Una vez un viejo activista por la liberación animal escribió que durante los últimos veinte años ha aumentado increíblemente el número de personas vegetarianas y veganas, pero el número de activistas se ha mantenido igual. Esta cosa nos hizo pensar y nos pareció correcto traer la liberación animal a su verdadero significado: liberar a los animales.
Una noche de noviembre visitamos una pequeña granja de Orte (en la provincia de Viterbo), abrimos las puertas de las jaulas que aprisionaban a diez conejos, dándoles la libertad. A continuación abrimos el gallinero y llevamos con nosotrxs una docena de pavos y otras aves. Esta acción va dedicada a quienes están activxs en la vida real, cada unx de la manera y las formas que prefiere, ¡y no en las redes sociales!