Ayer, 12 de junio de 2013, el Barrio 6 de Mayo (barrio en la periferia de Lisboa) se quedó perplejo con la noticia de la muerte de Musso, joven negro de 15 años de edad. Un soplo en la cabeza es la causa de la muerte. Según lxs familiares, hace un mes se lo llevaron a la Comisaría de Reboleira y fue torturado por agentes policiales. Regresó a casa quejándose de un fuerte dolor de cabeza y le contó a su familia que la policía lo había torturado. Desde ahí, lo llevaron a los Servicios de Emergencia del Hospital de Santa María. Lo dejaron ingresado durante unos días y, después, lo mandaron para casa. Con todo, los dolores no cesaron. El joven continuó quejándose de los dolores y de nuevo fue al hospital. Esta vez, al Hospital de Amadora Sintra. Lo dejaron ingresado durante unos días más y ayer acabó falleciendo debido a una lesión que terminó por reventarle una vena del cerebro.
Hace cerca de 8 años, en el mismo Barrio, el joven Teti, también de 15 años de edad, murió de la misma forma. Ya son 15 el número de jóvenes, negros y pobres, que mueren a manos de la policía portuguesa sin que haya ninguna condena. Recientemente, el agente que, en 2009, mató a Élson Sanches “Kuku”, joven negro de 14 años, fue absuelto de la acusación de homicidio por negligencia. Según la policía científica, el arma fue disparada a 15 cm de distancia de la cabeza del joven Élson, a nuestro entender no deja ningún lugar a dudas de que se trató de una ejecución. Esta absolución ha sido otra carta blanca para que la policía continúe matando impunemente, y con el aval de la sociedad portuguesa, jóvenes negros y otros pobres.
La violencia policial es la forma de violencia más visible que el gobierno portugués ha puesto en marcha sobre la comunidad negra en consonancia con el Racismo Institucional y el terrorismo laboral. Las muertes son los casos más extremos de violencia policial que, diariamente, se perpetran en nuestros barrios. Ya que la policía hace lo que quiere en nuestros Barrios – en vez de garantizar la seguridad, genera inseguridad – y nunca se la responsabiliza por lo que hace, le toca a nuestra comunidad autoorganizarse y crear las condiciones para defenderse de la brutalidad policial y otros conflictos.
Sin Justicia No Hay Paz.