La manifestación de la huelga general del 23 de febrero fue una manifestación más de oposición masiva y rabia contra la ofensiva anti-social y anti-obrera del Estado y la patronal. La movilización de decenas de miles de personas en el centro de Atenas y su voluntad de responder en la calle, de una manera combativa, tuvo por efecto la brutal represión de la manifestación. El uso masivo de productos químicos, los constantes ataques a los bloques de los manifestantes, las palizas, las retenciones preventivas y las detenciones apuntaron a evitar la presencia organizada de la manifestación en la Plaza de la Constitución (Síntagma), delante del Parlamento, así como a la disolución de la multitud de los manifestantes.
La Asamblea de Resistencia y Solidaridad de Kipseli/Patissíon (Atenas) que participó con un bloque organizado en la marcha de la huelga general (así como en la del 15 de diciembre) recibió, al igual que otros bloques de la marcha, la cruel e inmotivada agresión de las fuerzas de represión, llegando a la plaza de Síntagma por la calle céntrica de Stadíu. El resultado del ataque fue la disolución temporal del bloque y la repulsión violenta de algunos manifestantes y compañeros y compañeras de la Asamblea hacia la calles Ermú y Nikis (en los alrededores de la plaza mayor de Síntagma). En aquel punto, los equipos policiales motorizados Delta y Días atacaron y detuvieron a nuestra compañera Leda Sofianú, arrastrándola violentamente hasta la entrada del Ministerio de Hacienda. Allí intentaron retirarle el bolso, dentro del cual tenía puestos textos de la Asamblea, y meterle dentro de él un cóctel molotov, hecho que se evitó gracias a su reacción intensa y la protesta inmediata de otros transeúntes. Después del traslado de la compañera a la Comisaría Central de Atenas, la Policía presentó un nuevo guión, según el cual es acusada de haber atacado a los policías encapuchada y con un tablón.
Los cargos contra ella son absolutamente falsos e inventados, ya que la compañera durante toda la marcha sujetaba la pancarta de la Asamblea, ¡mientras que en el momento de su detención estaba entre muchos de los manifestantes que estaban siendo atacados por policías que tenían el rostro cubierto! La represión violenta de la movilización huelguística en general, así como las ofensivas políticas organizadas contra luchadores y luchadoras apuntan a la intimidación y el terrorismo de todos aquellos que resisten en las calles, así como al envío del mensaje a toda la sociedad.
¡El terrorismo no pasará!
Ningún ataque punitivo se quedará sin respuesta.
Liberación inmediata de todos los detenidos de la marcha de la huelga general del 23 de febrero.
¡La solidaridad es nuestra arma!
Asamblea de Resistencia y Solidaridad de Kipseli/Patissíon (Atenas)