A primera hora del 19 de noviembre, las fuerzas nacionales especiales de la policía y la SÄPO (algo así como el MI5 o el FBI sueco) organizó un redada llamada Operación Eskil. Los objetivos eran grupos de antifascistas en diferentes partes de Suecia central. Algunas personas fueron arrestadas, acusadas de atacar a nazis y, en varias de las redadas en casas, la policía dijo que había encontrado un montón de armas y material para fabricar artefactos incendiarios.
A pesar de que no compartimos las visiones socialistas de lxs antifascistas, sí que tenemos un enemigo común y el enemigo de nuestro amigo es nuestro amigo.
En respuesta al ataque policial a nuestrxs co-combatientes, decidimos atacar a la policía. La noche del 19, destrozamos las ventanas de la entrada de una comisaría de policía en Växjö, al sur de Suecia.
Un acción modesta, pero una promesa de lo que vendrá si atacan a nuestrxs compañerxs.