El jueves, 29 de agosto, la policía, seguida por el propietario del inmueble, desalojó la okupa Warsztat (Taller) en Posnania, al oeste de Polonia. La anunciada fiesta de inauguración estaba planeada para el viernes, 31 de agosto.
Hubo un despliegue policial ridículamente considerable (un escuadrón fuertemente armado al estilo SWAT, algo sin precedentes en Polonia). Llegaron lxs comandantes de la policía local y hubo brutalidad policial.
La «legalidad» del desalojo es cuestionable, basada en el hecho de que no se entregó ningún tipo de aviso a lxs okupas antes de enviar a la policía y de que el propietario, que hasta el momento sigue siendo desconocido, tampoco les advirtió previamente. Dicho esto, en Polonia, okupar es ilegal y puede haber proceso legal posterior.
El edificio okupado es una casa vieja y alta, situada cerca del antiguo mercado de la ciudad, pero en ruinas y abandonada durante años. Un colectivo lo estuvo okupando durante 4 meses y llevó a cabo los trabajos de restauración durante ese período. La casa podría haber proporcionado un refugio seguro para una docena de personas.
Desde el mediodía de jueves, hasta última hora de la tarde, había unas pocas personas ocupando el edificio, que estaba atrancado desde dentro. Finalmente, la policía lxs bloqueó, pero, advertidxs de un asalto inminente, lograron huir.
En la calle, surgió una manifestación espontánea de apoyo (activistas y vecinxs), pero fue violentamente dispersada por las fuerzas enemigas. Se usó gas lacrimógeno contra lxs activistas de la manifestación, dos de lxs cuales necesitaron atención médica. Más tarde, una de esas personas fue detenida y acusada por “insultar a un agente de policía” y, luego, apaleada en la comisaría.
Tras el desalojo, no les devolvieron algunas de las posesiones y herramientas colectivas a lxs okupas.
La okupa Warsztat fue concebida como un proyecto político. Allí, se iban a realizar actividades libertarias, proelección y proigualdad, además de practicar tecnologías ecológicas, auto-suficientes y sostenibles para la vida diaria.
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colaboración con vozcomoarma