Sobre lo que pasó, sobre lo que nos cuentan
Bolonia, marzo de 2013.
El viernes 15 de marzo, comenzó el proceso contra 21 compañerxs que frecuentaban el Centro de documentación anarquista Fuoriluogo [Fuera de Lugar], confiscado y, posteriormente, clausurado en abril de 2011 en la operación represiva “Outlaw”. El Estado afirma que haber llevado a cabo luchas contra los CIEs y las cárceles y haber promovido iniciativas con presentaciones de libros y discusiones constituye una asociación ilícita con fines subversivos.
Aquel día nos echamos a la calle, hicimos una concentración en la plaza Mayor y después nos fuimos en una mani espontanea por las calles del centro de Bolonia. Atravesamos el centro, llenando de contenido nuestro recorrido: queríamos hacerle saber a todxs lo que nos estaba pasando. Todo bien, hasta que llegamos al mercado de la Montagnola. De repente, aparecieron 10 coches de policía, 3 blindados de antidisturbios y el típico grupo adjunto de la DIGOS [policía política italiana de paisano]. Pararon a pequeños grupos de compas en lo alto de la Montagnola. Una emboscada: los coches de policía a toda velocidad por el mercado y los blindados posicionados en las vías de acceso para impedir la entrada y salida a este. Otra veintena de nosotrxs se subió a un autobús que la Digos y la policía detuvieron enseguida. Nos hicieron bajar con el bus rodeado de antidisturbios (dotados de escudos, casco y porras) y nos hicieron entregarles la documentación. Una encerrona, sí, pero más bien irregular. Nos tuvieron en medio de la calle durante dos horas y media, impidiendo la circulación y desviando el tráfico por la calle Irnerio. ¿Sabéis por qué no nos llevaron a comisaría? Porque estaba la Cancellieri (exministra del Interior) y una veintena de anarquistas por los pasillos de la comisaría sería arriesgarse a estropear el clima ceremonioso propio de una visita oficial, además de servir de prueba de la incompetencia de las “fuerzas del orden” para mantener pacificada esta ciudad: hubiera sido el gran remate de su imagen de mierda con el gran jefe de visita.
Pero al día siguiente, en los periódicos, los hechos dan un vuelco: no fue la policía la que bloqueó las calles, sino lxs anarquistas, obligando a lxs uniformadxs a intervenir para limitar los daños (precisamente cuando esta fue una de las pocas ocasiones en las que la policía ha asumido la tarea de bloquear la carretera, en lugar de lxs anarquistas). Así como que se hizo hincapié en la ira de los vendedores ambulantes preocupados por la facturación del día y se silencia la solidaridad expresada por algunas de las personas que pasaban y la del conductor del autobús bloqueado.
La policía aquí en Bolonia es de la que pega a los camellos por la calle, de la que cambia favores sexuales por documentos, que en la comisaría de la calle del Pratello está acostumbrada a violar, la que hace tanto tiempo se llamaba UNO BIANCA [Grupo Paramilitar de Emilia-Romagna de finales de los ’80, principios de los ’90 relacionada con los servicios secretos]. Los únicos responsables aquí y allí son arrestados y procesados, intentado hacer creer la típica versión de que el único problema de los maderos sean las “manzanas podridas” entre ellos, pero es la propia institución policial lo que está podrido.
Por un lado, maderos pegones, violadores, asesinos, por el otro, maderos que hacen carrera con hechos inventados y, en medio, complacientes periodistas siempre preparados para redactar la visión de los poderosos, en este caso la de la Digos y la policía.
Reivindicamos nuestra rabia y nuestras prácticas hacia un sistema de dominación que nos quiere esclavxs.
¡En un mundo de siervos y poderosos, todxs somos honestxs delincuentes!
A principios de abril de 2013, a casi dos años del inicio de la operación Outlaw, Deliquenti senza Associazione editaron una publicación con el material que ha salido hasta el momento sobre la operación, desde información técnica hasta acciones directas, pasando por comunicados de solidaridad e iniciativas solidarias con lxs imputadxs. Para descagártelo, en italiano, aquí (en formato lectura) y aquí (en formato publicación).