Cuando se habla de represión es inexcusable no decir nada sobre los pacos. No hay ninguna otra autoridad ni otro negocio que tenga un carácter tan evidentemente represivo como la policía. La ley dominante es la ley de los dominadores, y dentro de los significados de la dominación las brechas en la ley serán siempre perseguidas.
La persecución de las lesiones corporales, de la violación y del robo es algo necesario en el contexto de las relaciones capitalistas. Si la barbarie capitalista del «todxs contra todxs» avanzara sin los límites bien delineados del Estado, entonces prevalecería lo que el aparato de la opinión pública reconoce como «anarquía».
Una sociedad libre no necesita ningún matón o banda de asesinos que se aseguren de que todo suceda según caminos predeterminados, porque la acción emancipadora hace innecesaria la represión.
En nuestra opinión, la construcción de una sociedad liberada puede solamente suceder dando pequeños pasos cada día, en los que debemos tirar púas a las ruedas de los pacos. Así pues, mientras algunxs tratan de okupar una casa o evitar un desalojo, nosotrxs atacamos a los que vienen a aplicar la ley.
Ni qué decir tiene que unx no necesita una concepción utópica para atacar a la policía. El comportamiento de los policías de Berlín contra varias manifestaciones, contra lxs refugiadxs sin papeles o sin documentos de viaje válidos y, generalmente, la táctica invasiva en las bocas del metro (como por ejemplo el Primero de Mayo de 2014) son más que suficientes para dar motivación.
Por supuesto, no queremos ocultar el hecho de que, aparte del susto provocado, nuestro ataque no causó daños. Al mismo tiempo, queremos saludar a nuestrxs compas desconocidxs que recientemente fueron en contra de lxs policías en el barrio de Neukölln. ¡La próxima vez apuntaremos mejor!
Como siempre, más por venir de nuestra parte…