Declaración sobre la situación en Ucrania, de la Unión de Trabajadores Autónomos (UTA). 19 de febrero de 2014.
La guerra civil comenzó ayer en Ucrania. Una manifestación poco pacífica se enfrentó a las fuerzas y divisiones defensoras del Estado formadas por lxs seguidorxs del gobierno actual cerca de Vekhovna Rada (Parlamento). El 18 de febrero la policía, junto a lxs paramilitares, organizó un baño de sangre en los cuarteles gubernamentales durante los cuales muchxs manifestantes fueron asesinadxs. Los carnicerxs de las divisiones especiales terminaron haciendo arrestos. Los diputados del Partido de las Regiones gobernante y sus lacayxs burguesxs del Partido «Comunista» de Ucrania huyeron del Parlamento por un túnel subterráneo. Al final, no tuvieron lugar las votaciones de las enmiendas constitucionales, que intenta limitar el poder presidencial. Después de la derrota en los cuarteles gubernamentales, lxs manifestantes se replegaron al Maidan. A las 18:00, el Ministro de Asuntos Interiores y de la Oficina de Seguridad Interna (SBU) declararon un ultimátum a lxs manifestantes, exigiendo que se retirasen. A las 20:00, fuerzas especiales policiales y paramilitares, equipadas con cañones de agua y vehículos blindados, comenzaron el asalto a las barricadas. La policía, las divisiones especiales de la SBU, así como tropas progubernamentales hicieron uso de sus armas de fuego. Sin embargo, lxs manifestantes se las arreglaron para quemar uno de los vehículos blindados de la policía y resultó que las fuerzas gubernamentales no eran las únicas en posesión de armas. Según los datos hechos públicos hoy por la policía (19 de febrero a las 16:00), 24 personas fueron asesinadas: 14 manifestantes y 10 policías. Treinta y un policías sufrieron heridas de bala. Aunque sus estimaciones de pérdidas del lado de la policía es exacto, el número de víctimas entre lxs protestantes, definitivamente, se disminuyó. Lxs médicxs del Maidan citan al menos 30 muertxs.
Da la impresión de que el Presidente Yanukovich tenía la certeza de que por la mañana la resistencia sería aplastada y, por tanto, organizó que los líderes de la Oposición se reunieran con él a las 11:00 de la mañana del 19 de febrero. Como las negociaciones no tuvieron lugar, podemos sacar la conclusión de que el plan del gobierno falló. Durante la fracasada operación de limpiar el Maidan, lxs ciudadanxs de muchas regiones occidentales ocuparon edificios administrativos y persiguieron a lxs policías. A estas alturas la policía, como Institución, no existe en L’viv. Según la SBU, lxs manifestantes consiguieron hacerse con 1500 armas. En menos de 24 horas, el gobierno central perdió el control sobre parte del país. Ahora mismo, la única solución ha de ser la dimisión del Presidente, sin embargo, eso significaría que él, su familia y sus múltiples acólitxs y subordinadxs, que son un grupo considerablemente grande en el gobierno, podrían perder su fuente de beneficios. Es muy probable que no lo acepten.
En caso de una victoria de Yanukovich, se convertirá en mandatario de por vida y el resto será condenado a una vida de pobreza, corrupción y la abolición de sus derechos y libertades. Las regiones rebeldes ahora experimentan recuperaciones masivas «del orden constitucional». No es improbable que la supresión de tales «grupos terroristas» en Galicia tengan el carácter de limpieza étnica. Los ortodoxs locxs radicales del Partido de las Regiones han visto, desde hace bastante tiempo, a lxs greco-católicxs conservadorxs como el sida de la «eurosodoma». Tal operación «antiterrorista» se llevaría a cabo con la ayuda del ejército, tal y como ya anunció el Ministro de Defensa, Lebedev.
Hoy, Ucrania vive una tragedia, pero el verdadero horror comenzará cuando el gobierno acabe con la oposición y «estabilice» la situación. Desde febrero, ya son visibles las señales de la preparación de una operación masiva de limpieza, cuando se abrieron casos criminales contra las divisiones de autodefensa de Maidan como formaciones militares ilegales. Según el artículo 260 del Código Penal, lxs miembros de dichas divisiones podrían enfrentarse a entre 2 y 15 años de prisión. Esto significa que el gobierno estuvo planeando poner entre las rejas a más de diez mil ciudadanxs. En las regiones, asó como en la capital, las «divisiones de la muerte» especiales actúan como suplemento de las fuerzas policiales habituales. Por ejemplo, la responsabilidad de quemar vivx a un/a activista de Maidan la reivindicaron estas «divisiones de la muerte» autodenominadas «Fantasmas de Sebastopol». Anunciaron que están preparadxs para dar un trato similar a lxs participantes de Maidan en el Este.
En caso de una victoria de la Oposición, la vida tampoco será precisamente perfecta. Aunque lxs fascistas son una minoría de lxs protestantes, están bastante activxs y no son las armas más afiladas de la barraca. Algunos días de tregua a mediados de febrero llevaron a conflictos entre los grupos de derechistas, resultando en muchas confrontaciones inútiles y violentas, así como ataques a lxs ideólogxs «herejes». Además de lxs fascistas, antiguxs y experimentadxs Oposicionistas también intentarán aumentar su poder. Muchxs de ellxs ya tienen experiencia trabajando en el gobierno y no son extrañxs a la corrupción, el favoritismo y el uso de los presupuestos para objetivos personales.
Las «concesiones» que la Oposición exige en el Parlamento en este momento dan pena. Incluso la Constitución de 2004, que intentan restaurar, le da mucho poder al Presidente (por ejemplo, el control sobre la policía antimotines y las fuerzas especiales) y el sistema electoral proporcional con listas cerradas, pone el control del Parlamento en manos de grupos de líderes dictatoriales, que se pueden contar con los dedos de una mano. Estxs, junto al Presidente, gobernarán sin obstáculos.
Su segunda exigencia, la reunión de un Gabinete de Ministros compuesto por líderes de la Oposición, es igualmente penosa. ¿El pueblo está arriesgando su salud, su libertad y su vida para que alguien se convierta en primer ministro y que otro consiga una oportunidad de controlar el flujo del dinero corrupto? Este es el resultado lógico de preferir conversaciones de antemano derroteras sobre «la nación» y centrarse en estructuras verticales atadas a lxs mismxs políticxs odiadxs en lugar de desarrollar organizaciones horizontales con intereses financieros y materiales. Esta es la lección principal que Maidan aún tiene que aprender.
Sin embargo, podremos aplicar esta lección a la práctica solamente si el gobierno actual pierde la batalla.
La Oposición, dentro y fuera del Parlamente, se ha roto en muchas facciones hostiles y rivales. Si gana, el régimen resultante será inestable y carente de coherencia. Será tan burgués y represivo como fue el Partido de las Regiones antes de su primera demostración de fuerza contra lxs manifestantes en noviembre.
Parte de la culpa de este derramamiento de sangre la tiene la Unión Europea que, felizmente, recibe dinero de la escoria corrupta de Ucrania, Rusia y muchos países africanos, mientras diligentemente desatienden el control de la fuente de tales «inversiones». Solo después de verse los cuerpos muertos de las víctimas de tales «inversores», se consigue tanto sentimentalismo y pathos humanitario.
Esta no es nuestra guerra, pero la victoria del gobierno significará la derrota de lxs trabajadorxs. La victoria de la Oposición tampoco nos promete nada bueno. No podemos llamar al proletariado a sacrificarse por el bien de la Oposición y sus intereses. Pensamos que involucrarse, participando en este conflicto es un asunto de decisión personal. Sin embargo, alentamos a todxs que eviten que lxs arrastren a servir en las fuerzas militares internas controladas por Yanukovich y a sabotear, con todos los medios posibles, las acciones del gobierno.
¡Ni dioses, ni amos, ni naciones, ni fronteras!
UTA, organización de Kiev
Cincuenta sombras de marrón. Kiev, 24 de febrero de 2014.
El derrocamiento del régimen autoritario de Yanukovych no significa de ninguna manera el final de la lucha para nosotrxs. Nuevxs dictadorxs se apresuran a tomar el lugar del Partido de las Regiones. No dudarán en contar con las considerablemente debilitadas agencias de seguridad, al igual que en lxs militantes de extrema derecha. El régimen policial y de arbitrariedad judicial mereció su derrocamiento incondicionalmente, pero ahora puede que llegue el momento de un nuevo terror que se auto-justificará ideológicamente.
En este momento, el poder principal está concentrado en manos del partido de la oposición «Batkivshchyna» («Patria»), que se las ha arreglado para reunir a gran parte de la clase dominante. Su líder recientemente liberada de prisión, Yulia Tymoshenko, tiene obvias ambiciones presidenciales. Cabe recordar que cuando se pronunció la sentencia de Tymoshenko, la marcha en su apoyo en Kiev no reunió a más de cinco mil personas y que en todas las manifestaciones masivas de este partido se ha tenido que usar extras pagados. Ni Batkivshchyna ni el Partido de las Regiones, prácticamente, no tienen verdaderos apoyos de base ni activistas, pero tiene bastantes recursos materiales.
Para mantenerse en el poder, el equipo de Yulia Tymoshenko tiene que apaciguar a la extrema derecha, al Sector de Derecha (SD) en particular y ya se ha intentado dos veces; se liberó a lxs fascistas que habían sido encarceladxs en casos no relacionados con Maidan tras la promulgación de la ley acordada en el Parlamento. El nuevo Ministro del Interior Arsen Avakov prometió introducir representantes del SD en su ministerio. Ahora podremos llamar a lxs policías «nazis» con razón. Pero Batkivshchyna está claramente asustado por tan apasionado e incontrolable elemento en el poder. Así que tratarán de mantener a la extrema derecha en el anzuelo, no sólo comprándolxs sino también atándolxs con sangre. El Sector de Derecha sueña con saldar cuentas con la subcultura antifascista, así que les ha dado, minuciosamente, el Servicio de Seguridad o dossiers policiales que contienen datos personales. Probablemente en un futuro cercano las autoridades harán la vista gorda ante la violencia contra la izquierda o los ataques racistas, pero lo recordaremos algunos meses después, cuando necesiten una excusa para gobernar lxs aliadxs incómodxs.
El Sector de Derecha tiene su propio juego y así ha sido durante mucho tiempo. Hoy, su líder Dmitry Jarosh exige la entrada en el poder a un alto nivel, como viceprimer ministro para las agencias de orden público. Al mismo tiempo, el periodista Mustafa Nayem ha informado, según los registros encontrados en la Administración presidencial, que Yarosh se estuvo comunicando con Yanukovych o su representante el 20 de febrero. Incluso antes de ello, el 28 de enero, se anunciaron oficialmente las negociaciones entre el Sector de Derecha y el Servicio de Seguridad/Ministerio de Asuntos Interiores. Un día después, representantes de la derecha dejaron que se escurriera este hecho, declarando «el deseo de unirse al proceso de negociación». Probablemente, estas negociaciones tuvieron lugar de hecho desde mucho antes, sobre todo, cuando se tiene en cuenta los antecedentes de todas las organizaciones que formaban parte del «Sector de Derecha»: «Tryzub» («Tridente»), así como la SNA y «Bely Molot» («Martillo Blanco») han estado interactuando activamente de varias formas con políticxs de ambos partidos del sistema y con las fuerzas de seguridad desde los noventa, dos mil.
El partido «Svodoba» («Libertad») compite tanto como Batkivshchyna como con el SD. Este último tendrá que invadir activamente el electorado de Svodoba y, para cuando lleguen las elecciones, el alejamiento entre estas fuerzas políticas aumentará. Ahora Svodoba tiene un asiento simbólico en la Fiscalía, dado que lxs policías y lxs fiscales siempre trabajan juntxs y, al mismo tiempo, se odian; sus intereses son muy similares pero a veces entran en conflicto. Este es el tipo de relación que existe entre Svodoba y el Sector de Derecha.
El Servicio de Seguridad está liderado por Nalivaychenko, que ya tenía el puesto durante la presidencia de Yushchenko. El director de seguridad del país es famoso no solamente por el juicio póstumo a Joseph Stalin por el Holodomor (lo que parece una particularmente broma pesada), sino también por la pelea contra «la organización terrorista Antifa patrocinada por el Kremlin». Después de perder el trabajo, Nalivaychenko trabajó con la ultraderecha (incluido el futuro activista de Svodoba Eugene Karas, conocido bajo el pseudónimo de «Vortex»), intentando crear un movimiento «Otpor», pero este proyecto no tuvo éxito.
Al mismo tiempo, en las regiones que aún no se someten al nuevo gobierno pero han renunciado a Yanukovych, sus propios sentimientos fascistas están madurando. Lxs representantes del Partido de las Regiones, que no consiguieron unirse a la mayoría parlamentaria, establecen bloques con pro-rusos de extrema derecha y estalinistas, cosacos y ortodoxos fanáticxs, juntxs luchan contra los, a menudo, imaginarios banderovitas [seguidorxs de Josep Bandera] mientras reprimen a periodistas y activistas pro derechos humanos. El centro marrón se enfrenta a regiones, como mínimo, igual de marrones. La única deferencia es la tradición histórica a la que apelan. Todxs se centrarán en su «lucha por los valores tradicionales», apelando a la asociación social y al mismo tiempo recortando gastos sociales.
No estamos de ningún lado en el conflicto entre nacionalistas ucranianxs y rusxs. Pero muchxs manifestantes en contra del régimen de Yanukovych se sentirán insatisfechxs tanto con las políticas rapaces de Baktivshchyna, que golpearán los bolsillos de lxs trabajadorxs, como con la «revolución nacional» del Sector de Derecha y Sbodoba, que intentarán quitar lo que queda de los derechos humanos y las libertades. Son estas personas, las indiferente a la ultraderecha y críticas a la oposición, lxs «miembros decepcionadxs de Maidan» lxs que próximamente llenarán las filas de la izquierda y de lxs anarquistas.
Unión de Trabajadores Autónomos
Declaración de internacionalistas contra la guerra en Ucrania. 2 de marzo de 2014.
¡Guerra a la guerra!
¡Ni una sola gota de sangre por la “nación”!
La lucha de poder entre clanes de oligarcas en Ucrania amenaza con llevar a un conflicto armado internacional. El capitalismo ruso pretende usar la redistribución del poder estatal ucraniano apara implementar sus longevas aspiraciones imperiales y expansionistas en Crimea y Ucrania oriental donde tiene fuertes intereses económicos, políticos y financieros.
Ante la inminencia del regreso de una nueva crisis económica en Rusia, el régimen está tratando de alimentar el nacionalismo ruso para apartar la atención de los crecientes problemas socio-económicos de lxs trabajadorxs: salarios y pensiones de pobreza, desmantelando el sistema sanitario actual, la educación y otros servicios sociales. En el trueno de la retórica nacionalista y militante es más sencillo completar la formación de un estado corporativo, autoritario basado en valores reaccionariamente conservadores y políticas represivas.
En Ucrania, la aguda crisis política y económica ha llevado a una mayor confrontación entre «antiguos» y «nuevos» clanes de oligarcas y los primeros usaron incluso formaciones ultraderechistas y ultranacionalistas para llevar a cabo un golpe de Estado en Kiev. La élite política de Crimea y Ucrania oriental no buscan compartir su poder ni propiedades con lxs próximxs gobernantes de turno de Kiev e intentan confiar en la ayuda del gobierno ruso. Ambos lados han recurrido a una histeria nacionalista rampante: respectivamente, ucranianos y rusos. Hay enfrentamientos armados, matanzas. Las fuerzas occidentales tienen sus propios intereses y aspiraciones, y su intervención en el conflicto podría llevar a la Tercera Guerra Mundial.
Camarillas beligerantes de fuerzas patronales, como de costumbre, nos obligan a luchar por sus intereses, nosotrxs la gente común: empleadxs, desempleadxs, estudiantes, jubiladxs… Embriagadxs con la droga nacionalista, nos enfrentaron lxs unxs contra lxs otrxs haciendo que olvidásemos nuestros verdaderas necesidades e intereses: no nos importan y no nos pueden importar sus «naciones», puesto que ahora nos preocupan problemas más vitales y urgentes; cómo hacer para subsistir en el sistema que ellos crearon para esclavizarnos y oprimirnos.
No sucumbiremos ante su intoxicación nacionalista. ¡A la mierda su Estado y sus «naciones», sus banderas y oficinas! Esta no es nuestra guerra y no deberíamos participar en ella, pagando con nuestra sangre sus palacios, cuentas bancarias y el placer de sentarse en sus cómodas sillas de autoridad. ¡Y si los jefes en Moscú, Kiev, Lviv, Kharkiv, Donetsk y Simferopol comienzan esta guerra, nuestra obligación es resistirnos a ella con todos los medios posibles!
NO a la guerra entre “naciones”. ¡No a la paz entre clases!
KRAS, sección rusa de la Asociación de Trabajadores Internacionales
Internacionalistas de Ucrania, Rusia, Moldavia, Israel, Lituania, Rumanía, Polonia
Federación Anarquista de Moldavia
Fracción de Socialistas Revolucionarixs (Ucrania)
La declaración está abierta a firmas