Wollongong, sureste de Australia: Acción directa contra las minerias de carbón

A primeras horas del 9 de abril, unxs ecovándalxs de Wollongong redecoraron una mansión de 5 millones de dólares australianos, propiedad de Arun Jagatramka, director ejecutivo de Gujarat NRE Coking Coal, empresa minera que se ha establecido recientemente el la región de Illawarra.

Dicha empresa ha instalado recientemente equipamiento de excavación subterránea de más de 90 millones de dólares, que servirán para la expansión masiva de la mina de Russelvale. El proyecto, aprobado recientemente, no solo destruirá el ecosistema local, sino que también destruirá los sitios sagrados de los aborígenes, así que nosotrxs nos negamos a quedarnos de brazos cruzados como «buenxs» manifestantes legales y transformaremos nuestra rabia en acción.

Las consignas que pintamos con spay en las paredes del millonario rezaban:
Criminales del medio ambiente
Guerra de clases, no al cambio climático
Ni minas, ni amos
Cierre de la mina de Russelvale
Huele a Gujarat
El carbón no se puede comer, el gas no se puede beber

Arun Jagatramka es un capitalista internacional para quien su saldo bancario vale más que cualquier tierra que elija habitar. Atacando su propiedad, queríamos enviarle una señal de que ni él, ni su dinero, ni la policía pueden protegerle de aquellxs que aman a la naturaleza salvaje más que al dinero. Además, queríamos despreciar su afirmaciones sobre un apoyo absoluto, según las cuales «desde el primer día hemos recibido apoyo de todas partes, sea el gobierno federal, o el estatal, los empleados y la comunidad a nuestro alrededor».

A pesar del apoyo gubernamental, Gujarat NRE se encuentra en una situación muy precaria, sufre de descenso de los beneficios, retrasos de los proyectos, una caída del precio de las acciones de más de 80 centavos durante el año pasado y a los constructores se les debe significantes sumas de dinero. Con una acción comunitaria coordinada con la empresa como objetivo, hay muchas posibilidades de conseguir parar la mina Russselvale, así como las otras 20 localizaciones propuestas por la empresa en la región de Illawarra.

Dado que las emisiones de carbón siguen aumentando, con instituciones como las cumbres anuales de CCC (Conferencia sobre Cambio Climático) que fracasan a la hora de proporcionar, siquiera, una mínima ilusión de acciones contra la catástrofe climática, es el momento de que aquellxs que se preocupan por el destino de la tierra y los seres vivientes que la habitan tomen una postura contra la maquinaría y los individuos que contaminan la tierra común.

Aunque no fotografiamos nuestras consignas, los medios locales cubrieron nuestra pequeña acción durante 3 días, publicando, incluso, imágenes de dos individuos de las cámaras de seguridad, pidiendo la cooperación de potenciales chivatos en la investigación policial.

Como era de esperar, «Lock the Gate» condenó la acción, esta asociación de granjeros burgueses defiende sus intereses de clase contra los grotescos nuevos ricos de la industria de la explotación minera. El portavoz, Drew Hutton, describió el daño a la propiedad no violento como «completamente incoherente» con la causa de la no violencia. La secta estalinista «Alianza Socialista», incluso, saltó al carro reaccionario al condenar la acción en la radio pública.

Australia es una de los mayores exportadores de carbón del mundo y la industria representa uno de los lobbies de negocios más importantes del país. Mientras sigamos atrapadxs en un sistema dominado por la policía, partidos políticos y capital empresarial, no habrá esperanza de reformas hacia un futuro ecológicamente sostenible. Aquellxs que se consideran medioambientalistas deben moverse más allá de las protestas inefectivas y campañas de presión de los principales grupos medioambientales, hacia acciones directas de sabotaje contra las herramientas industriales de devastación.

CONTRA LOS MADEROS, LOS CAPITALISTAS Y LAS MINAS DE CARBÓN
Por el colapso industrial y la creación de comunas en armonía con la naturaleza

fuente: indymedia.org.au via cette semaine