El 28 de marzo por la mañana, en el centro de la ciudad de Gotemburgo, se colgó una pancarta en la entrada del edificio donde se encuentran, entre otros, el Consulado griego en Suecia; como una acción en solidaridad con la lucha de nuestrxs compañerxs, pero también como un intento de difundir información y expandir la resistencia. La acción fue el resultado de la necesidad de unir nuestra voz a la de nuestrxs compañerxs en Grecia y su lucha diaria .
Estamos atravesando un período que se caracteriza por la represión a todos los niveles, como la respuesta política elegida contra toda forma de reacción y cada voz de resistencia que actúa en oposición a las decisiones sistémicas deliberadas, que resultan en una mayor destrucción de la economía y del tejido social. Un período en el que el intento de desorientar y manipular, desde arriba, lleva al aislamiento y apunta a todas formas de voluntad libre, expresión de crítica y cualquier intento consecuente de derrocar la estructura político-económica existente. La supresión de espacios autónomos, la represión de huelgas, detenciones sin sentido, las torturas a lxs presxs políticxs, los intentos de silenciar el discurso y la cultura libre y la práctica generalizada de fijación de objetivos y de venganza que el Estado fascista – y sus lacayos – emplean contra toda forma de la resistencia, solo sirven para movilizarnos a nosotrxs y nuestra rabia.
La autoorganización es el único medio que tenemos, la solidaridad internacional es nuestra única arma.