Ojalá con cada palabra escrita una jaula se abriera y algún ave emprendiera vuelvo sin retorno, ojalá con cada oración cayera al menos un muro y quedaran nada más que las huellas en círculos de quien antes habitaba ese infierno, ojalá con cada párrafo la cerradura de alguna celda cediera por sí sola y la monotonía se transformara en una nueva oportunidad con dirección hacia la libertad. Pero las palabras no son suficientes y para generar cambios es necesaria la acción.
La campaña por el cierre del zoológico Villa Dolores se enmarca dentro de una lucha que se viene desarrollando hace varios años y es a la vez parte de una puja a nivel mundial por el cierre de todos los zoológicos, la entendemos, además, como un golpe a un mundo de dominación y explotación que avanza aplastando la vida a su paso. La campaña tiene su origen en la necesidad de desarrollar una lucha con una capacidad real para concretar el cierre del zoológico, la elección del Villa Dolores es la consecuencia de establecer un objetivo específico en el cual enfocar las acciones. Si bien tanto el zoológico Villa Dolores como el zoológico parque Lecocq y cuaquier otro zoológico deberían ser parte del pasado -o mejor aún, nunca haber existido- llevar adelante una lucha por el cierre de todos los zoológicos sólo es viable en cuanto a la difusión, en cuanto a las acciones es necesario fijar un punto al cual dirigirlas. Si entendemos a todos los zoológicos como un cuerpo enorme que hay que derribar, llevar adelante una lucha por el cierre de todos los zoológicos implicaría golpearlo en todas partes al mismo tiempo, lo cual en la práctica sería no golpear ninguna, por eso la necesidad de establecer un objetivo concreto.
«Este año cierra el zoológico» no es más que una consigna que a mediados de Febrero comienza a reproducirse por todo Montevideo, tanto en pintadas como en afiches. La campaña, a la cual le dio inicio solamente la difusión, fue seguida por la distribución de materiales informativos en ferias, plazas, toques, puertas de liceos y facultades; jornadas de difusión que incluyeron varios murales en diferentes puntos de Montevideo; intervenciones en conferencias en las que se encontraba la intendenta Ana Olivera, responsable principal del encierro en el que se encuentran sumidas cientos de vidas; concentraciones y siete marchas que recorrieron diferentes avenidas para dirigirse tanto a las puertas mismas del zoológico Villa Dolores, a la explanada de la Intendencia de Montevideo y hasta la casa de Ana Olivera. Dándole a la lucha -entre la difusión permanente, la distribución de información constante y las distintas acciones, todas enfocadas a un objetivo específico- el carácter de campaña.
No es nuestra intención, igualmente, hacer un repaso de las acciones, no es necesario, el zoológico aún está funcionando y por eso la lucha no se puede detener ni un segundo. Sí es necesario, sin embargo, pensar, pensar para hacer, pensar para seguir haciendo. Villa Dolores no va a cerrar porque sí, los responsables lo quieren funcionando, las razones son varias y vienen desde diferentes sectores, algunos quieren mantener como sea el status de una ciudad con zoológico, otros quieren seguir viviendo de un cargo con el que se llenan los bolsillos de dinero, otros no quieren renunciar a un puesto con el que están acomodados. Los responsables no van a cambiar de opinión repentinamente y querer cerrar el zoológico porque sí, no sólo eso, sino que además se empecinan en hacer las modificaciones necesarias para que siga abierto, las reformas son un claro ejemplo de ello.
Hace varios años que la oposición al zoológico Villa Dolores ha aumentado, desde las críticas de parte de muchísima gente por las pésimas condiciones en las que viven los animales hasta las protestas cada vez más continuas de parte de los que no aceptamos el encierro en ninguna de sus formas. Para entender el contexto es necesario también saber que el número de visitantes ha disminuído seriamente. Es dentro de este marco que a mediados de este año la Intendencia de Montevideo anuncia que el zoológico cerrará momentáneamente por reformas pero no fue hasta la primera semana de Diciembre que eso se concretó. Las reformas no harán otra cosa que reestructurar el zoológico, esto se traduce como el traslado de algunos animales pero mantener los autóctonos e inclusive la llegada de otras especies, además de modificar la estructura de las jaulas y un repoblamiento forestal. Nadie es tan inocente para no darse cuenta de que sigue siendo encierro pero con otro formato.
El funcionamiento del zoológico Villa Dolores es bastante similar al de una empresa, si en determinado momento hay cierto descontento con un producto lo van a modificar con el fin de hacerlo nuevamente agradable para sus consumidores, de otra forma el negocio no les sería redituable. El descontento puede ser mayor o menor y ellos ceder más o menos. El rechazo al zoológico Villa Dolores viene aumentando, ya sea en forma de críticas a causa de las condiciones o como parte de una lucha que se ha ido potenciando y la Intendencia de Montevideo tiene, por ende, que llevar a cabo modificaciones para volver a tener más visitantes, es en ese lugar donde las reformas tienen su papel.
La pregunta que nos tenemos que hacer, por lo tanto, es cómo lograr que el negocio deje de ser redituable para la Intendencia de Montevideo. Si la decisión de llevar a cabo las reformas es producto de un pequeño empujón que vienen generando las críticas y algunas manifestaciones desde hace varios años, ¿entonces porqué no damos un gran empujón de una vez por todas pero no para que lo reformen sino para que lo cierren definitivamente? Todo se trata de una puja y de un lado estamos los que luchamos por la libertad, del otro sus enemigos, entonces empujemos más fuerte, seamos más fuertes, generemos una lucha más fuerte.
Es por eso que hacemos un llamado a todos los que se sienten parte de la lucha a fortalecer las protestas, es por eso que hacemos un llamado a todos los individuos, colectivos y grupos interesados a llevar a cabo acciones para potenciar la lucha. Es un llamado a todos los que no nos entendemos a nosotros mismos como el centro y medida de todo en el mundo, ni tampoco a todo lo demás como un simple recurso, a los que no nos separamos de la naturaleza y nos entendemos como parte de ella y a ella como parte de nosotros, a los que estamos dispuestos a defenderla/defendernos como sea.
¿Qué es lo que proponemos?, preguntan algunos, proponemos una lucha con una capacidad real para concretar el cierre del zoológico Villa Dolores. El traslado de algunos animales hacia el zoológico parque Lecocq y otros zoológicos de varios departamentos para centrarse solamente en animales de Sudamérica es otra de las supuestas iniciativas de la Intendencia de Montevideo, este traslado progresivo implica entonces un incremento en el traslado de animales autóctonos hacia el zoológico Villa Dolores, por eso proponemos que las acciones tengan el claro objetivo de su cierre inmediato.
Mientras Eduardo Tavares (director del zoológico) nos trata de estúpidos cada vez que habla en los medios de (in)comunicación, Eduardo Rabelino (director de la División Artes y Ciencias de la Intendencia) habla de crear en el zoológico un entorno amigable y Ana Olivera sigue promoviendo todas las iniciativas para reformar el zoológico, nosotros decimos: no hay nada que negociar, no hay nada que dialogar. La única respuesta que aceptamos es el cierre inmediato del zoológico Villa Dolores, la campaña no se detendrá hasta alcanzar su objetivo.
¡Las reformas no nos pararán, al Villa Dolores lo vamos a cerrar!
Coordinación por el cierre del zoológico.
Montevideo, últimos días de Diciembre del 2014.