El pasado miércoles día 13 de abril a las 5 de la mañana se iniciaba una operación de los Mossos d’Esquadra en la que se registraban dos domicilios particulares y un centro social del barrio de La Salut, «los Blokes Fantasma», donde se retuvo durante doce horas a la veintena de personas que viven en el edificio.
Además del saqueo y destrucción que acompaña a todo registro policial, la operación resultó en la detención de una compañera que ya estuvo encarcelada raíz de la Operación Pandora, y sobre la cual pesaba desde el día 11 de abril una orden de detención europea bajo la acusación de haber participado en expropiaciones a entidades bancarias en territorio alemán.
Después de su traslado a la Audiencia Nacional española, el juez Eloy Velasco ha ordenado el ingreso en prisión preventiva para nuestra compañera, que ha sido trasladada al centro penitenciario de Soto de Real. Dado que también está imputada en el proceso Pandora (actualmente en fase de instrucción) y que ella misma ha manifestado su voluntad de no ser extraditada, nuestra defensa ha pedido un «condicionamiento» a la orden europea de extradición, reclamando que cumpla prisión preventiva en el Estado español a la espera de que se celebre el juicio que tiene pendiente aquí. En un plazo máximo de 2 meses (prorrogable un mes más), la Audiencia Nacional tendría que resolver si suspende temporalmente lo entrega de nuestra compañera a las autoridades alemanas o no. A partir de las noticias publicadas a la prensa alemana hemos podido saber que se le atribuye una expropiación ocurrida hace 2 años a la localidad de Aachen, durante la cual -siempre según la prensa- el grupo asaltante se llevó una importante cantidad de dinero de la entidad bancaria sin causar ningún herido ni daño personal.
Sea qué sea la evolución del proceso judicial, queremos mostrar públicamente nuestro apoyo hacia la compañera, reivindicando como nuestros sus objetivos políticos revolucionarios, su lucha y su actividad militante. Las que la conocemos de cerca sabemos que se ha ganado a pulso la solidaridad de todas. Estamos hablando de una persona luchadora y anarquista, activa desde hace años en varios proyectos antirracistas, feministas y libertarios de Barcelona, siempre solidaria con las personas perseguidas, siempre dispuesta a ayudar allá donde podía hacerlo, siempre a pie de calle, siempre generosa, alegre y sonriente con las que tiene cerca, siempre intransigente y firme contra todo aquello que percibe como injusto.
El intento mediático de convertirla en un peligro público no podría resultar más perverso. Sobre todo cuando esta operación de manipulación mediática implica presentar como víctimas a los bancos, en una inversión total de la realidad que dignifica a aquellos que nos han estado robando, exprimiendo, estafando, desahuciando y recortando impunemente durante años, mientras criminaliza a quién se rebela contra su orden y se atreve a atacarlos. A nosotros nos es del todo indiferente si la compañera es realmente responsable o no de estos atracos. La expropiación bancaria es una práctica éticamente justa y políticamente legítima, un método de lucha que forma parte de la historia de todo movimiento revolucionario. En efecto, a pesar de los intentos constantes por parte del Poder de reducir este método al ámbito del »crimen común», movido por el interés y la avaricia individual, lo cierto es que la expropiación a los lugares de acumulación de capital es una constante en nuestra historia: desde los grupos anarcosindicalistos que a principios del siglo XX robaban bancos para sostener las huelgas o ayudar las familias de las compañeras presas, hasta los diversos grupos autónomos del años 70-80 como el MIL, la OLLA o la ERAT (formado por trabajadores de la SEAT) que desviaban el dinero acumulado por ricos a los varios proyectos de las explotadas en lucha, pasando por los grupos de maquis como los de Sabaté o Facerías, que en la posguerra practicaban atracos para financiar la resistencia al régimen franquista. La expropiación, tanto en su vertiente de expresión táctica de una lucha política general, como en la forma de bandidismo social en la que se recupera aquello que los bancos nos roban para liberarse de las cadenas de la explotación laboral y del paro, no nos parece algo en principio reprobable, sino más bien todo lo contrario. Que haya gente que se harte de ser sistemáticamente mangoneada y exprimida por la mafia legalizada confirma que »no somos mercancía en manso de políticos y banqueros» y que la condición humana se resiste a aceptar sumisamente la dictadura del capital sobre nuestras vidas.
La cacería policial y mediática desplegada raíz de estos atracos en Alemania no nos tiene que hacer perder la perspectiva ni confundirnos de enemigo. El verdadero peligro público es el poder representado por criminales como Wolfgang Schäuble y Angela Merkel, el poder que no ha vaciado un par de cajas fuertes, sino la riqueza social de pueblos y territorios enteros. Es el poder de las élites transnacionales que han abocado a millones de personas a la miseria para imponer las medidas de austeridad funcionales a su proyecto neoliberal e imperialista. La detención de nuestra compañera es sólo un motivo más para combatir a estas élites y el sistema que representan, un sistema únicamente movido por la acumulación de dinero en unas pocas manos a expensas del sufrimiento, la desposesión y la explotación del resto. Ni la persecución policial ni la propaganda masiva del régimen pueden ocultar lo que ya se evidente para todo el mundo, y es que, como dijo el poeta, ¿qué delito es robar un banco comparado con fundarlo?
Libertad inmediata para la compañera encarcelada en Madrid!
Paremos el proceso de extradición!
Solidaridad con el CSO blokes fantasma y con todas las luchadoras perseguidas!
Mientras haya miseria, habrá rebelión!
Compañeras de la encarcelada.
15 de abril del 2016
Barcelona
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