Entrevista de Contra Info al compa Claudio Lavazza que, desde 1996, se encuentra encerrado en las celdas de la democracia española. La entrevista se presentó en el evento en solidaridad con anarquistas presxs de larga condena que se llevó a cabo el 11 de enero de 2014 en el CSO La Gatonera, Madrid.
En la búsqueda de la libertad plena, optaste por atacar el mundo del Poder con todos los medios posibles. ¿Cuáles fueron los principales motivos que te empujaron a seguir este camino de rebeldía armada?
Los motivos por los cuales emprendí el camino de la rebeldía fueron un conjunto de circunstancias que van desde el intento de golpe de estado en Italia, utilizando la estrategia de la tensión (ataques terroristas con explosivos en lugares públicos) por parte de la extrema derecha y con la ayuda de los servicios secretos, a los ataques de los partidos políticos del arco constitucional con la Democracia Cristiana particularmente activa en señalar como responsables de los graves atentados a la izquierda revolucionaria y a los anarquistas; hasta la injusticia y el maltrato a la clase obrera perpetrados por las autoridades: las mismas que aplaudieron el gobierno fascista de Benito Mussolini y la entrada en la segunda guerra mundial de Italia al lado de los nazis alemanes.
En tu libro «Autobiografía de un irreductible«, cuentas cómo en 1981 participaste en el asalto a la cárcel de Frosinone (en la región de Lacio, Italia), con el fin de liberar a un compa que se encontraba encarcelado en ese talego. Hoy, más de 30 años después, contadas son las ocasiones en que la solidaridad de facto con lxs presxs de la guerra social llega a este punto. ¿Cómo se puede entablar de nuevo la perspectiva de la liberación inmediata de nuestrxs hermanxs?
Entablar la perspectiva de la liberación inmediata de nuestros/as hermanos/as presos/as hoy en día, igual que ayer es un objetivo fundamental en esta guerra social… pero aquí, mientras el sistema ha progresado en infraestructuras y medios de represión, nosotros nos hemos quedado en la prehistoria, sin avanzar en preparación militar y tecnológica para hacer frente a las imponentes macrocárceles. Estas construcciones aisladas de pueblos y ciudades son casi imposibles de atacar al igual que lo hemos hecho en 1981 en Italia, liberando a dos presos. Cierto es que los tiempos han cambiado. Cuando se habla de ataques al sistema, aunque no guste utilizar palabras como preparación militar y tecnológica, es evidente que de guerra y enfrentamiento se habla y para obtener éxitos es necesario estar a la altura de los tiempos que el avance tecnológico del sistema represivo impone. No digo que sea imposible atacar estructuras como las macrocárceles, pero tal como estamos es un sueño irrealizable, liberar a presos y presas allí metidos.
En tu larga trayectoria de lucha polimorfa, suponemos que te involucraste en varios tipos de organización del contraataque a lo establecido. ¿Cuáles son las experiencias que sacaste en cuanto al tema de la verdadera autoorganización del combate, sin dirigentes ni dirigidxs?
Mis experiencias en la autoorganización del combate, sin dirigentes ni dirigidos, han madurado poco a poco en 16 años de clandestinidad. Nadie nace maestro y todos tenemos que aprender de los demás, de los que tienen más preparación y experiencia; entre anarquistas tenemos unos principios sencillos que nos permiten avanzar rápidamente en la autoorganización del combate: Una vez formado el grupo, hay tareas que cada cual tiene que respetar… por ejemplo si yo soy un experto en tácticas de ataques, los demás tendrán que escucharme, sin que vean en mi un dirigente y sin que ellos se sientan dirigidos, evidentemente todos/as tienen cosas que decir en el asunto, pero si esas palabras son el fruto de la incapacidad y de la falta de experiencia tendrán que escucharme a mí, para el buen éxito de la operación. Al igual tendré yo que escuchar al experto en cualquier otra tarea, si demuestra más capacidad que yo. O sea soy maestro según las circunstancias de un momento dado, y soy alumno cuando alguien más preparado que yo toma la responsabilidad del grupo. Es así, según mis experiencias, como se crea la autoorganización.
¿Es la anarquía una vía ilegalista per se? y, si es así, ¿cómo pueden las individualidades insurrectas confluir en ríos que ahoguen las leyes y normas que nos atan a la miseria?
La anarquía es por su naturaleza ilegalista, porque trata de existir al margen de la legalidad impuesta por el sistema. Nosotros anarquistas tenemos nuestras leyes y formas de ser, que son siempre condenadas por las leyes y formas de ser de los Estados. Ese simple hecho de no aceptar las reglas impuestas por el trabajo asalariado, buscándose la vida robando el dinero a los ricos, es considerado ilegal por el sistema, pero para nosotros/as es justo y obligatorio, y por tanto legal desde nuestro punto de vista. De igual manera cualquier actitud que no participe en el mantenimiento del poder capitalista se puede considerar como ese rio de rebeldía al que hacéis referencia y que ahogará las leyes y normas que nos atan a la miseria.
Si la cita revolucionaria es cada día, surge la necesidad de la acción directa tanto por la destrucción de todo lo que nos oprime, como por la creación de un nuevo mundo. ¿Cómo casan estas dos tareas subversivas sin caer ni en la militancia seca y alienante, ni en el reformismo derrotista?
La creación de un nuevo mundo y la necesidad del trabajo revolucionario de cada día cumpliendo con las tareas subversivas, no puede caer ni en la militarización seca y alienante ni en el reformismo derrotista. Hay que tener cuidado con este asunto para no correr el riesgo de caer en el cansancio y que este propicie el abandono de los compañeros. Es aquí donde nuestra creatividad se manifiesta con la aportación de nuevos estímulos e ideas, la revolución y el camino hacia ella no pueden caer en alienaciones… hay que darse un respiro de vez en cuando si no caemos en la rutina. Los tiempos y pautas de nuestras acciones nos pertenecen, ni el poder ni la tristeza social están por encima de nuestras necesidades como personas libres.
En 1996, caes preso en el pueblo de Siete Puertas, tras la fallida huida después de la expropiación de la oficina central del Banco Santander de Córdoba. ¿Cuáles fueron las reacciones de los círculos anarquistas (entre y sin comillas) entonces, tanto en el Estado español, como fuera de él?
El pueblo donde caí preso se llama Bujalance, Sietepuertas es el nombre de la cafetería donde me pillaron los guardias civiles, esa cafetería ya no existe, una entidad bancaria ha tomado su lugar. Las reacciones de los círculos anarquistas del estado español fueron de críticas duras algunos, y otros a favor de la expropiación del banco Santander de Córdoba (uno de los más ricos de la ciudad). Desde afuera del estado español recibimos un apoyo solidario conmovedor desde Italia. Recuerdo que cuando estaba en aislamiento en la cárcel de Córdoba, herido y apaleado, me llego un telegrama de mi país que me hizo llorar por el calor y compañerismo que desprendía. Luego con el tiempo también llegaron cartas y postales desde España y otros países de la comunidad europea e internacional, muchos mensajes con la misma intensidad y cariño.
Tú llevaste a la práctica la ofensiva más allá de las fronteras de los Estados, burlando durante años a las autoridades de varios países. ¿Cómo ves la lucha antipatriótica e internacionalista de lxs anarquistas alrededor del mundo en el momento actual?
Las luchas antipatrióticas e internacionalistas de los anarquistas alrededor del mundo, las veo presentes y constantes, recibiendo a cambio durísimas reacciones policiales y de los tribunales que le tienen un miedo atroz. Vosotros/as que estáis afuera tenéis más datos que testifican la intensidad de estas luchas. Lo que me gustaría ver, antes de desaparecer, es algún que otro triunfo. Eso sería para mí y todos vosotros/as el regalo más bonito que podemos tener… Ojala sea pronto.
Encontrándote en las mazmorras de la democracia española, has llevado a cabo duras luchas por romper el aislamiento y por la abolición del régimen especial FIES. ¿Cómo evalúas estos momentos a día de hoy?
Lleve a cabo duras luchas estando en las mazmorras de la democracia española, contra el régimen FIES y el aislamiento, por la abolición de las largas condenas y las condenas perpetuas encubiertas. Ahora estoy en la lucha por la abolición de las torturas y malos tratos en las cárceles empezada en octubre del 2011, con acciones comunes realizando huelgas de hambre simbólicas el primer día de cada mes y consiguiendo así una red de apoyos de abogados solidarios para asistir jurídicamente a los compañeros en lucha, frente a las represalias del sistema penitenciario. No evaluó esos momentos de lucha como un pasado… sino como algo presente, quizás con menos intensidad y participación de la comunidad de presos que antes. Estar preso significa para mí estar en una lucha permanente. Estar preso significa estar en lucha, la cárcel no es un lugar donde uno se pueda relajar y olvidar de la realidad que lo rodea.
Tu caso es el de uno de lxs anarquistas condenadxs a penas de larga duración alrededor del mundo. Después de tantos años de encierro, ¿ha habido cambios en el ámbito de la sociedad carcelaria y su población?
Los cambios que ha habido en el ámbito de la sociedad carcelaria y su población, son muchos desde que entré por primera vez en 1980. Su población ha cambiado con la entrada de las drogas legales, suministradas a diario por parte de la administración como metadona y psicofármacos. Han conseguido aislar a una buena parte de la población reclusa, volviéndola individualista. Ya no existe esa solidaridad combativa que había antes, en donde tocaban a uno y se rebelaban todos. Hoy en día y desde hace ya muchos años, hay un control sobre los presos no solo físico, sino mental, que le impide encontrar un camino adaptado a su personalidad, las drogas tomadas a diario quitan lo mejor de uno mismo, dejándole solo la preocupación de seguir tomándolas… lo demás es secundario y de menor importancia… esta es su miserable lucha e intentar convencerlos de lo contrario en la mayoría de los casos es una pérdida de tiempo y energías. Quien se droga es esclavo del sistema por dos veces, una por estar preso y otra por ser un adicto. Por suerte, en las cárceles existe también una parte… pequeña… de población reclusa que no entra en este colectiva y es con ella que se puede luchar para conseguir cambios aquí dentro.
Siguiendo con el tema de la larga condena, ¿cómo ha influenciado tu larga estancia en cautiverio a la solidaridad expresada hacia tu persona, pero también tus relaciones de amistad y personales?
La solidaridad expresada desde fuera siempre ha sido y sigue siendo un orgullo para mí, sobre todo ahora que salió publicada mi autobiografía.
¿Cuál es el actual estado de los procedimientos jurídicos en tu contra y cuáles son las perspectivas para el futuro próximo y el más lejano?
Actualmente mi situación jurídica sigue siendo complicada, llevo 17 años encerrado y mi condena en España es de 25 años. Una vez terminada, me espera la condena en Italia de 27 años y 6 meses, y otra en Francia de 30 años (con un juicio aun por celebrar y que con un poco de suerte puede quedarse en 15 años). Mi objetivo es conseguir una refundición de las condenas pendientes en un total de 30 años, pero va a ser muy difícil que algún tribunal me lo reconozca. No existe en la actualidad ningún artículo de la legislación penitenciaria donde diga que con 30 años ininterrumpidos de cárcel me tengan que poner en libertad. Todo habrá que lucharlo hasta llegar al Tribunal de Derechos Humanos para que me reconozcan una limitación, sino lo mío va a ser una cadena perpetua.
¿Qué mensaje te gustaría transmitir a lxs que luchan día y noche, dentro y fuera de los muros?
A los que luchan día y noche, dentro y fuera de los muros le transmitiría este mensaje… manteneros fuertes y libres por que la mejor manera de luchar contra el sistema y las cárceles es no entrar nunca.
Un fuerte abrazo para todos.
Claudio.
Para escribirle:
Claudio Lavazza
C.P. Teixeiro (módulo 11)
Carretera Paradela s/n
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