Aquí una breve crónica de la jornada de huelga estudiantil vivida en Barcelona el día 28 de febrero en contra de la subida de tasas y la privatización de la enseñanza pública.
La huelga estaba principalmente convocada por la organización ciutadanista PUDUP (Plataforma Unitaria en Defensa de la Universidad Pública) y el sindicato de la izquierda independentista catalana SEPC, aunque en muchas facultades e institutos fueron las asambleas de dichos centros quienes decidieron la adhesión a la huelga. Los días anteriores se habían ocupado facultades y realizado cortes de tráfico o pasacalles por los campus con el objetivo de promocionar la huelga.
La jornada empezó a primeras horas de la mañana cuando centenares de estudiantes de la Universitat Autònoma de Barcelona, localizada en las afueras de la ciudad, cortaron una carretera secundaria (se intentó cortar la autopista, pero estaba protegida por lxs maderos) y bloquearon el interior del campus a base de barricadas de fuego. En otros campus de Barcelona se bloquearon las entradas de las facultades y se fue desde ellas hacia la manifestación central.
La manifestación de Barcelona partió como ya es habitual de plaça Universitat, situada en el centro de la ciudad, y a ella habían convocado tanto lxs promotores de la huelga y asambleas de estudiantes como grupos anarquistas y anticapitalistas. Durante todo el recorrido, varios símbolos capitalistas como bancos, Starbucks y otras multinacionales fueron atacados con pintura, piedras, martillos y bengalas. A la llegada a la sede del partido ultraderechista Unió, miembro de la coalición gobernante en Catalunya, CIU, encapuchadxs levantaron barricadas de fuego y lanzaron piedras contra lxs maderos que custodiaban armadxs con escopetas de balas de goma la entrada a la sede. En ese momento, las lecheras cargaron contra lxs manifestantes, que se dispersaron al cabo de unos minutos por las calles aledañas. Cinco personas fueron finalmente detenidas.
En general, la jornada ha sido percibida por algunxs como un paso adelante respecto a las huelgas vividas el año pasado, tanto en el número de participantes en la huelga y manifestación como en la combatividad e intensidad de ésta. Además, la lucha y la acción directa de lxs estudiantes se ha combinado con las reivindicaciones de otros colectivos (por ejemplo, antes un ataque contra la sede de Movistar en plaça Catalunya, los estudiantes se han solidarizado con un grupo de trabajadores de dicha empresa ahí presentes que pedían la readmisión de un compañero despedido por baja médica) y ha convertido la marcha más en una manifestación de ataque contra el sistema, que una protesta estudiantil en sí. Más allá, el debate principal entre algunos compañeros anarquistas sigue siendo cómo superar el discurso reformista de los líderes sindicales y cómo mostrar y plantear la alternativa a la empresa-universidad estatal.