Recibido el 02/01/2021:
¿Qué implica decir en diciembre del año 2020 “Sebastián Oversluij presente!”? ¿Qué sentido tiene recordar en los tiempos que corren a un compañero muerto en acción?
Siete años han pasado ya desde que el compañero fue asesinado intentando expropiar un banco en diciembre de 2013 y hoy, en medio de una pandemia y con la experiencia de una revuelta generalizada a cuestas, volvemos a encontrarnos desde la insistente memoria de nuestro andar irreductible.
En cada paso que damos en el presente, nos acompaña la energía indomable de quienes han transitado los senderos de la insurrección contra el poder, compañerxs que empuñaron una diversidad de herramientas de lucha dejando testimonio de su posición activa en una variedad de procesos y acontecimientos que han alimentado el fuego de la lucha anti-autoritaria en este territorio.
Hoy, lejos de cualquier fetiche nostálgico y victimista, seguimos recordando al Angry como un compañero que falta a nuestro lado, en las calles, en el sabotaje y en la propagación multiforme de la anarquía.
En tiempos donde todo gesto de lucha y de represión parece ser una novedad para muchxs, traer hasta el presente la memoria del compañero es un acto de complicidad y consecuencia con el recorrido de lucha que hemos forjado desde el accionar minoritario; es una contribución a la difusión permanente de las ideas y prácticas que atentan contra el orden social del poder y la autoridad.
Hoy, en diciembre de 2020, la memoria y el recorrido de vida del Angry, su conexión con diversos entornos y colectivos de lucha y las diversas expresiones de propaganda anárquica desarrolladas por el compañero, son solo un ejemplo que evidencia que las hostilidades contra la sociedad anticarcelaria, el Estado, la explotación animal y la dominación en su conjunto, se han forjado a lo largo de los años en múltiples actos, proyectos e instancias impulsadas por compañerxs que han contribuido a la configuración del presente en guerra que seguimos habitando. Gracias a los diversos gestos de memoria en estos siete años, el Angry hoy es conocido a nivel mundial como un guerrerx anárquicx peligroso para el poder que rayó las calles con consignas de libertad, participó en bibliotecas, en proyectos y espacios autogestionados, que creó música, dibujos y publicaciones, que participó de la lucha callejera, de sabotajes y ataques al poder.
Todo lo anterior nunca ha hecho del compañero un ser superior o extraordinario, más bien es una muestra de cuán valioso sería su aporte en la actualidad marcada por el contexto de pandemia y revuelta en donde se ha extendido la confrontación contra lo establecido a través de la lucha callejera, del salvajismo vandálico, del ataque antipolicial, y de las formas de ataque, resistencia, solidaridad y autonomía, así como también de las expresiones mas explicitas de la represión democrática en el encarcelamiento, el exterminio y la guerra directa contra lxs cuerpxs de quienes luchan en la calle.
Así, la memoria en torno al compañero cobra vigencia y contribuye a nuestro presente a través del diálogo con su discurso y acción en permanente movimiento y evolución, partiendo desde visiones de lucha popular para transitar luego hacia la insurrección anti-utoritaria y el nihilismo anárquico, como es posible evidenciar a partir de su propio testimonio de vida en canciones, conversaciones, acciones y diversas iniciativas de memoria tras su muerte en acción.
Al mismo tiempo, la memoria en torno al Angry nos invita a revisar nuestro propio recorrido de lucha individual y colectiva, para continuar proyectando desde el presente la guerra contra toda forma de poder, para ir cada vez más allá en nuestros proyectos, ideas y acciones, para seguir apostando por la expansión y profundización de los lazos de complicidad y de todas aquellas fisuras que debilitan al dominio y permiten el florecimiento de la libertad y la anarquía como posibilidad concreta en el aquí y el ahora.
CON MEMORIA ICONOCLASTA
LA GUERRA ANÁRQUICA NO SE DETIENE.
SEBASTIÁN “ANGRY” OVERSLUIJ PRESENTE!
Diciembre 2020.