Desde algún lugar de por ahí…
Animado por el clima de tensión de la guerra social que se vive alrededor del mundo, de la resistencia sobrepasada por el ataque directo y no mediado de aquellos y aquellas quienes ven en la reapropiación de sus vidas una forma de molestar lo impuesto y buscar destruir las relaciones basadas en la autoridad y sus absurdas leyes, pero sobre todo, por el desarrollo y reproducibilidad de acciones solidarias que se han venido dando hacia los y las compas en diversas situaciones de riesgo por poner en marcha un marcado antagonismo a todo Poder y sus sistemas de muerte, es que me atrevo a escribir estas líneas.
Es entonces basado en esta solidaridad de la que hablo, la que en lo personal aun después de haber decidido pasar a la fuga desde hace poco más de un año y tomar nuevos caminos basados en el anonimato y la lucha desde mis posibilidades, que me animo a sacar este breve guiño de apoyo a los y las compañeras que han decidido llevar una vida de confrontación, aun con todas las consecuencias que sabemos que esto trae consigo, las cuales muchos de nosotros asumimos sin la menor cabida al arrepentimiento.
En fechas pasadas se conmemoró un año más de la caída en lucha del compañero Mauricio Morales, en quien muchos de nosotros nos hemos inspirado para procurar que viva la Anarquía, como él mismo lo decía. Para esto, su mochila y su bici siguen saliendo a las calles, y lo mejor, es que no solo salen en la conmemoración luctuosa, sino que se han quedado de manera permanente en nuestros corazones y en nuestra cotidianidad, en las calles y en las insurrecciones. Esas muestras de solidaridad revolucionaria que se han venido reproduciendo en varias partes del mundo nos indican que sus esfuerzos no fueron en vano, que al igual que muchas otras personas que han perdido su libertad física o hasta sus vidas, de alguna manera han logrado ser chispas para que la brasa vaya ardiendo, para que el fuego se vaya extendiendo hasta que lo consuma todo.
También me ha llegado una noticia de la reciente salida de prisión del compañero Gabriel Pombo da Silva, lo cual por supuesto que me ha llenado de alegría de que ya esté en las calles o donde a él se le habrá ocurrido, pero también de rabia al saber que debió pasar 30 largos años de su vida encerrado tras las rejas para tener que “pagar” una condena que le ha absorbido gran parte de su vida; pero nada es en vano, pues seguramente su lucha y sus escritos habrán germinado en muchos corazones ávidos de libertad, de destrucción anticarcelaria y de ruptura con toda la realidad que nos hace vivir el poder mundial. Mi total solidaridad con el compañero y con la dura decisión que al parecer ha asumido, la de pasar a la clandestinidad no voluntaria, decisión que seguramente habrá tomado al dar una obvia lectura a lo que su situación jurídico-política le habrá de obligar, que es la de seguir su determinado camino desde la opción de ser un perseguido y no ponerse en charola de plata para ser una presa nuevamente de las fauces carcelarias del estado/capital, y donde siempre habremos, desde nuestros propios contextos y luchas, quienes nos sintamos abrazados en la solidaridad hacia personas como el compañero. Compa Gabriel, si ese es tu camino, ¡que tus pasos sean borrados por el viento!
Asimismo, mandar un sincero saludo y toda mi solidaridad al compañero Gustavo Rodríguez, a quien los esbirros del Estado mexicano le han desatado una serie de acusaciones de lo más absurdas e incongruentes, y no solo de gente pro-estado, sino incluso gente de el mismo “movimiento” quienes de manera repetitiva y sin el más mínimo sentido crítico le han seguido el juego al mismo Estado, basándose en acusaciones periodísticas totalmente carentes de perspectiva. Tanto es así, que no ha faltado gente del mismo “movimiento” que se ha atrevido a acusar al compañero Gustavo de “ser responsable de la detención que tuve junto a dos compañeras canadienses a inicios del 2014”, cosa más ridícula pues en eso el compañero no tuvo absolutamente nada que ver, de hecho, él fue expulsado del país poco tiempo antes de mi detención. O la otra conocida difamación de que Gustavo es policía de la CIA, cosa tan ridícula, discurso tan utilizado por el mismo Estado para intentar dividirnos, aunque eso no nos preocupa, lo terrible es que entre la misma banda se reproduzca tal aseveración, como en su momento vino de parte de la página web “noticias de la rebelión”. Los voceros del Estado, así como los detractores de la anarquía (pues las difamaciones contra el compañero Gustavo no en un principio no provinieron de los massmedia, sino de izquierdistas y rojos) siempre buscarán motivos para desvirtuar nuestras luchas, no nos traguemos sus discursos y los repitamos como si no supiéramos de quien vienen.
También, solidarizarme con todos los compañeros y compañeras quienes se encuentran en duelo con cualquiera de las manifestaciones del poder, sean estos en las insurrecciones, desde sus barrios, desde la cárcel, desde la fuga, desde sus propios proyectos y contextos de vida o desde donde les alcance la imaginación para llevarlo a cabo. Siempre será difícil nombrarlos a todos y todas quienes se encuentran con procesos pendientes, o en cárcel o fuga, pero quiero nombrar muy en especial al compañero y hermano Mario Antonio López “el tripa”, para los compañero Nikos Maziotis, Fernando Bárcenas, Yorch Esquivel, Natalia Collado, Mónica y Francisco y demás presos en las mazmorras del Estado o en la misma sociedad/cárcel de fuera de los muros que implica el mismo control con su montón de reglas e imposiciones.
Respecto a mi situación, he tenido mucha fortuna al contar con personas quienes en todo este tiempo han estado siempre firmes y conscientes de la situación, siempre con su apoyo sincero y desinteresado, gente con quien la afinidad y amistad ha sido determinante para continuar proyectos de lucha y de vida. Ciertamente el asumir la renuncia a toda una vida y estar a la sombra de la “legalidad” no es cosa fácil (aunque a final de cuentas en toda faceta de nuestra vida como anarquistas busquemos romper con lo legal o ilegal, al ser esto solo producto de la dominación), pero la satisfacción que da el tener el propio control de nuestras vidas y no ser presa fácil es grato y dignificante, sobre todo si se cuenta con el apoyo de compañeros, desde los amplios campos de la solidaridad.
Aprovecho este espacio para afirmar que me deslindo de la Cruz Negra Anarquista México debido a discrepancias de posiciones y por no haber ninguna afinidad, y por motivos varios; a ellos agradezco el apoyo que me brindaron cuando estuve en prisión, sin embargo, ahora no hay ningún tipo de relación y en caso de que en algún futuro cercano o lejano, yo me viera capturado dejo en claro que no aceptaría de nuevo su apoyo en ninguna manera, ya habrá afinidades que me respalden.
Y bueno, pues esto no se acaba, por acá nadie se rinde ni claudica, nadie se arrepiente, la lucha sigue fuera de toda representatividad, dogma o paradigma, siempre desde el anonimato para buscar que las acciones sean fácilmente reproducibles para que las tome quien se sienta identificado con ellas. En esta ocasión me tomo la decisión de poner mi nombre al final por mis propios motivos.
¡¡Viva la solidaridad entre ácratas!!
¡¡Por la guerra social!!
¡¡Por la total libertad!!
Carlos López “chivo”
18/06/2016