El miércoles 12 de enero los trabajadores en los medios de transporte público procedieron a una huelga de unas horas. Al día siguiente, jueves 13 de enero, procedieron a una huelga de 24 horas, a pesar de que la nominal Justicia se apresuró a declarar-como siempre- todas las huelgas ilegales y abusivas, lo que confirma una vez más su papel clasista. A pesar de eso, los trabajadores en el transporte público, esquivando la burocracia sindical vendida resisten al desmantelamiento del transporte público y la imposición de un régimen de esclavitud moderna, promovido por un proyecto de ley fascista por la democracia totalitaria. Para esta semana han sido convocadas tres huelgas.
Los medios de amodorramiento y desinformación, siendo leales a su papel sucio como muletas de la dictadura, otra vez pretendieron tartamudear la misma copla de la «fatiga causada a los pasajeros a causa de las huelgas abusivas», silenciando lo que nos espera si no resistimos a la vorágine que nos está preparando el régimen que sirven. Sigue un resumen de los puntos principales de este proyecto de ley monstruoso.
– El Ministro de Transportes se convierte en soberano absoluto, ya que a partir de ahora tendrá el derecho de regular él mismo cualquier tema concerniente a las relaciones laborales de los trabajadores en el transporte público, ¡aún cuando sus regulaciones se desvíen del proyecto de ley que su propio gobierno va a votar! Todos los cambios en las relaciones laborales «se ponen en marcha y se cumplen, independientemente de cualquier otra cláusula de la legislación existente». ¡Es decir que con esta ley se revocan todos los derechos laborales que estaban en vigor hasta hoy! Se trata de un permanente y totalitario «estado de alerta», con el pretexto general de la crisis y el pretexto específico de la mala gestión y malversación en los servicios de interés general.
– Al principio se realizarán unos traslados (cambios de destino/puesto) obligatorios de 1.500 trabajadores a otras organizaciones administrativas, y posiblemente a otras ciudades, con un salario basado en el régimen de la organización administrativa del destino. El nuevo puesto de estos trabajadores será determinado por la Administración, «sin que ella esté comprometida con la especialidad y / o el tipo de trabajo del trabajador en su puesto anterior». ¡La Organización Administrativa podrá trasladar a un trabajador tantas veces como le guste! Los trabajadores no son simplemente desechables, son convertidos en esclavos modernos. De los que se trasladarán (en esta fase) , más de la mitad trabajaba en el sector del transporte (en los mismos medios de transporte, no en un despacho). Debido a que los autobuses y trolebuses no se mueven por sí mismos, se esperan aún más recortes y abreviaciones de rutas y una degradación aún mayor del transporte público. En una segunda fase, el proyecto de ley prevé aún más traslados de trabajadores…
– Se eliminan normativas, arbitraje y convenios colectivos y son sustituidos por convenios empresariales. Si trabajadores y patronal (actualmente el Estado, en el futuro particulares) no llegan a un acuerdo dentro de 30 días, y dado que con el nuevo régimen no habrá arbitraje, intervendrá el soberano absoluto . Con este proyecto de ley se prevé que el ministro «arreglará el desacuerdo definitivamente con una nueva ley».
– La privatización se va promoviendo gradualmente y de diferentes maneras. En primer lugar, la Organización de Transporte podrá «fundar unas sociedades anónimas para prestar servicios de transporte o similares». En segundo lugar, con la degradación y el desmantelamiento de los transportes públicos. En tercer lugar con la modificación de la legislación, cuyo nuevo contenido se ajusta perfectamente a las condiciones de trabajo de esclavitud capitalista moderna impuestas por las empresas multinacionales en los más regímenes totalitarios más duros del llamado Tercer Mundo. Por último, de ahora en adelante la Organización estará funcionando con criterios de operación de una sociedad anónima privada.
– El criterio del beneficio eclipsa por completo él de servir al pueblo. ¡La financiación estatal al transporte público, como una devolución a los impuestos y las cotizaciones de sus súbditos, disminuye y llega a casi la mitad de la actual! El súbdito va a estar trabajando, consumiendo y pagando (impuestos, cotizaciones, servicios) al Capital, estatal o privado. Aumentan los precios de los billetes de los medios de transporte de 20 a 40%. Las líneas que se caractericen no rentables serán eliminadas total o parcialmente, o se juntarán con otras (esto ya se ha realizado en todos los medios de transporte y ha provocado un sufrimiento, unas colas y un hacinamiento increíbles).
– Los medios de transporte público y sus estaciones se convierten en un feudo de los revisores (de billetes). Estos parásitos, que se apropian del 50% del importe de las multas a los pasajeros pillados sin billete, suben de nivel y de ahora en adelante van a operar como un ejército privado de represión y recaudación.