción de violencia, a algunos los suspendían, los expulsaban, hubo recursos judiciales, en fin. Pero eso fue gatillando que, si bien en algún momento de este año parecía que la violencia se había acotado a algunos liceos, sobre todo el Instituto Nacional de Santiago, que está en pleno centro, a una cuadra de casa de gobierno, al lado de la estación de metro que conecta con otras estaciones, ellos estuvieron combatiendo todo este año, a tal punto que la clase dominante no sabía qué hacer, si cerrar el instituto, mandarlos a otros liceos, cerrar el año escolar. Pero la organización era constante. Casi todos los días, un grupo de encapuchados salía a hacer barricadas y desde los techos enfrentaban a la respuesta policial. Pasó a ser permanente; uno pasaba por ahí y siempre estaban las fuerzas policiales rodeando el establecimiento y, curiosamente, llegó un momento en que parecía que eso había bajado un poco y justo se produce el alza de los precios del transporte, del metro.

Eso se acompaña de una serie de provocaciones por parte de los gobernantes, como que dicen, bueno subimos el pasaje, pero el del horario temprano se bajó, así que a los que madruguen se los va a ayudar con esta tarifa rebajada; lo cual causó enojo, indignación. Justo en ese momento ocurrió la revuelta de Ecuador; y como se comunican todas las cosas, todo el mundo supo de ella. Mucha gente se quejaba, diciendo que el pueblo chileno estaba totalmente adormecido, y eso no va a pasar. Y frente al alza del precio de transporte, la organización de los secundarios es bien fuerte; una dominada por la juventud del partido comunista, partido pseudocomunista y la ACES, Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, que es más combativa, ligada a apoyar cuestiones más de ultraizquierda o semi anarquistas. Pero digamos que ninguno de ellos estuvo detrás de esto, sino que el concreto fue un curso de estudiantes del Instituto Nacional, que se iba a hacer una evasión. Todo el curso bajó al metro, que lo tienen al lado, y por sorpresa, con alegría, masividad, lograron pasar sin pagar, filmaron eso, y editaron con música bastante alegre como skapunk. Y eso prendió.

Entonces, incluso estas organizaciones dijeron, eso no lo organizamos nosotros, pero obviamente que estamos de acuerdo. Y ahí empezó, esto fue el Lunes 14. Empezó a ocurrir que los secundarios se organizaban para hacer esas evasiones masivas, esto fue escalando. El día miércoles el gobierno metió a fuerzas especiales de carabineros en las estaciones del metro. Los diarios, la prensa burguesa escribía “las evasiones continúan, y empiezan a obtener respaldo de los adultos”. Y el jueves, ya en cualquier estación de metro que fueras, veías grupos de estudiantes metiéndose y adultos ayudando. Eso era algo bastante único. Yo ese mismo jueves me di cuenta que algo iba a pasar, que el viernes iba a escalar. Pero nunca a tal magnitud.

Las evasiones siguieron, los metros estaban fortificados, con fuerzas especiales, restringidos los accesos. Dentro se empezaron a producir batallas, arrestos, rescates de los detenidos. Y lo que había sido primero un movimiento, en el cual los estudiantes no estaban destruyendo todo, sino que destruían los accesos cuando se los bloqueaba para entrar, y a veces, en la carrera al entrar se rompían cosas, pero no había una labor metódica de destrucción. Hasta que tuvieron que enfrentarse con la policía. Y ahí, me acuerdo, el viernes estuve en la evasión masiva convocada en una estación de metro y fuimos a observar con un par de colegas. Y ahí lo mismo, evasión masiva, llegó la fuerza especial de carabineros, reprimió duramente y como respuesta a esa represión, la batalla terminó con la estación completamente destruida, en una batalla de una ola masiva, contra una fuerza policial numerosa y muy bien acorazada, con trajes. Estaba ocurriendo eso en varios puntos de Santiago, y ahí la cosa empezó a prender de una manera que nadie se esperaba.

Por eso, en relación con la pregunta, había organizaciones libertarias, organizaciones a nivel de secundario, sí, desde hace mucho tiempo, pero lo que paso ahi fue que espontáneamente se reaccionó en un punto de la tarde, como a las cuatro de la tarde. Lo mismo estaba pasando en muchas estaciones de metro, y el gobierno anunció que iban a cerrar el metro, suspendieron también los buses, en una maniobra muy complicada porque querían volver a los trabajadores en contra del movimiento, porque mucha gente trabaja muy lejos de su casa en Santiago.

Entonces se produjo un escenario en donde la normalidad capitalista ya estaba totalmente interrumpida y empezaba a haber disturbios en diferentes partes, y en ese momento anuncian en cadena nacional que iban a aplicar la Ley de seguridad interior del Estado, una ley de los años 50, de la dictadura de Pinochet, que permite aplicar penas mucho más graves por delitos comunes que no tienen penas tan altas. Dieron el anuncio y eso provocó una insurrección generalizada en todo el país. creo que nadie había visto en Chile algo asi. Yo recuerdo durante las protestas en la dictadura, algunas eran espontáneas, pero la mayoría se organizaban, se preparaban. Eran uno o dos días al mes las protestas nacionales, y el resto eran acciones de una minoría activa que se organizaba, a veces formaba apoyo de masas. Pero lo que pasó aquí en Chile el 18 de octubre fue la protesta más potente de la historia que haya podido ver, porque todo el país estalló al mismo tiempo.

Leí reportes de compañeros que decían que en el centro había barricadas cada dos cuadras. Hay fotos que muestran el centro de Santiago y se ve fuego por todos los rincones. A medida que empezó a oscurecer ya la cuestión se desplazó a todas partes y empezó a haber ataques a bancos, farmacias, estaciones en metro. Eso termina en que hacia la noche, sale Piñera con su primo Chadwick, que era el ministro de interior, personaje siniestro ligado a la dictadura, cabeza del crimen contra Catrillanca, y varios mas. Ahí anuncian Estado de excepción constitucional, Estado de emergencia, militares a las calles.

La cosa no se calmaba, la noche la calmó en partes, hubo conflicto en varios puntos. Al Otro dia, el 19, yo por lo menos pensé “qué hermoso momento insurreccional, pero con los milicos en las calles la gente no va a querer seguir manifestando”. Pero todo lo contrario, la gente salió más a la calle, repudió la presencia de los militares. Y ahí el movimiento creció a un punto que nunca paró y hasta el momento sigue como todos lo conocemos. Así es cómo se gatilló. En ese sentido, pienso que fue una revuelta absolutamente espontánea, no en el sentido de que nadie estuviera preparado para eso, pero sí en el sentido de que nadie pudo prever que los acontecimientos de esa semana llevarían a una escalada tan grande de rebelión, de insurrección. Ahora, yo creo que en gran medida ayudó la soberbia y estupidez del gobierno. Unos gobernantes más hábiles, en algún momento hubieran apostado a descomprimir el conflicto, pero en todo momento su estrategia fue, y hasta la prensa burguesa lo dijo, apagar el fuego con bencina. Yo creo que ya lo venían haciendo desde la ley de “Jaula segura”, pero desde ese momento la insurrección ya dejó de ser una movilización estudiantil y pasó a ser una rebelión popular en todo Chile.

GN: Cuando el gobierno redobla la apuesta y anuncia el Estado de emergencia, saca los milicos a la calle, ¿existieron asambleas en la calle para debatir si se sigue, no se sigue? ¿O también existió esa espontaneidad que al ver el redoble del Estado se salió a repudiar eso sin previa organización?

JC: El sábado a la mañana no alcanzó a haber ninguna asamblea, la gente intentó copar la plaza “La dignidad”. Llegaron los milicos con tanquetas, la rodearon, apuntaban a la gente, y así y todo la gente seguía llegando. Una masa enorme de miles de personas repudiando la presencia de milicos, hueviándolos. El miedo generacional que había a los milicos de la generación del `73, la generación actual lo supero, y ya no se asustó por su presencia. Es algo que en todas estas décadas no había ocurrido. Después se generaron las asambleas. Ese día anunciaron toque de queda. Mucha gente desafío en masa el toque de queda, pero los milicos cometieron su mayor violencia en ese periodo que duró diez días. La gente aprovechó las horas entre las 4 y las 5 para hacer asambleas, y por lo mismo del toque queda que impedía que la gente se desplazara muy lejos, empezaron a fortalecerse en los barrios. Ahora, el 18 en la noche, cuando yo salgo ya anocheciendo, la verdad que ya había barricadas en calles, en las cuales nunca había visto. Toda la gente apoyando, aportando cosas para quemar. Parecido a lo que sucedió al final de la dictadura, barricadas espontáneas, pero nunca en este nivel de masividad, radicalidad, y ahí empieza el tema de la asambleas en los distintos territorios.

GN: Algo que venimos debatiendo internamente es la idea del apoyo mutuo. ¿Lo ves materializado en las calles? ¿Cómo se manifiestan los puntos de desacuerdo y de unión en la revuelta?

JC: Tengo una especie de distinción, yo creo que el anarquismo es protagonista en la revuelta, eso está claro, pero tampoco tanto, no moviliza a millones de personas. En Chile lo que se está movilizado son 4 millones de personas. Ciertamente que no hay 4 millones de anarquistas, pero yo diría que desde el 2001, y partiendo de movilizaciones estudiantiles de esa época, hay como una tendencia a lo anárquico, con independencia si obedece o no a la tendencia política del anarquismo, como que está implantado en cierta forma en algunas sectores del movimiento social y eso es lo que se ha hecho evidente ahora. Algunos economistas burgueses internacionales decían que “lo que pasó en Chile podría pasar en cualquier parte del mundo, y lo más peligroso del movimiento chileno es que no hay líderes populistas, no hay nadie con quien se puede ir a dialogar“. Y yo creo que, lo que pasa, que para la izquierda es la debilidad del movimiento, para mí es la fuerza del movimiento, es su carácter anárquico, más allá de que la gente ocupe o no la bandera negra, que la ocupa; de hecho, se ha dado un fenómeno extraño que ocupan la bandera chilena, pero negra, con la estrella. Es como una cuestión que no me hubiera imaginado.

Nosotros antes odiábamos la bandera chilena, pero hoy dia no da para decirle fascista a quien lucha al lado por ocupar la bandera chilena. Fue sucediendo que pasó a ocuparse negra, con las líneas, y luego solo negra con la estrella. Cuestión que simbólicamente es bien importante. Yo diría que en ese sentido lo del apoyo mutuo, la horizontalidad, ha estado en el centro de todo el movimiento. Por ejemplo, en Chile siempre se intentó estigmatizar a los capucha, pero siempre fueron parte del movimiento, es una práctica permanente en Chile, desde los 80, que nunca se ha interrumpido. Pero nunca convocó a una cantidad tan grande de gente. Ahora, en cambio, en todas las ciudades se dio el fenómeno de la primera línea para detener el avance de la policía, incluso en Santiago, en la plaza que ahora se llama plaza de La Dignidad, se rebautizó. A veces hay una masa de varios cientos de miles, y la policía está concentrada en un sector. Cuando llega poca gente, la policía barre con ella, pero cuando llega más gente, ya le cuesta y ahí se forma la primera línea, que es la que mantiene el conflicto en ese punto impidiendo que la policía avance para dispersar a la gente.

Esa primera línea yo diría que es la ejemplificación del apoyo mutuo, por que toda la gente asume la función para la que tiene más talento, ganas. Entonces, hay una línea de escudo, después hay una línea de los que lanzan las piedras, luego hay equipos que apagan las lacrimógenas, otros que están con las botellas de spray para aliviarte de las lacrimógenas, hay gente con comida, puestos de primero auxilios, y en la última línea, los que están con láser, jodiendo la visión de los pacos, constantemente. Entonces, es como un organismo colectivo, una inteligencia colectiva que se expresa ahi, gente que ni se conoce, pero actúa como masa totalmente compacta que desarrolla tácticas para poder resistir las arremetidas de la policía. Es impresionante verlo, de eso se trata nuestras ideas, y cuando las vemos llevadas a la práctica por miles de personas, nos damos cuenta que no eran solo, en efecto, producto de la imaginación, y eso se ha visto en las calles, de una manera radical que ha generado que ahora la gente que antes decía que los capucha vienen a puro pudrir la marcha, y por culpa de ellos nos reprimen, ahora le agradecen, le dicen “ustedes son la primera línea de defensa del pueblo”, “sin ustedes no podríamos manifestarnos”. Y eso creo que es puro apoyo mutuo y espontaneidad bien entendida.

GN: Es increible la construcción que hubo para virar un poco el sentido común de rechazo hacia lxs encapuchadxs. Acá, ante cualquier tipo de manifestación que se salga de los protocolos que permite el Estado y los partidos, surge la idea del “infiltrado”, no hay posibilidad de pensar que es un grupo que está intentando combatir las estructuras del Capital. Y de allá hemos visto videos en los cuales la primera línea pasa y la gente aplaude, mucho agradecimiento a la primera línea, es como una construcción de sentido muy hermosa. Y en relación con lo que decis de la bandera que se convirtió en negra, hay mucha creación: “el negro matapacos” y su escultura, mucha imaginacion del mismo pueblo no solo creando la confrontación contra los pacos, sino creando imaginación que la lleva a la calle.

JC: Además que ha habido todo un movimiento, una explosión de creatividad e imaginación popular, proletaria que yo diría que hasta dejaría pequeño Mayo [francés] del 68, porque se parece, tiene un vínculo, pero la verdad, si uno pasea por las calles quiere andar con cámara porque ve gráficas, consignas tan buenas, tan impresionantes, que uno quiere documentarlas y difundirlas porque si pasas al otro dia ya no están. A veces han tratado de borrarlas, jóvenes de clase alta yendo a limpiar, y se pinta de nuevo. Se ha producido un rediseño del espacio urbano, porque antes la gente buscaba piedras, y se acababan. Hay sectores donde prácticamente no hay. La policía, el propio municipio a veces, despejan, pero en varias partes, lo que está ocurriendo es que la gente desarma el suelo. Eso es un equipo organizado.

La primera línea no es solo la primera primera, sino que tiene ese trabajo colectivo que llega hasta los láser, pero en el medio tiene un montón de personas picando piedras, partiéndolas para que queden adecuadas para ser lanzadas, y otro equipo que las acerca a la primera primera línea para que no tengan que retroceder. Es un verdadero organismo colectivo, con una inteligencia humana colectiva que ahora en Chile es muy importante. Yo pensaba que el anarquismo en Chile venía un poco de capa caída, no tanto por el efecto de la represión que ha sufrido hace diez años, sino en otra tendencia. Muchos insurreccionalistas se habían pasado al eco-extremismo, y allá era fuerte toda esa tendencia que llaman “humano plaga”, abogan por la extinción de la humanidad. Es algo que para mí ya no tiene que ver con el anarquismo, ni comunismo, sino una ideología suicida. Entiendo a quienes llegan a esa posición, justamente por la desesperanza, la falta de perspectiva revolucionaria, y por la constatación de que la velocidad en la que el Capital global destruye la tierra es mucho mayor que la capacidad humana para hacerle frente; pero en este momento el mundo sí se le está haciendo frente, y eso cambia las cosas.

En Chile, el sector más moderado del anarquismo está sentado en el Frente Amplio, y hasta tienen diputadas de izquierda libertaria, que se fusionó con otro grupo bien reformista. Entonces da la impresión que lo verdaderamente libertario puede que no sea tan visible pero siempre existe en diferentes expresiones en el subsuelo. Ganar elecciones hace noticia, hacer acciones también hace noticia. Pero toda esa práctica subterránea y permanente, anárquica emergió. Yo mismo no tenía claridad si seguía ahí o estaba decayendo, pero ahora por el contrario, se reveló la verdadera potencia de toda esa tendencia anti-autoritaria, y eso es lo que ha puesto en jaque al gobierno, al Estado.

La izquierda no controla para nada las manifestaciones, se hace presente, lleva propaganda, no mucha, pero es un movimiento totalmente diferente. Las marchas, las procesiones de la izquierda eran muy poco creativas, la misma simbología de siempre, los mismos cantos, gritos. En cambio ahora es todo muy diferente, a nivel de canto, tanto a nivel de propaganda, todo es una explosión de creatividad. Algo muy hermoso que ha ocurrido en todas las ciudades es que la masa combatiendo tiende también a desmontar las estatuas, todos los símbolos de colonialismo, del Estado. Allá, como acá, estamos llenos de milicos y conquistadores españoles en las plazas. Deben haber visto en los videos, los desmontan y los sacan ahi. En La Serena sacaron a un conquistador español y pusieron la imagen de un diaguita. En Punta Arena degollaron la estatua de uno de los genocidas más conocidos, Braun Menéndez. En temuco cortaron la cabeza de un español, Pedro de Valdivia y la dejaron en las manos de Caupolicán de la resistencia mapuche. Y ese proceso se ha dado en todas partes, como rediseñando, disputando, dando el combate incluso en el espacio urbano.

GN: Siendo abogado y observador de DDHH, ¿qué opinas sobre la negación del Estado chileno de asumir la represión señalada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)? Por otra parte, ¿se puede hablar de Derechos Humanos dentro de un sistema que vuelve los derechos en una obligación y a tode humane en una mercancía?

J.C: El tema más puntual es que la reacción del gobierno y carabineros fue decir que se habían ajustado a los protocolos, que no había habido violación de DDHH. El general de carabineros, Mario Rozas, dijo en la tele, la primera semana, cuando había habido gran cantidad de víctimas: “¿carabineros viola DDHH? No, de ninguna manera”, y esa fue la misma actitud del gobierno. Salieron diciendo que decir que carabineros violaba DDHH era violar los DDHH de los carabineros. Un juego de palabras bien interesante, pero para todo el mundo fue muy claro que la policía chilena nunca se despinochetizó. Más bien su aparato fue fortificado en democracia.

Todo el país había visto tres fenómenos importantes. Uno decía: la policía chilena es brutal, pero no es corrupta, como otras del mundo que se te acercan y uno libra pagando. Con la policía chilena nunca fue posible hacer eso. Pero yo decía, quizá hay niveles de corrupción que no conocemos, que van por arriba. y eso se destapó hace un tiempo con una estafa, un desfalco sistemático en el que estaba implicado gran parte del alto mando, desviando fondos por 30 mil millones de pesos, es una brutalidad. Le llaman la mafia de la intendencia. Y a eso hay que sumarle que la policía siempre hace montajes, pero no siempre se descubre de manera flagrante. Pero en la zona de la Araucanía hicieron una maniobra llamada “Operación Huracán” y acusaron como a una decena de mapuches de integrar una célula terrorista, y era supuestamente por intercepciones de mensajes donde celebraban quema de camiones, madereras. Habían quedado presos, y a poco andar quedó claro que había sido un montaje en el que plantaron mensajes dentro de la mensajería de ellos, eran falsos, lo que generó un descrédito bastante grande. Después vino el asesinato de Catrillanca, y todo lo que hicieron para encubrirlo, mentir, decir que no habían registros, cuando sí los había. Y lo que era una clara ejecución extrajudicial fue defendido por carabineros como la defensa ante un ataque armado que nunca existió. Cuando todo eso quedó en evidencia, carabineros de chile, que era una institución bastante popular en las encuestas, porque como se domina con el miedo, no necesariamente mucha gente que ame al Estado y la policía, pero piensa que carabineros le da protección. Toda esa imagen de la policía estaba bastante por el suelo.

Cuando ocurrió el estallido, la respuesta fue brutal. Como el caso de una persona que fue a manifestarse a una plaza y la molieron a palos. Llegó a su casa, trató de descansar y murió. Para morir después de una paliza, es que en realidad te reventaron. Hubo otro caso, un chico que detuvieron, la policía vio que tenía las uñas pintadas, pantalón ajustado, la policía lo obligó a gritar “soy maricón, soy maricón” y luego de eso lo violaron con el bastón policial. Entonces, estamos hablando de un nivel de violencia, que hizo crecer al odio antiyuta a un nivel nunca antes visto. Entonces, había violaciones de DDHH que eran evidente. El poder se encargó de discutir que no eran sistemáticas. Y era por una cuestión clave,, si las violaciones de DDHH son puntuales, responden a su autor y punto. Pero si son sistemáticas, generalizadas, es posible construirlas como crimen a la humanidad, y ahí el nivel de responsabilidad escala al alto mando y a los mandos políticos.

Se dice que no ha habido una masacre, que la mayoría de los muertos se produjeron en los incendios luego de los saqueos, aunque hay casos en los que se duda si los cuerpos fueron plantados ahí luego de matarlos en otro lado, hay un par de casos que las autopsias han revelado eso pero no está claro. Muertos por acción directa de un bastón, o balazos. Se han buscado hacer querellas por eso. Muchos pueden decir, bueno, “eso no es tanto como los casos de terrorismo de Estado como los que hubo en Argentina, Chile”, pero la verdad es que la forma es como una especie de terrorismo de Estado más contenido, aplicado a través de la escopeta antidisturbio, lanzamiento de lacrimógena usada no tanto por el gas, sino por el potencial que tiene como proyectil. A mucha gente le han roto la cabeza, la mandíbula con ese impacto.

Hasta el viernes pasado [22/11] había 223 personas con lesiones oculares graves, incluyendo alguna gran cantidad que había perdido directamente el ojo. Un caso de un chico que perdió los dos ojos. Lo que ha generado un escándalo en proporciones, porque carabineros dice “no, nosotros ocupamos una escopeta con munición no letal, con perdigón de goma”, pero toda la gente que se veía en los hospitales tenía incrustado los perdigones; y el perdigón de goma bien usado, rebota, te duele, causa dolor intenso, pero rebota, no se incrusta. Hubo un estudio de la Universidad de Chile en base a dos perdigones extraídos de los ojos de las personas, que aunque dice “perdigón de goma”, son 20% goma y 80% plomo, y otros metales. Y eso es lo que causó que hasta autoridades del gobierno han reconocido que es una epidemia de lesiones oculares sin precedente, ni en Gaza ni en Cisjordania, ni otro lugar que ha estado en revuelta, no hay tal cantidad de personas que hayan perdido la vista por producto de la escopeta antidisturbios. Eso, muchos creemos que es evidente, es un crimen de lesa humanidad, consiste en mutilación masiva, y el gobierno lo supo desde los primeros días.

Hubo informes del colegio de médicos, institutos de DDHH, de la unidad de trauma ocular del hospital público de Santiago, que decían que a la gente le estaban disparando a la altura de los ojos y con una munición que parece no ser de goma. El gobierno fue a la Comisión Interamericana y dijo “faltan a la verdad, carabineros ocupa solo perdigones de goma y los que dicen que no están inventando, o quizás lo dispararon los encapuchados”. El tema es que ahora quedó absolutamente claro que el perdigón es uno que está en una nueva regla internacional, son de hace poco, y recomiendan no usar. Dicen que es la peor munición menos letal, porque nunca es no letal, sino que es menos letal. Una de la peores formas es este balín de metal reforzado, también dicen que nunca se dispara del torso para arriba, porque puede provocar graves lesiones o la muerte y también que desaconsejan el uso de el perdigón múltiple, como el escopetazo de perdigones que están ocupando en Chile, salen doce con cada impacto. Y claro que lo disparan a la masa, a la altura del torso y produce una cantidad de víctimas aleatorias. No es que necesariamente le apunten a alguien, pero dejan la posibilidad de que a todos los que están ahí, no necesariamente en la primerísima línea, le llega el impacto, y eso es lo que yo considero como terrorismo de Estado, como una política para desincentivar la manifestación, que generan víctimas aleatorias, dentro de una masa, que hacen que hoy día la cantidad de gente no ha bajado, pero la mayoría usa protección ocular, porque hasta gente que estaba mirando, sacando fotos, en puestos de primeros auxilios les han llegado perdigones.

Entonces, el tema es que salió la semana pasada el informe de Amnistía Internacional “graves violaciones de DDHH”. El gobierno dijo “como se le ocurre, no está comprobado, es puro prejuicio”, más o menos. Hoy día salió el informe de Human Right Watch y dice “urge reformar completamente la policía en Chile, porque está cometiendo graves y masivas violaciones a los DDHH”. El gobierno tuvo que moderar y decir “recibimos este informe con mucho dolor”, pero ya no lo negaron. Y se vienen otros informes de la Comisión Interamericana, yo creo que en carácter de una forma no desatada, pero sí importante de terrorismo de Estado que han aplicado en este mes que está quedando bastante claro para gente que es de los DDHH, pero no necesariamente tiene posiciones revolucionarias, ni mucho menos.

Y acá viene el otro punto, creo que DDHH en primer lugar, es un concepto filosófico, jurídico; se discute si hay reconocimiento o no, quién lo reconoce, los reconoce el Estado. Entonces, claro, está el problema de qué son. Es una conceptualización que viene de las revoluciones burguesas, en primer lugar, o derechos civiles y políticos, los Derechos del hombre ciudadano. Y luego, en una segunda oleada, el movimiento obrero integrado en el Estado a través de la socialdemocracia, comienza a defender los derechos económicos, sociales, culturales, que le llaman ahora segunda generación de derechos. Y ya , cercano al S XX, surge la tercera generación, que son los derechos de las minorías, colectivos, derechos que no firman ya solo contra el Estado, que es lo clásico, sino contra multinacionales, otras formas de poder organizado.

Entonces es bastante difuso, es bien complejo definir los DDHH. No hay para nada una posición pacífica en eso, pero sí creo que es una conceptualización que no viene de nuestro movimiento, digamos, es tomado, puede que lo resignifiquemos, pero tiene un origen que se acerca a la dominación estatal, a las teorías del pacto social, del contrato social, y a los límites que se ponen a la acción del Estado respecto a un individuo concebido como un sujeto aislado en relación con la economía, por ejemplo.

Hay además una burocracia de los DDHH, todos estos organismos nacionales, internacionales, que profesionalmente se dedican al ámbito de los DDHH, y también que no podemos olvidar que están asociados a las Naciones Unidas, también usan el lenguaje del Estado, si bien critican los excesos, no critican la dominación en sí misma, y a veces nos sirve, claramente, ahora en chile, nos sirve que incluso esos organismos digan “acá hay crímenes contra la humanidad”. Es algo que es necesario.

Pero en tercer lugar, hay una posición más crítica, más rica, que es el movimiento social que hace suyas las reivindicaciones de DDHH. Yo creo que si el movimiento por los DDHH tiene algún impulso todavía es por las base social que lo hace suyo, se moviliza exigiendo DDHH, contradiciendo a veces a la burocracia de los DDHH que a veces es más parte del problema que de la solución, y tensiona también los límites de lo que entendemos por DDHH. Pero el tema es que, insisto, el lenguaje de los DDHH, muchos juristas dicen que se afirman frente al Estado. Entonces, para los que tienen posiciones políticas como las nuestras, eso tiene la utilidad de que en efecto, la violación de DDHH solo la práctica el Estado a través de sus agentes, a pesar de que ahora hay tendencias de derecha que intentan construir un discurso alternativo y que en Chile hay quienes dicen que los encapuchados violan los DDHH con la protesta porque no dejan que la gente circule, intentando llevarlo para otro lado.

Pero yo creo que sí se afirman contra el Estado, pero no sé si tienen mucho sentido en alguna perspectiva de revolución antiestatal. Sí los DDHH se basan en la dignidad humana. Yo sí creo en la dignidad humana, a diferencia de quienes están por la extinción de la humanidad. Pero no necesariamente la encorsetaría dentro de un molde de derechos que en algún momento pueden ser ocupados incluso contra la movilización, por ejemplo. Y claro, finalmente, el único sujeto del derecho burgués es la mercancía perpetuandose, entonces somos reconocidos sujetos del derecho burgués en tanto estemos en la mercantilización, y cuando no la aceptamos construyen otras teorías como el derecho penal del enemigo. Dicen “estos tipos no son ciudadanos, son enemigos, no merecen las garantías, los derechos”.

En Santiago, hace diez años, me acuerdo una vez intentamos un recurso de protección constitucional contra un canal de televisión que había criminalizado a una casa okupa, diciendo que eran terroristas. El recurso no solo se perdió, sino que el redactor del recurso, el juez, dijo que “personas que ponen en sus casas llamamientos a la guerra social no están en ejercicio legítimo de ningún derecho, y no merecen la protección constitucional”. Entonces siempre estamos en ese borde en que la anarquía rompe la legalidad, y es considerada como los jueces te dicen.

¿Porqué los anarquistas ocupan la legalidad a su favor? Yo creo que si a mí me detienen y la detención es ilegal, yo no veo ninguna contradicción en ir y ocupar el Derecho burgués, incluso en sus propios términos, “violaron la ley, entonces la detención es ilegal, dejenme en libertad”. Pero una atención que es importante, el derecho no es solo una herramienta técnica neutra, sino que a los operadores del Derecho les preocupa, les genera una especie de fe en el Estado y las leyes, eso ya es complejo.

Pasando a la otra pregunta, la posición de lo antiautoritario que trabajamos en el mundo jurídico. Siempre me he encontrado con ese cuestionamiento, “ah, pero eres abogado, ¿cómo puedes ser abogado y anárquico?” Mi posición es anti-ideológica, yo creo más en lo que en realidad hay de movimiento detrás de las palabras que ocupamos, y lo concibo de un modo, con varios compañeros, creo en una posición en el que el comunismo bien entendido (no el estalinismo, ni el comunismo de Estado), es la comunización, el anarquismo. Yo lo entiendo así, digamos, el anti-capitalismo es la comunización, el anti-estado es la anarquía.

Entonces, en una publicación que teníamos allá decía anarquía y comunismo no es lo mismo, pero es igual, porque nosotros entendemos que la única manera de realizar el comunismo es destruyendo el Estado, y los anarquistas que no están a favor del comunismo, por lo general, por prejuicios anti-marxistas, terminan cayendo en posiciones anarcoindividualistas, o anarcocapitalistas, incluso. Yo me he encontrado con anarquistas en Chile que dicen “no hay que destruir todo el capitalismo, hay que generar comunas donde vaya a vivir allá gente que quiera vivir así, y si alguien no quiere, que viva de otro modo” y yo, “no, huevón, claramente no, no podremos ser libres hasta que no destruyamos todos los edificios de dominación capitalista que se retroalimentan”. Es parecido cuando digo que el Estado y el Capital no son lo mismo pero están compenetrados, cada uno permite que funcione el otro. Yo tengo esa misma visión de anarquía y comunismo (bien entendido).

Entonces, no me preocupa agitar o no la ideología anarquista, que de hecho me parece nefasta, cuando los anarquistas rigidizan su pensamiento, ya no son libres. Creo que los que andan obsesionados con odiar todo lo que huela a Marx, siendo que Bakunin tradujo El Capital al ruso, en fin. Pero claro, no tengo mucho la preocupación de demostrar una pureza ácrata, como a veces en Chile dinamizamos una especie de iglesia anarquista que anda diciendo “hiciste esto, hiciste esto otro”. Muchas veces me han dicho “¿no es contradictorio ser libertario y se abogado?” Y yo le digo “¿no es contradictorio ser libertario y ser profesor?”. Porque claro, ¿los profesores están más libres de la contaminación del sistema que nosotros? No creo, sí tienen que domesticar, inculcar ideas, hábitos.

Una vez debatí en un foro donde había un abogado trotskista que decía “los abogados somo trabajadores del Derecho, y somos iguales a cualquier trabajador”. Sí y no. El abogado asalariado es un trabajador, pero el abogado que trabaja por cuenta propia es objetivamente un pequeño burgués, básicamente, porque son liberales, entonces depende de cómo trabajes, para quién, porque hasta en el Manifiesto comunista dicen que el capitalismo desacralizó todo, y dicen, salario al jurista; y eso es verdad, la mayoría de los jueces que conozco son asalariados. Y ahí pueden decidir si adhieren a la postura de los asalariados en general, aunque por lo general, tengan remuneraciones más altas, o si adhieren a la clase dominante.

Pero lo que discrepaba con mi colega, es que no sé si es como cualquier profesión, porque el Derecho surge en Roma como un ámbito que está como a caballo entre la religión y la política, entonces tiene componentes siempre de mistificación. El Estado de derecho en rigor significa que el Estado por sí solo tiene la fuerza pública, pero no tiene la legitimidad. Y el derecho por sí solo tiene la legitimidad, pero no la fuerza pública. Entonces el Estado de derecho que para todos los demócratas, los socialdemócratas es un concepto positivo, en realidad significa lo que alguien definió como el “secuestro del Derecho por el Estado”, porque antes del capitalismo, en la modernidad, podrían haber puesto “orden de regulación de las cosas”, “derechos municipal”, “acuerdos entre las personas”, “derechos no escritos”, “tradiciones”, “costumbres”. En cambio, el Estado lo que dice es que es solo el Derecho lo que el Estado, a través de leyes clama como tal, y todo lo demás no es derecho.

Todo eso es un matrimonio por conveniencia en donde el Estado no es solo fuerza bruta, si no que tiene el monopolio de la fuerza legítima, tiene el recurso, derecho de pedir el uso de la fuerza pública. Por eso el derecho burgués, el derecho capitalista, puede ser una discusión muy semántica, pero al regular las comunidades ya liberadas, cómo resuelven los conflictos, yo creo que tienen que tener una especie de derecho alternativo, pero totalmente distinto al que conocemos ahora. El tema es que el Derecho actual no es solo una herramienta, sino que mistifica, y en Chile ahora pasa eso, hay un tremendo estallido social, casi como una revolución social, y la gente dice “bueno, esto se va a resolver con una asamblea constituyente”, y digo “¡¿qué?! La visión de que el Derecho crea la realidad, siendo que más bien la refleja. El Derecho, las leyes, reflejan una correlación de fuerzas determinada, y por eso se plasma así. Y además buscan reforzar esa posición cuando se aplica en realidad, pero el Derecho no constituye la realidad, es solo un segmento.

Entonces, todos estos que tienen la fe de que es el momento para trabajar la Constitución, son quienes tienen un fetichismo jurídico, y eso es un problema para los que trabajamos en algún ámbito jurídico. Lo que digo es que el abogado critico, con posiciones libertarias, si tiene que intervenir en el mundo del Derecho, cuando lo hacemos estamos nadando en un mar de mierda, y necesitamos en algún momento salir de ahí, cuando no estamos trabajando, así logramos descontaminarnos, y eso solo lo logramos volviendo a nuestras comunidades en lucha, a nuestros grupos de afinidad en tanto no abogados, creo que esa es la única forma.

Hay un problema, los anarquistas que entren a estudiar Derecho, lo más probable es que ya no sean anarquistas, porque el Derecho te cobra un precio ideológico de alienación y es muy difícil no caer en eso. Yo diría que pueden haber abogados libertarios, como pueden haber ingenieros libertarios, matemáticos libertarios, pero el derecho está siempre ligado al Poder, y es difícil que la mayoría de los libertarios puedan mantener esa postura ya que finalmente tienen que actuar en ese mar de mierda.

Sobre legalidad e ilegalidad hay un punto importante que podría profundizar; hay un tema que hemos discutido en Chile, que es que uno tiende a asumir que la ilegalidad es superior a la legalidad, pero también, es posible, ver obsesionarse con la dupla legal e ilegal. Hay un texto de un marxista del año 22, llamado “Legalidad e ilegalidad”, y plantea unas cuestiones interesantes. Cuando uno sabe que la clase dominante hace las leyes, y puede hacer diferentes según los intereses que tenga, las cuestiones de clase que busque preservar, a veces hay conquistas, luchas del pueblo que llevan a modificar leyes. Cuando uno sabe que la ley es una cuestión contingente y depende de relaciones de fuerza, sabe que no la puede tomar en serio, no es sagrada. Él dice que el problema del anarquismo es que cuando proclama el culto a la ilegalidad, dice que está dando la razón a que la definición de la ley es una cuestión súper seria y se determina por ella.

Es como decía un situacionista, “cagarse en un altar”, como una cuestión de rendirle culto, invertido. Entonces yo decía, esa dinámica me llama la atención. Uno dice, la actitud revolucionaria ante la ley es la indiferencia, uno puede usarlo, no usarlo, pero lo importante es no dejarse determinar por ella. En cambio, el culto a la ilegalidad es como la visión negativa del culto a la ley. La mayoría de los anarquistas no estarían de acuerdo con eso, pero yo le encuentro el sentido.

Yo entiendo esa posición, pero también entiendo la otra que cuando uno practica la ilegalidad siente que tiene un sabor adicional que no lo tiene si lo hubiera conseguido legalmente. Es como una vieja canción de una banda punk bien rara de los `80 allá en Chile, Los jorobados. Tenían una cancion que dice “ven a visitarme con algo pa tomar, y si no lo robas, no me interesa”. Yo entiendo eso también, cuando uno rompe la ley, la vulnera, le pasa por al lado, siempre hay un placer incluso erótico, estético de los sentidos porque la estás combatiendo, pero también tendría ojo con eso. Si uno piensa que lo ilegal es positivo en sí mismo puede que esté cayendo en la trampa de la legalidad por la inversa, y la idea es romperla. En ese punto, obvio que es necesario conocerla en el ámbito que uno le toca.

Hace unos años hicimos unos análisis y nos dimos cuenta de que en Chile las leyes tenían un marco favorable para hacer ocupaciones de casa. La ley ayudaba bastante a quien quisiera ocupar una casa. Pero bueno, eso hay que saberlo, divulgarlo, romper esa jerga legal que el Estado necesita, y cuando uno rompe eso, lo lleva a un lenguaje popular, el Derecho puede ser usado en contra de sus propios creadores. Mencionar las leyes que limita el accionar policial. En el momento nada te salva de que la policía rompa la ley, te cague a palos, te viole o te mate, pero un manejo, el saber exactamente qué tenía permitido y en qué momento empezaron a violarlo, sirve y hasta, en algunos momentos, desincentiva el accionar policial. A veces pasó que intentaron hacer averiguación de identidad de compañeros, y uno andaba con el código y le dice a los pacos, “¿pero por qué el control?” “Porque hay un indicio de identidad delictiva”. El compañero le muestra el código y no, la verdad es que no. “Bueno, me voy”. No todo el mundo debería estar ocupado de las leyes, pero quienes trabajamos con ellas, deberíamos divulgar los conocimientos de cómo ocuparlas como barrera de contención para evitar que abiertamente te agredan, violen tus derechos; también en el plano laboral, en el penal.

GN: Eso se puede aplicar para cualquier disciplina, ¿no? Profesores, abogados, ingenieros, etc. Lo que sea, desacralizar la profesión burguesa, que se pueda resignificar para un beneficio social, de clase.

JC: Todo lo que conocemos como disciplina, fueron formadas, remodeladas por el capitalismo, se hicieron para el servicio de la dominación. La antropología, para justificar el colonialismo, el racismo; la sociología, la criminología, surgen como ciencias del control social. Pero curiosamente, en cada una de las disciplinas, se forma en el límite, un polo crítico que le rompe el límite finalmente. Está la psiquiatría y la antipsiquiatría. Había criminología oficial, y la criminología crítica. Yo creo que así en muchos ámbitos. Hay pedagogía y anti-pedagogía. En serio, a mí me parece que culpabilizar compañeros porque estudiaron algo y tienen un título profesional es bastante moralista y culposo cristiano, siendo que más bien, en algún momento, en las revoluciones se ve que cuando hay soldados o policías que se pasan al otro lado, tienen un conocimiento técnico que nosotros no tenemos y también sirve. Más que rechazar el conocimiento hay que romperlo de las parcialización y subvertirlo, que juegue para lo que contrario que era su encargo oficial.

GN: ¿Cómo percibís las violencias patriarcales en la revuelta? ¿Han existido momentos de discusión que den cuenta la posición general de quienes protestan ante el patriarcado?

J.C: En la revuelta misma, en primera línea, es pura acción, uno no ve el espacio de discusión, pero sí lo que se ve es participación mixta. En la primera línea hay más presencia masculina, pero las mujeres también están. Y por lo general, de hecho en un periódico amarillista, medio progre de allá, hicieron un reportaje a las mujeres en la primera línea. Decían que estaban más bien dedicadas al asunto de picar piedras y llevarlas adelante, dando una perspectiva de que todos estaban protegiendo al pueblo, no es que los hombres nos protegen a todos.

En Chile, uno de los precedentes que tuvo esta movilización, es que tuvo distintas insurrecciones más locales, en Chiloe, Aysen, Magallanes. El año pasado fue el año de la explosión feminista. Toda la crítica feminista, contra la heteronorma, contra el patriarcado, se expandió y se conoció de una manera que no había tenido precedentes en Chile, y donde es importante la posición anarcofeminista. Eso se nota no solo en la acción, sino en la propaganda. Hay mucha apelación a que el patriarcado y el Estado están imbricados, entonces tienen que caer juntos, lo que es una propaganda bastante fuerte.

Todavía he visto una reminiscencia, mucha de las lesbofeministas, de las anarcofeministas que han problematizado la cuestión de un grito tradicional que dice “porom pom pom, porom pom pom, el que no salta es un paco maricón”. Qué tiene que ver eso, se preguntan, ¿no podemos protestar sin homofobia? Ese es un canto que ocupaban las barras bravas, mayormente.

Algo que no mencioné es que las barras bravas, que se odian y llevan peleando entre sí por décadas, se unieron a la primera línea. El otro dia pegaron un cartel que decía “Perdimos mucho tiempo peleando entre nosotros”. Era inimaginable. Hay varias cuestiones que están en tensión, que pueden apreciarse ahí, pero yo diría que la crítica antipatriarcal está bastante fuerte. Yo creo que la explosión feminista del año pasado revolucionó el país. Yo no diría que el patriarcado y el machismo hayan muerto, pero sí que quedaron heridos de muerte. Eso sí se nota en la protesta.

Varios anarquistas, y sobre todo en la comunidad HCpunk, estuvieron escrachados y se generan conflictos sobre si se los acepta en un recital, y es un tema; esas formas de sanción son válidas, pero pienso, ¿los vamos a escrachar para siempre o habrá un momento en que incluso personas que se mandaron grandes cagadas sean reinsertadas en nuestras comunidades? Hasta el derecho burgués proclama, en la práctica solo castiga, pero se ve obligado a proclamar la reinserción. Yo creo que, ligado a la cuestión de forma alternativa de resolución de conflictos, yo creo que hay comportamientos que merecen la expulsión de la comunidad, pero también me he encontrado con gente que se ha mandado, lo que llamamos en Chile, “dar jugo”, casos de mal comportamiento en recitales, por ejemplo, de violencia.

Hay propagandas que dicen que dentro de los anarcos que combaten contra la policía hay algunos machos que merecerían no estar ahí, pero en la práctica, en la primera línea a veces son mil personas. Entonces, la verdad, en el cuerpo colectivo yo no sé quién está al lado. El tono antipatriarcal está presente, pero en la revuelta es multifórmico. Todos los grupos ahí presentes coexisten horizontalmente, las disidencias sexuales, los anarcos, la izquierda, las barras bravas.

GN: ¿Cuál pensás que pueda llegar a ser el desenlace de esta revuelta? ¿Cuál es tu posición hacia la discusión que lleva el pueblo en torno a la tensión entre Asamblea constituyente por un lado y asambleas territoriales por el otro?

JC: Respecto a lo primero, es bien difícil responder; porque primero, nadie esperaba que ocurriera, a muchos no nos extrañó, pero en el momento exacto nadie lo previó, nadie. Segundo, nadie pensó que iba a durar tanto. Pensamos en distintos momentos que se venía el bajón, que se iba a descomprimir y pese a todas las maniobras represivas, legales del gobierno, la revuelta no se ha descomprimido, ha cambiado de forma, a veces da la sensación de que el momento más álgido ya pasó, pero varias veces resurge. Entonces, en realidad estamos en un punto en que cualquier cosa podría pasar y nadie tiene muy claro cómo se va a resolver.

El otro dia, con algunos compañeros hablábamos de varios ejemplos en Francia, Hong Kong, que a diferencia de las insurrecciones clásicas, que se concentraban en un momento y terminaban en un resultado, pareciera que ahora estamos entrando en una fase en la que se desata una especie de conflictividad permanente, en que la insurrección no se va sino que está siempre a la vuelta de la esquina y puede reactivarse por varias razones. Yo diría que esa situación es en la que está Chile. Incluso, hay un símil con la actividad sísmica. Aquí no es como Chile, Chile es un país muy sísmico, desde chico uno aprende que cuando hay varios temblores fuertes se aleja por años la posibilidad de un gran terremoto. Y cuando en mucho tiempo no hay temblores, el siguiente suele ser un terremoto grande, y ese es un aprendizaje corporal.

Me acuerdo cuando fue el terremoto más grande de los últimos tiempos en Chile, en el 2010, yo pensaba, chuta, el último gran terremoto fue en el `85, ha pasado mucho tiempo sin un nuevo terremoto y la energía se acumula, la tensión del movimiento de las placas, y cuando vino el terremoto del 2010 fue realmente grande. Y pensaba que la tensión social es parecida, porque la transición, la transacción a la democracia en Chile se impuso en base a tanto consenso, tanto miedo a los militares, que la gente la aceptó y agachó la cabeza. Y el nivel de insurrección que hubo en los `80 no volvió a darse en los `90, ni en los 2000. En la última década se han dado luchas muy puntuales, pero muchos especulábamos con eso. Cuando llegue a darse, se va a haber acumulado tanto que va a ser un gran terremoto social, y eso es lo que ocurrió ahora.

Cuando ocurrió la insurrección en Ecuador, muchos columnistas decían que en Chile no va a pasar nada así, porque el pueblo está totalmente domesticado, menos los estudiantes secundarios. Piñera unos días antes se atrevió a decir “viendo el continente, Chile es como un oasis de tranquilidad”, y pa, se le vino el terremoto. Yo creo que las placas van a seguir chocando, no me imagino una pacificación muy rápida. La semana pasada, un dia martes, creo, no recuerdo la fecha, pero la insurrección en todo el país rebrotó casi con la misma intensidad que el 18 de octubre, se atacaron cuarteles militares, policia, habia primera línea masiva en muchas ciudades. Y ahi la derecha empezó a llamar a los militares a la calle, Piñera hizo cadena nacional diciendo que iba a sacar a los militares, y a última hora se arrepintieron. Lo que se dice es que los militares le dieron un ultimátum de 48 horas. La cuestión es política, y si fracasa nos sacas de nuevo, pero ahora vamos a salir con todo, no queremos limites de DDHH. No los sacó, y entre la presión de la revuelta social y de los milicos, la clase social política se reunió de madrugada e hizo una propuesta para una nueva Constitución; cosa que días antes era inimaginable. Y ahí está la trampa, yo sentí, puta, con esta mierda van a lograr descomprimir.

Pero al otro dia la protesta en Plaza Italia fue enorme, murió un chico, todo indica que colapsó por las lacrimógenas, tenía una falla cardiaca previa, le generó un paro y cuando lo iban a atender, la policía atacó a la ambulancia y a los equipos de primeros auxilios, y murió. Entonces, la prensa burguesa sacó titulares diciendo “gran acuerdo histórico”, “un triunfo de la democracia y la ciudadanía”. Ya no eran vándalos ni anarcoterroristas. Pero la cosa no se calmó, siguió. Ahora en la Plaza Italia las movilizaciones no son tan masivas, como las que hubo al principio, pero ocurren todos los días, y todos los días hay confrontación con la policía, y eso no para.

El viernes pasado, antes de venirme para acá, tuve que caminar por toda la Alameda, que es un paseo muy largo, y las barricadas estaban por toda la Alameda. No pareciera descomprimirse. Alguna gente sí tiene miedo, dice que si les fracasa el arreglo institucional, y la protesta recrudece, lo han dicho hasta analistas burgueses, ha de llegar un punto más intenso y ahí es que todos temen que haya una nueva salida de los militares a la calle, y que en efecto, no hay que hacerle frente a eso. Pero también hay gente que analiza otra cosa, que los militares no están acostumbrados a reprimir en la calle, a diferencia de la policía, que es su arte. Los militares mataron cuatro personas los primeros días y los carabineros ha atado menos, pero se han dedicado a la mutilación masiva, y en eso los tipos ya están perfeccionados, ya saben como aplicarla. El general director dijo, no se preocupen, no voy a dar a ninguno de baja, con lo cual tuvieron una seguridad para seguir operando así. Y claro, la perspectiva de los milicos es terrorífica, pero tampoco es tan fácil para ellos, por lo menos en caso de dos conscriptos, se han negado a reprimir. Por otro lado, ningún paco se ha negado a reprimir, entonces los milicos a la calle, es una salida desesperada que a los golpistas les gustaria, algunos opinan que puede hacerse como un autogolpe, pero no me parece tan probable en este momento.

Están jugando la carta de la nueva Constitución, que se va plebiscitar en abril del año que viene, descomprime, pero ahí está el tema. Este estallido no se generó por una nueva Constitución, pero sí es un problema para todos nosotros allá. En las asambleas territoriales la gente sí demanda una Asamblea constituyente. Se relaciona en parte con lo que hablábamos antes, la mentalidad jurídica que predomina, la civilización capitalista viola las leyes todo el rato, pero tiene un aura de legalidad, legitimidad, juridicidad, entonces eso es lo que está pidiendo la gente. Los socialdemócratas hicieron una versión horrible del “derecho de vivir en paz” de Víctor Jara, que dicen en vez de decir “el derecho de vivir en paz“ dice “un nuevo pacto social”. Alguien me decía que la burguesía boliviana anti Evo está ocupando la misma canción, que quieren un nuevo pacto social. Y los artistas chilenos que la hicieron dicen que no, que no era esa la idea. Pero habla por sí solo.

GN: Bueno, acá también, ganó Alberto Fernández, y surgieron las mismas medidas, el pacto social, la transa y recomponer el Estado con todo lo que eso conlleva. El mismo mecanismo que utilizan siempre, se repite la historia, esa mística, esa sacralización de lo estatal se repite.

JC: Como una refundación, el refundar Chile con una Asamblea constituyente, y el problema es que, claro, como la que están proponiendo es tan fraudulenta que incluso ni se llama asi, se llama “Convención constituyente” y eso ha generado que algunos sectores que estaban más críticos a la Asamblea constituyente ahora la critican porque dicen que quieren una Asamblea constituyente pero de verdad, libre, soberana y sin esos amarres. Entonces parece que juega un rol, como a la izquierda de la posición que están intentando imponer, y yo me temo que eso genere un resurgimiento de la ilusión institucionalista. Con que esto se arregla con un nuevo pacto social, pero donde se ofrece el pueblo.

Yo creo que estamos claros que el terreno, el lenguaje, la ideología son burguesas; no es nuestro terreno, ni nuestro lenguaje ni nuestros objetivos se van a poder plasmar ahí. Otra cosa es una insurrección victoriosa con la burguesía derrotada, si ahi me plantearán algo así como redefinamos una especie de Asamblea constituyente, le encontraría más sentido, pero sin eso, es invitar a una clase que ahora está asustada, invitarla a conversar. Además lo otro muy grave es que hay como 1.500 personas en prisión preventiva. La policía ha detenido a 15.000 personas y 1.500 han quedado en prisión preventiva principalmente por delitos comunes, como saqueos, daño, pero también han querido aplicar la ley antiterrorista.

Yo conozco un caso de un cabro de 18 años que estuvo en la primera línea todo el rato y le cayó la inteligencia policial en su casa, y lo acusaron de 8 delitos, 3 incendios, 3 de portación de molotov, un atentado contr la autoridad. Y hay casos en los que no tienen imputaciones tan graves, como la de un profesor que fue el primer detenido por los hechos del 18, el tipo solo pateo un torniquete, lo cual en el derecho penal sería un delito de daños que no te deja preso, como mucho pagan multa, pero ahí juega con la ley de seguridad del Estado, que te incrementa todas las penas. Entonces la represión ya operó, sigue operando. Han dicho que ahora van a ir por los instigadores de esto. Y la gente dice “si cientos de miles instigamos esto, participamos”. Hasta ahora solo intentaron con un dirigente trotskista y no les resultó mucho, porque el juez que tomó la querella, dijo que no constituía delito, sino libertad de expresión porque había llamado a derrocar al gobierno, y a hacer una Asamblea constituyente libre y soberana.

Pero la represión no ha parado, las violaciones de DDHH no se han esclarecido. Recién ahora con estos informes de organismos internacionales de DDHH el gobierno está reconociendo que sí hubo violaciones de DDHH. Entonces, ponerse a negociar con ellos cuando tienen las manos ensangrentadas ha sido repudiado por mucha gente que no es enemiga de la Asamble constituyente, pero ve que este arreglo es una mierda. Primero que renuncie Piñera, que haya juicio y castigo a los altos mandos y después ahí hacemos acuerdo por la nueva Constitución.

Pero nosotros, los que estamos discutiendo con los compañeros más cercanos, que todos participan de las asambleas de sus barrios, es que hemos decidido lo siguiente: no nos podemos restar de las asambleas porque mayoritariamente estén por una Asamblea constituyente; lo que sí podemos hacer es discutir eso, y para el caso que se planteen demandas, estamos pensando el plantear demandas que llamamos “destituyentes”; demandas negativas, como disolución de carabineros, disolución de la policía militarizada. pensamos mezclarnos ahí, proponiendo formas de contrapoder, pero es un tema complejo, lo estamos discutiendo.

Me puse a hacer una lista, y me di cuenta que algunas eran contradictorias, algunas dicen “juicio y castigo”, bueno, eso se lo estaría pidiendo al Estado, al poder judicial; “disolución de la policía” es menos recuperable y otras ya eran directamente comunalización, rediseño urbano, todo eso. Se sacó un panfleto que decía “todo el poder a las asambleas territoriales”, pero asumiendo una oposición entre el arreglo institucional con una Asamblea constituyente cocinadas desde arriba y esta reivindicación de asamblea popular constituyente desde abajo que nosotros hemos dicho que no vamos a restar, pero vamos a pensar bien qué propuestas llevar.

Unos compañeros de La Serena sacaron un panfleto muy bueno que decía que no es asamblea en singular, como un gran evento, sino asambleas destituyentes por la abolición del trabajo asalariado, el Capital y el Estado. Creo que esa idea es interesante porque es plural, no es un solo momento sino que te obliga a mantener la organización territorial y plantear más que relegitimación del poder, plantear aboliciones de ciertos aspectos de la realidad. Eso me parece interesante, pero creo que es un desafío para los anarquistas, anarcocomunistas, el plantearselo en un contexto así sin que te arrastre la marea constituyente.

GN: “Menos asambleas constituyentes, más asambleas destituyentes”. Ese nuevo blog que nos has pasado, lo estuvimos replicando: Vamoshacialavida.noblogs.com. Hay un artículo sobre las asambleas territoriales, órganos autónomos del pueblo, que habla de esa construcción de las asambleas territoriales y populares, que le disputan sentido y lucha a esta gran Asamblea constituyente como una recomposición de la normalidad, de la burguesía. Es un desafío.

JC: El otro tema que ha sido fuerte allá ha sido la cuestión de la normalidad, porque muchos llamaban a volver a la normalidad. Y mucha otra gente diciendo , la normalidad ahora es la lucha, y no vamos a volver a la vieja normalidad. Las primeras dos semanas pasaba de la euforia al llanto, era una cuestión explosiva. Dejó de existir el transporte, hubo una huelga general de facto porque no funcionaron las escuelas, la gente no podía ir a trabajar. Siete días donde he gastado 1000 pesos, como dólar y medio, y solo he andado en bicicleta, y por mi trabajo he estado observando el accionar policial en la primera línea. Cuando volvíamos a la oficina teniamos sistema de turnos, y cuando nos volvíamos ahí, nos tenían comida. Entonces, durante muchos días no gasté en comida ni transporte, y no había nada qué comprar.

GN: El pueblo ayudando al pueblo, y la normalidad se fue a la mierda.

JC: Claro, esa idea de que la normalidad estalló es lo que más le duele al poder, porque no la han logrado establecer del todo, de hecho, en la editorial del Mercurio, que es como el decano de la prensa burguesa allá, el jueves de la semana pasada, su editorial se llamaba “peligrosa normalización“, y decía que si bien la proclamación de la nueva Constitución había generado discrepancias, todas ellas se están resolviendo dentro del plano de la política y de la institucionalidad. O sea, la segunda parte del acuerdo que era la paz social, si bien es cierto que han disminuido la asistencia a las manifestaciones, los eventos violentos (la policía los mide por dia), dice que lo cierto es que no puede ser que todos los dias manifestantes violentos se tomen el corazón de la ciudad y se enfrenten a la policía. No puede ser que en el mismo dia que se proclamó el acuerdo ocuparan fuegos artificiales, que están prohibidos en Chile, pero los ocupan los narcos y las barras bravas. Entonces lanzar fuegos artificiales en Plaza Italia es un abierto desafío a la autoridad, y mucha gente culpa abiertamente a los anarquistas.

Hubo un artículo de un tipo muy facho a los pocos días del lanzamiento, el lenguaje era muy chistoso, decía, “han sido días muy tristes, pensamos que iba a haber un ataque anarquista contra el metro, y que al no ser reprimido enérgicamente les generó confianza para proclamar su objetivo anárquico y destruir todos los símbolos del Capital”. Cuando lo reconocen ellos, es que no es una alucinación nuestra. Y un demócrata decía que había que reformar a la policía, la inteligencia del Estado bla bla bla, y ponerla en un mejor nivel con capacitaciones, con policías de otras partes del mundo.

En materia de control del anarquismo, si bien ahora acusaron a un trotskista de instigador, yo creo que la inteligencia policial más inteligente, tiene claro que los que han promovido esto no son el Frente Amplio ni los trotskistas. Y el nivel que ha logrado la policía de conocimiento del anarquismo a lo largo de estos diez años es importante

Por otra parte, la situación del desabastecimiento, en rigor duro dos dias. Intentaron jugar a eso, diciendo que iban a haber desabastecimiento, pero las ferias libres nunca dejaron de funcionar, el traslado de alimentos a la ciudad nunca frenó. Fue como un fantasma. Muchos nos preguntamos qué hacemos en ese escenario, tendríamos que coordinar con compañeros del campo. Y ese es otro punto importante en las asambleas territoriales, que tienen que resolver no solo la cuestión política, sino lo práctico de seguridad, cuidado de los niños, los viejos, la alimentación. Eso no se qué tanto alcanzó a avanzar, porque el desabastecimiento no se produjo. En ese sentido la normalidad igual funcional. El transporte público funciona en algunos momentos del día, el metro no para en algunas estaciones porque están hechas mierda .

Habia un comic muy chistoso del dia domingo después del estallido que decía “Pineña, lograste controlar la cuestión del metro. El problema es que ya no hay metro”.

GN: ¿Quisieras agregar algo?

JC: Mencionar la explosión de creatividad en las paredes, que es impresionante. Pero por alguna razón el movimiento encontró su propio icono que es un perro, que iba a todas las protestas y le ponían un pañuelo rojo. Se llamaba “Negro”, y le decían el “Negro matapacos”, porque en las protestas siempre estaba del lado nuestro y ladrándole a la policía. De hecho, salieron unos afiches que decían “Ládrale a la autoridad , como ligado al gato negro; maúllale, ládrale, guerréale. Pero el “Negro matapacos” murió hace dos años, y ahora su espíritu está presente en todas partes, no solo porque lo han puesto en afiches, en banderas, poleras, sino que hasta hicieron una estatua. Y los periodistas cuando hablan de él, no lo nombran. Lo mas lindo es que ahora a los perros les ponen los pañuelos rojos. Hace unos dias, tenia que sacar a pasear al perro, me había quedado dormido, así que salí a las dos de la mañana, me crucé con unos chicos, uno corriendo, otros en bicicleta, y un perro detrás de ellos con pañuelo rojo. Pensé, es impresionante. Mucha gente dice que la revuelta no tiene líderes, en efecto; ni tiene ni va a tener. Pero el único referente es un animal no humano. Un perro que siempre acompañó la lucha. La revolución social posibilita la reconciliación de la humanidad consigo mismo, con los otros animales y la naturaleza; yo creo que eso se refleja un poco en que el líder sea un perro que ya se murió.

Siempre ha pasado que los perros callejeros se unen a la gente y tratan de morder el chorro del hidrante, se ponen en situaciones de riesgo. El último año, por lo menos dos perros han muerto atropellados por la policía. Entonces, la cuestión no es menor, porque se ponen del lado de la revuelta y sufren del accionar policial y hay gente que ha tenido que rescatar animales.

Otra cosa de la simbología que contaba es que la izquierda más revolucionaria, la que se armaba el los `80, usaba banderas chilenas. Junto con sus banderas de partido, usaba la bandera chilena Y el MIR, su grito era patria o muerte, venceremos, siempre con banderas chilenas. En cambio, todavía me acuerdo del momento exacto en los `90 justo en universidades bien combativas se hacían salidas a la calle. Un día del “Joven combatiente” estaban los encapuchados de la izquierda tradicional y los encapuchados anarquistas que era un fenómeno reciente. Y me acuerdo que sacan una bandera española, bencina y se prende, aplausos. Bandera yanqui, lo mismo. Y después de un rato, sacan la bandera chilena, se provoca un silencio. Empiezan a echarle bencina y los de la izquierda “no conchatumare, muchos compañeros han muerto por esa bandera”. Y todos los otros, “¡quémala, quémala!”. Y la prendieron. Y a partir de ahí, la juventud rebelde de Chile nunca más honró esa bandera sino que la quemó, la rayó, la usó invertida. Lo que pasa ahora en la revuelta es que la gente ocupa la bandera. En las protestas yo la veía pero por alguna razón ya no me molestaba tanto. Antes uno veía a alguien con una bandera y decía “fascista de mierda”, y ahora en medio de las batallas hay banderas negras y también banderas chilenas. Y bueno, si están acá…

La primera ocupación que tuvo fue la bandera chilena con muchos hoyos. Después aparece tal cual pero en negro, manteniendo líneas blancas. Y de ahí en pocos días se pasó a una completamente negra pero con la estrella lo cual es casi idéntica a la bandera tradicional mapuche con el lucero. Finalmente la bandera negra tomó la bandera chilena y la convirtió no en una bandera de algún Estado o República, sino en la bandera del cielo estrellado en la noche.