A media tarde del lunes, 30 de julio, un grupo de unas quince personas atravesó el barrio de la Guillotière en Lyon, distribuyendo octavillas y pegando carteles en solidaridad con los detenidos que luchan actualmente en diversas prisiones (en particular, en relación con las diferentes formas de revuelta que han tenido lugar recientemente en Roanne, pero también en Toulouse).
Se hicieron pintadas por el barrio: “carceleros a la horca”, “fuego a las prisiones”, “ACAB” (all cops are bastards- todos los maderos son bastardos), etc. Todo esto, en un ambiente tranquilo con la simpatía o el interés de numerosxs viandantes.
Después, la gente se encontró por fuera del edificio del SPIP (servicio penitenciario de inserción y probación) situado en el muelle Claude Bernard. Este tipo de servicios se ocupa, entre otras cosas, de la parte “social” de lo que ocurre en el talego y, también, de todo lo relacionado con la inserción y el control social durante las salidas. Allí, se desplegó una pancarta que rezaba: “solidaridad con lxs presxs en lucha”. El vestíbulo de entrada exterior de este gran edificio se regó con líquidos malolientes y otros que ensuciaban, también se vertieron por el suelo frutas y verduras podridas. Luego, explotaron petardos, se escucharon consignas como: “ni pelas, ni maderos, ni SPIP, ni carceleros”, “solidaridad con los presos en lucha”, “el talego a la mierda». Luego, el ventanal del edificio quedo cubierto de pintura y consignas como: “muerte a los cerdos”, “Boyer, quítate” (Boyer es el director del centro de detención de Roanne), “a la tumba, colaborador”, también se proyectó pintura sobre las ventanas de las oficinas.
El pequeño grupo se marchó sin problemas, dejando el ventanal en un estado menos feo que el curro que hacen los que trabajan allí, aun así bien dañino.
La octavilla repartida:
Desde hace varios meses, 42 presos del centro de detención de Roanne se han mostrado combativos y determinados a no seguir sufriendo las humillaciones cotidianas ligadas al encierro en prisión. Han publicado testimonios, reivindicaciones (por el cierre de la celda de castigo, el fin de las salas de aislamiento, la explotación en los talleres de trabajo…). Ha habido revueltas, desde insumisiones diarias hasta brotes de fuegos en celdas o altercados con los carceleros. Ante esto, la justicia distribuye a los presos penas de prisión suplementarias e indemnizaciones para sus cancerberos. El 4 de julio, cuatro presos se niegan a volver a subir tras el tiempo de patio. Los vigilantes intervienen aporreándolos y los envían a la celda de castigo. Los presos tiran proyectiles en solidaridad y graban la escena. El vídeo circula fuera y hace ruido. Unos días más tarde, hay carteles cubriendo la ciudad, en los que se explica lo que pasó nombrando a los carceleros que apalean. El 14 de julio, los presos están bloqueados en las celdas (sin patio, ni almuerzo y las comunicaciones retrasadas varias horas…), llegan como refuerzo los ERIS (Equipo Regional de Intervención y Seguridad). El clima es tenso, los presos bloquean un piso, hay insultos y brotes de fuegos. Si estos acontecimientos han permitido a los presos instaurar una relación de fuerzas más favorable, nada está garantizado y su ira tiene siempre muchas razones para existir.
Artículos sobre Roanne (en francés): Violencias penitenciarias en el Centro de Detención de Roanne y Comunicado del colectivo Papillon.
En Toulouse, el 16 de julio, 40 presos se niegan a volver a las celdas después del patio. Informan en el exterior y dan a conocer sus reivindicaciones, sobre todo, acerca de la comida asquerosa y las condiciones en las que tienen lugar las comunicaciones. Tras cuatro horas, bajo las amenazas del ERIS, vuelven a las celdas.
Últimamente, en Villefranche-sur-Saône, en La Talaudière, en Bourg-en-Bresse, en numerosas prisiones los carceleros hacen huelga, reclamando medios para hacer su trabajo sucio. Dicen que sienten inseguridad, si eso quiere decir que los presos no se dejan aplastar, pues ¡mejor!
Artículo sobre Villefranche-Sur-Saône (en francés): Presos vascos apaleados en la prisión de Villefranche.
Nos solidarizamos con lxs presxs que luchan en prisión, porque queremos un mundo sin prisiones. Fuera tampoco somos libres. Encerradxs en la escuela, el trabajo, vigiladxs por cámaras, controladxs y reprimidxs por tutores de inserción y maderos…
Si se infringe, por elección o necesidad, las leyes hipócritas de este mundo, que sirven ante todo para proteger a los poderosos, sus poder y sus pelas, su moral y sus valores pueden mandar a unx rápidamente a prisión. Porque la cárcel también es una administración, una empresa rentable, gestionada diariamente por personas que no hacen “más” que su curro. En Lyon, como en otros sitios, en sus oficinas, administran con la conciencia muy tranquila el encierro de lxs presxs. Expresamos nuestra ira hacia ellos, que saben bien hasta qué punto se les detesta…
¡y mostramos nuestra solidaridad con lxs presxs que luchan!