Recibido en portugués el 03/05/2021:
Ocurrió en Porto Alegre:
Feria Anarquista de Otoño.
Gasômetro de Porto Alegre.
02/05/2021.
Creando un otoño…
Donde el estado cae junto con las hojas !!!!
En este momento de disputa entre los dos baluartes del poder estatal que usan la pandemia como arma política, seguimos adelante con nuestra historia y coherencia, con el impulso del hazlo tu mismx.
¡Ni negacionistas ni pelegos! No estamos de acuerdo con la derecha fascista, no estamos «emprendiendo». Reclamamos la vitalidad del encuentro, del intercambio cara a cara porque mantienen encendida la llama rebelde. Así tampoco estamos de acuerdo con la izquierda histérica y autoritaria que pregunta desde la inofensiva distancia de las pantallas. Luchamos por el final de ambas partes, conscientes de que la guerra social en curso está utilizando ISOLAR PARA VENCER.
Es la autonomía como camino, la informalidad como estrategia y rechazo a ser la masa de lxs que codician gobernar, que invitamos a la Feria Anarquista de Otoño.
Teníamos propaganda antiautoritaria, publicaciones subversivas, producciones independientes, autónomas e informales, con disturbios por parte de compañerxs presxs en Chile, y por Mumia Abu Jamal, además de difundir en un panfleto nuestra posición irreductible sobre la libertad, en estos tiempos en el que los totalitarios pretenden vaciarlo de su significado antagónico contra todo poder.
Con el deseo permanente de quienes siempre viven en crisis: ESTADO, CAPITAL, PATRIARCADO, PROGRESO. Mientras existan, estaremos en una pandemia, de control, de obediencia, de acomodación.
La calle es el espacio de lxs que no tienen jefes, es el lugar de encuentro y rebeliones. No nos damos por vencidos con ella.
Folleto distribuido en la Feria:
Algunas diferencias urgentes sobre la libertad.
Últimamente hemos escuchado a los nuevos representantes del autoritarismo hablar de libertad, como si tuvieran algo que ver con ella.
Afirmamos que no es libertad lo que hablan nuestrxs enemigxs, lo que hablan es de poder. Poder, sinónimo de autoridad, consiste en oprimir a lxs demás. Y esto es lo que llaman libertad, poder comprar y lucrar, poder continuar una vida creada y basada en el poder, a través del dinero y el poder que da. Ese poder se complementa perversamente con la idea de «poder trabajar», que en práctica significa poder seguir enriqueciendo y sirviendo a lxs demás en intercambio de limosnas.
La libertad abraza otros horizontes, se refiere a no tener dueñxs, no tener maestrxs, no ser enviados por alguien externo a nosotrxs y, sobre todo, proviene de la negación del poder, de la posesión. Fue por esta condición de libertad que luchó contra lxs esclavxs, desde Espartaco hasta los negros en la tierra «brasileñas». Es por la libertad que varios pueblos luchan por territorio para no tener que deambular por las ciudades al servicio de lxs herederxs de la colonización. No es un movimiento de poder individual, sino un individuo y colectivo contra toda dominación.
La libertad es antagónica y enemiga de todxs lxs tiranxs: no tiene nada que ver con el poder económico porque ese poder se sustenta en la opresión y explotación. No tiene nada que ver con el militarismo porque se sostiene en la obediencia, no tiene nada que ver con racistas, xenófobos, o patriarcas, porque desprecian toda existencia no uniformada bajo lo blanco, civilizado, cristiano. Libertad no significa poder y sí, su destrucción.
La libertad no es lo mismo que elegir.
Si defendemos la necesidad de tomar nuestras propias decisiones sobre la Pandemia, no importa lo que digan lxs militares en el ministerio de salud o OMS, es porque elegir entre el tipo de vacuna y el tratamientos de biomedicina, resume todo en dos «opciones» del mismo máquina: la industria farmacéutica, frenando cualquier posible respuesta más completa.
Si defendemos salir de casa y salir a la calle no es porque defendamos empresas, industrias o puestos de trabajo; lxs anarquistas entienden que esta trilogía está en el corazón de la devastación, la explotación y inequidades sociales. Si defendemos salir a la calle es porque el aislamiento «¿social?», ya existente, se está imponiendo como forma de vida «saludable», se está convirtiendo en una prisión voluntaria para algunxs y en segregación para los demás, un aislamiento que nos lleva a ayudar a los mayores transnacionales del capitalismo hipertecnológico.
Si defendemos estar en la calle es porque es el último espacio posible encuentro entre «diferentes», el único espacio de nadie y de todxs, el escenario de cualquier protesta efectiva, la arena de combate contra las fuerzas represivas; la destrucción de la dominación y la subversión no estará en el espacio hogareño que es hoy donde más colaboramos con el capitalismo y la dominación.
Pidiendo mayor control como estrategia de oposición política contra reaccionarios que gobiernan, no es el camino que hay que fortalecer. Mayor control, vigilancia y estado, todavía disfrazado de paternalismo, sigue siendo opresión y un llamado a la sumisión usando el miedo a la muerte como cebo.
¡¡¡¡ La libertad nunca estará en uniforme !!!!