Río de Janeiro, Brasil: ¡Nadie se va a quedar atrás!

Afirmar que vivimos una guerra no es una amenaza, es reconocer lo que tenemos delante de las narices. La Dominación no demuestra ninguna intención de ceder, así como nosotrxs no tenemos ninguna de desistir. En la intensificación de este conflicto hay muchas caídas, pero es necesario tener en mente que los fracasos no son nunca definitivos y que forman parte de la historia de las victorias.

El día 15 de octubre, Río de Janeiro volvió a ver de lo que es capaz la represión. La información todavía varía según la fuente, pero según el grupo de abodagxs «Habeas Corpus» hubo 195 detenciones, de las que 84 siguen aún presxs. Las acusaciones varían: pertenencia a banda o pandilla, robo, incendio, daños al patrimonio público, lesión corporal y corrupción de menores. La nueva ley de organización criminal se está utilizando para criminalizar lxs que pillen, lo que está generando absurdos tales como la búsqueda de un líder del grupo y la invención de supuestas ganancias materiales obtenidas a través del «vandalismo». Durante la protesta, la policía usó las armas de siempre: bombas de efecto moral y de gas lacrimógeno, balas de goma, pistolas eléctricas y  –para que quede claro que no dialogan– armas de fuego.

Este es el resultado catastrófico que impone el Estado a una marcha convocada por profesores estatales y municipales. La huelga comenzó a principios de agosto con el objetivo de impedir la imposición de un modelo empresarial a la eduación. La propuestas gubernamentales no dejaron espacio para ninguna de las demandas del movimiento; a ellos solo les importa lo que ellos quieren. Sin embargo, esta huelga no se puede entender de forma aislada, sino forma parte de un ciclo de revueltas que explotó en la ciudad de Río de Janeiro y en el país entero, desde el junio. Los motivos para la indignación son muchos, pero está claro que la intransigencia del Capital será, cada vez menos, aceptable.

La misma semana, se expidieron 17 órdenes de detención contra manifestantes. Se incautaron aparatos electrónicos y se reveló un esquema de investigación que contaba con escuchas teléfonicas desde julio. A partir del momento en que estar en las calles es ser sospechosx, queda claro lo grave de nuestra situación. No vamos a pedir autorización para resistir, resistiremos. Ninguna celda aprisionará nuestra lucha por la dignidad.

Ahora es urgente crear un red de solidaridad con lxs presxs. Debemos estar atentxs a donde lxs trasladan y realizar una campaña masiva por su liberacion. Probablemente, solo saldrán bajo fianza, por lo que es necesario que organicemos una recaudación masiva de fondos. El sábado, 19 de octubre, habrá una concentración en Bangu (prisión): contamos con la presencia de todxs.

¡Nadie se va a quedar atrás!

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