Recibido el 05/04/2020, aparecido originalmente en la publicación Madrid Cuarentena City:
Que vuelvan las huelgas. Que proliferen las okupaciones. Que lleguen los saqueos
La crisis del Covid-19 ha vuelto a poner de relieve que este mundo les pertenece porque nos los arrebatan. Los ricos y poderosos saldrán más reforzados de ella, aupados por el Estado. Y nosotros, más pobres de lo que ya éramos antes. Y si lo éramos, es porque había ricos. La crisis solo intensifica estos procesos.
Nos lo arrebatan todo por que hay propiedad privada, propiedad de la tierra, de la vivienda, del espacio… Y en base a ese derecho de propiedad, regulado por el Estado, nos obligan a pagar por lo más básico: (comida, vivienda…) y nos obligan a trabajar para ellos si queremos dinero para sobrevivir. ¿Qué hacen sino millones de trabajadores yendo a trabajar en pleno confinamiento? Y mientras, haciendo equilibrios, escuchando a políticos y periodistas hablar de moderación, unidad y responsabilidad con un horizonte de desahucios, despidos e incertidumbre, porque la crisis sanitaria se irá, pero las condiciones de explotación y miseria a las que se nos someten prevalecerán y aumentarán exponencialmente. Crisis sanitaria que deja otra pregunta: ¿Alguien cree que a Amancio Ortega o Esperanza Aguirre van a negarles una cama en la UCI si pillan el virus? Pues eso.
No podemos volver a la normalidad, ya no la habrá. El Poder se está preparando para lo que vendrá después. Hagámoslo nosotros: huelgas de alquileres, huelgas en los curros y en los centros de estudios, huelga salvaje, por encima de partidos, sindicatos y estructuras anquilosantes. Y tomemos, no esperemos, okupemos las propiedades vacías que son pasto de la especulación capitalista de inmobiliarias, bancos y fondos de inversión. Tejamos redes de solidaridad y apoyo mutuo.
Y hagámoslo sabiendo que el Estado ya está preparado con miles de militares, policías, cámaras y drones para proteger el orden, para proteger la propiedad y el trabajo, porque la autoridad es un garante de los explotadores para continuar sometiendo a los explotados. Tomaremos las calles, no olvidamos, no perdonamos, no habrá gobierno, urna, voto, militar, policía, periodista o juez capaz de contener la epidemia de rabia y revuelta. De nosotros depende devolverles el golpe.
Saquea a los ricos.