Todo el peso de nuestro aprisionamiento dentro de esta sociedad nos presiona insoportablemente. Indescriptible dolor, frustración, soledad e inseguridad son la mayor parte de la historia de nuestras vidas, remontándose generaciones. Como el dinero habla más fuerte y silencia al resto de principios, como el concreto y el asfalto nos aíslan del resto del planeta porque da asco y como la cultura dominante moldea a lxs humanxs como robots para trabajar-consumir-reproducirse-obedecer… estamos física y emocionalmente asifixiadxs diariamente por una existencia artificial y abaratada, manteniéndonos alejadxs de nuestros sueños fuera del molde.
La ira reveladora taladra la niebla de la confusión por nuestra condición alienada, buscando objetivos que valgan para la rabia. Cualquier idea de tregua con las instituciones dominantes, esperando solo reformar, se ajusta solamente a los roles desarmados a lxs que les gustaría forzarnos. Parece vital la insurrección inmediata. Alzamos nuestras máscaras y salimos hacia la noche para hablar a través de un lenguaje tan viejo como la Dominación: sabotaje y conspiración.
«… ¿cuáles son vuestros deseos reales? ¿Estar sentad@ en la cafetería, con la mirada distante, vacía, aburrida, bebiendo un café que no sabe a nada? O quizá VOLARLA o PRENDERLE FUEGO»
– La Brigada de la Cólera
Por eso, asumimos la responsabilidad de la instalación de un simple artefacto incendiario contra el banco Barclays cerca de Bath Road en Brislington, Bristol, en la madrugada del 28 de agosto. Velas encendidas dentro de neumáticos (dándonos tiempo para retirarnos) para encender trapos empapados con combustibles que accionaron tres contenedores llenos de cinco litros de petróleo y queroseno en partes iguales junto con poliestireno aplastado (el artefacto incendiario) y cerca de 1680 gramos de bombonas de camping gas (el explosivo). Se eligió esa sucursal por no tener edificios adyacentes y para evitar la remotamente pequeña posibilidad de transeúntes en el área donde ubicamos el artefacto en el lado trasero del edificio contra una ventana, en vez de múltiples artefactos en lados opuestos, como se suele recomendar.
Con este texto, queremos compartir ideas sobre los bancos y la economía, sobre la lucha anarquista contra el Poder en todas sus formas y sobre el enfoque del ataque específicamente dentro de este. Primero, nuestro objetivo.
I) El puño de acero en el guante de terciopelo
El papel y, también, las trampas del sistema financiero están cada vez más claros. El cautiverio económico que imponen a las masas es una de las cadenas más fuertes que nos atan hoy, a pesar de la reciente desconfianza generalizada hacia el sector financiero. Las promesas de una «buena vida» vacía mediante el acceso a préstamos, tarjetas de crédito e hipotecas te atrapan, condenándote a vender tus días escalvizadx por la economía, para ganar un salario exiguo incluso para comida y facturas. Pronto el tan familiar ciclo funciona: pidiendo prestado más, trabajos extra, préstamos personales, deudas, aumento de la tensión en el núcleo familiar y niveles mayores de violencia doméstica, hábitos de bebida y drogas (ilícitas o farmacéuticas) para hacer frente al estrés, la apatía, a menudo delatando y denigrándose para «salir adelante». Se te pone a trabajar cavando tu propia tumba para cuando te hayan jodido y escupido en pos de los beneficios de la élite, disminuyendo el espíritu rebelde por la paralizante pobreza y los trabajos alienantes. Y durante todo este tiempo, la lujuriosa imagen de realización mediante productos cuelga justo ante tus narices, mientras las murallas de código de barras se colocan silenciosamente a tu alrededor para encarcelar tu tiempo y tu energía creativa.
Para aquellxs de nosotrxs a lxs que se les despojó violentamente del antiguo conocimiento ancestral de cómo vivir independientemente sobre la tierra en los siglos anteriores con el nacimiento del capitalismo industrial (que también se hizo con la tierra comunal necesaria para ello y la enrejó), la jaula de la economía es casi total. Y sigue y sigue, mientras los verdaderos sostenedores de la miseria financiera se encuentran al alcance de la mano…
Mientras tanto, en tiempos de una brecha históricamente inaudita entre lxs más pobres y lxs más ricxs, los bancos destinan enormes ganancias en la financiación del desarrollo capitalista, las ciencias del control, tecnología para la «seguridad» militar y civil e infraestructura industrial, envenenando de forma suicida todas las formas de vida que conforman nuestro mundo a medida que el cáncer de la Civilización se propaga. La explotación es la norma de la actividad económica, no la excepción.
Tomemos como ejemplo el grupo bancario Barclays. Tengamos en cuenta el hecho de que ellxs tuvieran el poder, como arquitectos del metódico saqueo de una élite pudiente al resto de nosotrxs, para fijar la tasa bancaria Libor (London InterBank Offered Rate) para enriquecerse más. Tengamos en cuenta que ellxs son los mayores inversores del Reino Unido en la industria mundial del carbón. Recientemente, el mayor inversor mundial del comercio de armas. Anteriormente, el mayor accionista institucional del famoso grupo de tortura animal Huntigton Life Sciences. Financieros de la ultracontaminante extracción de arena de alquitrán en Alberta (Canadá) en terriotorio indígena, posiblemente, el mayor proyecto de inversión capitalista-industrial sobre la Tierra y causa del segundo más rápido índice de deforestación del planeta. Tengamos en cuenta su decisión de vender los habitos de consumo y ubicaciones de teléfonos móviles de millones de personas a otras compañías y departamentos gubernamentales. Tengamos en cuenta la cantidad de personas que están aquí atrapadas en la prisión financiera que tejen a nuestro alrededor y que, rápidamente, se convierte en prisión estatal cuando infringes la ley para conseguir dinero ya que no le puedes seguir el ritmo a los pagos o, simplemente, lo prefires antes que besarle el culo atus jefes por una recompensa.
Pero, de hecho, ninguno de estos hechos intolerables son las principales razones del ataque. Creemos que, para constituir una amenaza potencial a la estabilidad del sistema de dominación, es necesario un ataque, a la escala que sea, para contradecir los principales valores de este sistema. Por ejemplo, que los banquerxs se lleven abiertamente lo que quieren de las arcas no está realmente en los intereses del sistema, que requiere de explotación más sofisticada en la era moderna. La «crisis» bancaria y el escándalo de la fijación de tasas será gestionado por el sistema de una forma que rehumanice su imagen mientras suave y profesionalmente continúa el saqueo social y la ecodevastación. No nos uniremos al coro simplemente condenando a los bancos por su «corrupción» (como si un banco incorruptible fuese de alguna manera excusable). El totalitarismo democrático es excelente en apaciguar esta indignación con reformas, abriendo investigaciones, eliminando las «manzanas podridas» (como el director ejecutivo de Barclays, Bob Diamond, que se marchó con una pensión de varios millones de libras) y pareciendo que ha cambiado.
En muchos casos, las críticas parciales que no buscan las raíces de la Dominación, de hecho, la ayudan a sobrevivir, como si pudiera «solucionar» amenazantes contradicciones poquito a poco mientras lleva el problema a otro lugar. Terminar con la vivisección, por ejemplo, no dañaría necesariamente el sistema a un nivel demasiado importante si los experimentos se convirtieran excesivamente en un factor enfurecedor que tratar (como sucedió cuando Barclays rompió con Huntingdon Life Sciences, haciendo que el grupo por los derechos animales dejara de tenerlo como objetivo): aunque apuntar más allá de la perspectiva cultural de que toda vida (especialmente, la no humana) es propiedad para usar a voluntad designe el proceso de domesticación que ha existido en cada paso hacia la Civilización y apunte a la liberación total sin derechos aprobados por las autoridades. Otro ejemplo, acabar con la violencia policial en las calles se encuentra potencialmente entre los intereses del sistema cuando se puede crear la pacificación a través de una cultura de identificación con el opresor. Fallando esto, siempre hay psiquiátricos, vigilancia, manipulación mediática y el distractor bullicio de distintos políticos. (Pero, por supuesto, el Poder siempre depende de diferentes formas de fuerza desnuda allá donde la vida salvaje aún se niegue a entregar la autonomía)
«El proceso de perfeccionarse a sí mismo en el uso de materiales y técnicas, es como educarse a sí mismo […] En ninguna fase de la historia se debe elegir subir el grado en el nivel de una estéril operatividad estratégica, sin que se subiese el grado, se profundizase el pensamiento y el discurso, como naturalmente tampoco debe ocurrir algo al revés.»
– Célula de Miembros Prexs de la CCF-FAI
Movilizándose solamente por ciertas caras inmediatas del sistema no contradice sus valores y tampoco lo hace un proyecto revolucionario que se enmarca en la jerga de la «inclusión», de las «instituciones alternativas», la «producción ética» o de la «política». Así que merece la pena aclarar que nuestro ataque a esta institución predadora apuntó al propio principio del progreso civilizado que los bancos representan también: crecimiento, desarrollo y expansión económica, que requiere de masas encadenadas a sus trabajos y del devastamiento de la tierra, la esencia del capitalismo industrial con la esclavitud de todas las clases y la dominación de la vida salvaje que necesita. A su vez, este sistema es solo la última manifestación del distanciamiento y pérdida que experimentamos en todos lados, complejas sociedades reemplazando la asociación a escala humana, cara a cara y voluntaria.
Rechazando todo este cuento que nos han forzado a mamar, sin duda, hemos decidido intentar desestabilizar y destruir cualquier forma de cosmovisión económica, para experimentar un mundo salvaje de relaciones entre vidas libres: como oposición a reducir mutuamente «recursos», humanos y no humanos. En vez de buscar la acomodación en el sistema o «mejorar», nosotrxs despreciamos completamente todo lo que su degradada existencia pueda ofrecernos, incluyendo el cadáver de «derechos» o «justicia» que, desde hace mucho tiempo, enterramos junto a nuestras obligaciones con la sociedad civil.
II) Conciencia en llamas
Por supuesto, se podría decir que nuestro ataque fue puramente simbólico, quizá solo causando daños a un banco. Aun así, lo importante para nosotrxs fue romper con la complicidad del silencio, dejar señales de nuestra determinación para luchar por cualquiera que sienta lo mismo, dejando una sombra de incertidumbre para cuando un elemento u otro de los que el sistema explota aparezca para hacer añicos su práctica, su propiedad y su paz. En el mundo actual, parece una distracción dirigir (por lo menos, exclusivamente) nuestras fuerzas contra las caras más espectaculares del Estado o el capitalismo: teniendo en cuenta que la red capilar de sucursales e infraestructura que administran este mundo están todo el tiempo a mano. (Aunque, dicho esto, nada nos da tanta alegría como cuando se atacó la bolsa de Barcelona durante los disturbios del 29 de marzo del año pasado, cuando un alto ejecutivo italiano de una empresa nuclear fue víctima de una emboscada y tiroteado en mayo del año pasado o ¡cuando esta misma semana unxs anarquistas destrozaron con un incendio enorme una multimillonaria galería de tiro de policía a las afueras de Bristol!)
Y entonces… ¿quién sabe? Quizá vivamos para ver la sociedad industrial colapsar en su propio peso insostenible y hacer lo más que podamos para reaprender lo que la Civilización borró. Quizá nos encontremos con más compas y veamos nuestros mundos torcerse por nuestra lucha. Quizá muramos en el intento. O quizá no, pero nada parecerá cambiar.
Pero, para nosotrxs, todo cambió cuando decidimos vivir como guerrerxs y no como esclavxs. Honramos nuestro luto y frustración, nuestra soledad e inseguridad sin reprimirnos ni rendirnos ante ellxs: tomamos estas piezas rotas de unx mismo para hacer de la víctima un/a luchadorx y sentirnos orgullosxs de ser antagonistas de este mundo. Para atacar lo que nos ataca.
«Creemos que no todo depende del contexto y de la situación como algo que flota en el aire y es externo. Las situaciones las hemos de crear por nosotrxs mismxs, trabajar duro y crear proyectos propios, ser protagonistas de la guerra social y tener un papel activo, ser lxs protagonistas de nuestra propia realidad y lucha. (…)consideramos que tras y durante de hacer una acción o una manifestación luchadora suceden una serie de cosas; primero ganamos, es decir, logramos el objetivo saboteando el objetivo en concreto y posteriormente perdemos, pues volvemos a aglutinarnos a la espectacular normalidad, dejamos de tener el papel subversivo y pasamos a estar entre las redes de nuevo, por eso y en medida de que cada uno pueda, las acciones deben seguir prolongándose, perpetuarse y hacerse diarias y habituales hasta que-junto las palabras, la solidaridad y todo tipo de trabajo anárquico-se puedan crear unos tejidos sociales subversivos y unas bases de contrapoder fuertes.»
– Insurgencia Antiautoritària d’Acció/Federación Anarquista Informal
De esta manera, nos armamos tanto con nuestra determinación como con nuestras bombas. Es más, nuestros amigxs, amores y coconspiradorxs saben bien que abrazamos la vida con toda la alegría, sudor y lágrimas, porque creemos firmemente que hay varias maneras liberadoras de vivir, aprender y luchar. Vamos superando nuestros miedos, resignación, mordazas, los collares ligeros como la seda que a algunxs les llega a encantar llevar. Nuestro ataque es uno de los muchos métodos para ello. Para poder pensar con más claridad, sentir, actuar, curar, relacionarnos con el lugar de nuestras vidas en profunda conexión y no alineación. Queremos una comunidad cuya posibilidad se encuentre más allá de las ruinas de la Civilización. Sabemos que hay otrxs enemigxs de la sociedad, instintivxs o consientes, que conspiran y atacan sin la necesidad de identidades revolucionarias o comunicados. Ponerse a luchar contra todo lo que limita la vida libre es una opción abierta para todxs, estés donde estés, no el «trabajo» de una élite militante.
III) Autoorganización
El grupo de afinidad que llevamos a cabo esta acción nos entendemos como una simple lanza del multiforme ataque anarquista contra la autoridad y la alienación. Un pequeño círculo se reúne para planear dónde, cuándo y cómo atacar, organizado mínimamente dentro de una estructura informal más amplia de apoyo mutuo y complicidad, flotando y como parte del vasto mar del prácticas y pensamiento rebelde en toda su multiplicidad, cubriendo cubriendo cada vez más aspectos de nuestras vidas, mientras luchamos por tener coherencia y responsabilidad en cuanto a nuestros valores, hacia la libertad. Un pequeño grupo que, sobre todo, se forma y se disuelve según lo que quiera cada participante individual, basándose en su capacidad de coexistir con su autonomía, así como dando acceso a un frente común contra la difusión del Poder y la Civilización.
Hacer una guerra de guerrillas no nos convierte en mártires, ni en líderes o predicadorxs. Actuamos meramente en nuestros propios términos. No nos vemos como «avanzadilla» solo porque esta vez hayamos elegido una bomba en vez de un ladrillo. Cuando hablamos de lo que existe en la vida cotidiana como guerra social, estamos describiendo la lucha contra una compleja red de falsas elecciones, controles físicos, presiones sociales, limitaciones de tiempo y hábitat, el casi total reinado de la economía, y más. No vemos todas estas batallas como las más adecuadas para la violencia física o el daño a la propiedad. En algunas, la insurrección está en contra de la moralidad, de los roles de identidad y la domesticación que la sociedad ordena -tareas que deben comenzar a nivel individual antes de estar maduros para esfuerzos comunales, si así se desea. La guerrilla anarquista debe luchar en todos estos frentes, pero no excluye crucialmente apuntar a instituciones físicas y gerentes que mantienen a este mundo. Sin preparación para la ofensiva (nacida de la experiencia personal directa) no estaremos listxs para defender ninguna de nuestras libertades individuales o colectivas de nuestrxs enemigxs. Muy a menudo, vemos radicales alejarse del enfrentamiento y retirarse a un crédulo narcisismo o a la comodidad relativa de los movimientos sociales que siempre ponen el conflicto al final de su lista de posibilidades.
Esta es la primera vez que usamos bombas como armas y estamos segurxs de que se pueden usar sin demasiado problema. Prácticamente cualquiera es capaz de montar artefactos como el nuestro, solo para disipar el mito de la especialización que, automáticamente, suele acompañarlos. Pensamos que, aunque en otro tiempo y para otra persona, destrozar una sola ventana podría tener el mismo significado (si el acto no busca dialogar con el sistema o reconocimiento de su parte). Más significativos son la intensificada posibilidad y el placer liberados por la acción directa en vez de esperar y transigir. Además, estamos de acuerdo con nuestrxs desconocidxs compas de CCF-Rusia (al reivindicar el incendio en una autopista en construcción en julio) en que esperar a atacar por algún nivel «superior» de experiencia técnica y equipamiento puede llevar a la parálisis y a la inacción.
Pero en nuestras vidas, decidimos intensificar nuestra experiencia de la guerra diaria contra la Civilización, para empujarnos más allá de lo que previamente nos era conocido, para ampliar nuestra caja de herramientas para vivir la anarquía en nuestras relaciones y en nuestra revuelta. Cuantos más métodos aprendamos para tener a nuestra disposición, más adaptables seremos en el conflicto y más difícil será para nuestrxs enemigxs aventajarnos. Esto es tan cierto para nuestro proyecto de placer armado, como para nuestra comunicación escrita, nuestras propias habilidades para sobrevivir y desarrollarnos en balance con otra vida y nuestras interacciones que apuntan a socavar y aniquilar toda jerarquía. La revuelta necesita todo: afiches y libros, reflexión y discusión, puñales e incendios. El único problema interesante, como ya se ha dicho, es cómo combinarlos.
Precisamente porque no somos «expertos», porque cuando volvemos a casa después del ataque nosotrxs también luchamos con todas nuestras hipocresías, contradicciones y humillaciones que dan forma al aparato de las relaciones de poder en la sociedad contemporánea, tenemos que armarnos de valor para llevar a cabo nuestros ensayos, nuestros errores y logros. Para mantener nuestra dignidad, la rebelión debe ser parte de la fábrica de nuestra realidad, no limitada a manifestaciones, aniversarios o momentos de más amplia agitación social.
IV) Siempre con lxs rebeldes
También escribimos para reconocer y remarcar la constelación explícitamente antiautoritaria de grupos e individualidades (sepamos o no sus nombres) que llevan la guerra contra el sistema en todos sus frentes. Actualmente, vemos una intensificación de acciones abiertamente combativas en la región e internacionalmente. Estamos extremadamente orgullosxs de nuestrxs compas y deseamos que esto les aporte a ellxs, tal y como sus palabras y hechos nos enriquecieron a nosotrxs. Aprovechar oportunidades para enviarles señales y apoyar a lxs prisonerxs secuestradxs no es en absoluto una ocurrencia tardía -es una parte inseparable de quiénes somos y por qué peleamos. Parece estúpido desechar esto solo por ser autorreferencial. Desde que conectamos nuestras revueltas individuales con una necesidad colectiva de destrucción-creación, decidimos que abandonar a lxs prisionerxs en lucha era olvidar la lucha en sí misma. Lo importante es que nunca cerremos los ojos ante otrxs que también se sublevan.
Nuestro bombardeo cayó durante el mes anunciado en que los luchadores de clase libertarios Marcelo Villarroel, Juan Aliste y Freddy Fuentevilla finalmente serán sometidos a juicio en Chile. Su postura combativa y sus cartas desde prisión han sido una inspiración desde su captura en Argentina hace cinco años. Más allá de nuestras diferencias, estamos unidos por un objetivo mínimo común: el levantamiento inmediato para la desaparición de la sociedad de clases. Forman parte del, siempre en desarrollo, territorio antiautoritario atravesando las fronteras y el lenguaje. Aquí podemos intercambiar ideas, prácticas y, por supuesto, criticas mutuas, posibilitándonos crecer y aprender. Así que, en vez del acuerdo teórico absoluto (como dice la naturaleza de la sociedad y la civilización), hoy experimentamos una solidaridad surgida de la pasión compartida de pelear, aquí y ahora sin demora, libres en todo momento de recorrer por separado los senderos que nuestros análisis abren. (Para lxs ideólogxs de clase que difaman a lxs insurgentes y todavía se esconden esperando por las míticas «condiciones necesarias», como sea, nuestro desprecio sin reservas).
«…en una ascéptika celda de alta seguridad, en la hermosa oskuridad de la montaña surkada por pasos klandestinos, en el anónimo sabotaje urbano, penetrando sus vigilados centros de poder… en una rima-kanción, en un texto-deklamación, en una honesta entrega de korazón… hay memoria y subversión independiente de los embates de la represión.»
– Marcelo Villarroel
Fuerza a Marcelo, Juan y Freedy y a Carlos Gutiérrez que aún está en búsqueda por el mismo caso. Lxs anarquistas griegxs arrestadxs en Kozani, Nea Filadelfia y Tesalónica, Roger Clement (Coalición que lucha por la libertad, Ottawa), Marco Camenisch y Walter Bond (Frente de Liberación Animal-Lobo solitario) son todavía más razones para seguir firmes en la lucha.
Llamamos a cualquiera que se sienta insatisfechx: crea la confianza en ti mismx para armarte contra la autoridad y la indiferencia. Levantémonos contra los bancos, el trabajo, el dinero y la civilización detrás de ellos. Desde bancos expropiados en Santiago, disparos a esbirrxs en Londres y fábricas inutilizadas en Daca; desde hurtos hasta saqueos en Bariloche y Bristol, oficinas de empleo destrozadas y quemadas en Trento y Berlín; desde la insubordinación, sabotajes en los lugares de trabajo y huelgas indefinidas; desde los controvertidos usos no autorizados de inmuebles o tierras para liberarlos del comercio en Cardiff o esta última semana en Girona; a la resistencia indígena que queda para impedir ser asimiladxs por la economía del trabajo asalariado global… 10, 100, 1000 motines contra la tiranía del mercado.
Y ¿por qué parar aquí? Hacia una vida sin cálculos ni administración, una de libertad y tierras salvajes. De anarquía. Seamos el enemigo interno del sistema, impredecible e incontrolable.
Por el ataque y la subversión continuos
Federación Anarquista Informal/Formación guerrillera improvisada