El Estado/Capital nos violentan a cada momento, en todos los aspectos de nuestra vida podemos percibir su asedio: trabajo, escuela, espacios públicos, relaciones interpersonales; todo en este mundo se determina por ello. Existimos y funcionamos para y por la ganancia, nada más importa. Sin embargo algunxs no se conforman con arrastrar una masa amorfa de carne y huesos y escupen su desprecio por el orden y la paz social.
Este es el caso de muchxs sujetxs encerradxs en las mazmorras del Estado, condenados a pagar el delito de no ser un ciudadano obediente, un esclavo agradecido por sus cadenas; desafiando así a quienes nos condenan a la miseria y a la violencia cotidiana (políticos, banqueros, empresarios, narcotraficantes, jueces… en suma sus representantes). Reafirmando una vez más que el sabotaje cotidiano, el ataque a los símbolos del capital y/o la normalidad ciudadana, hasta la insurrección generalizada del proletariado forman parte de una unidad en la lucha por la destrucción del capital.
Nuestro desprecio por todo eso, nos motivó a incendiar algunos objetos para cortar el flujo de mercancías (objetos subjetivisados y/o sujetos objetivizados), como forma de sabotaje a la normalidad barbárica e inhumana a la que nos condena esta sociedad, como forma de difundir y saludar el esfuerzo de los que luchan desde la prisión, en especial a los que desde el 28 de octubre se encuentran en huelga de hambre en reclusorios de la CDMX: Fernando Bárcenas, Luis Fernando Sotelo (recientemente sentenciado a 33 años y 5 meses de prisión) y Abraham Cortés.
Libertad a lxs presxs de la guerra contra el capital.
Solidaridad con lxs compañerxs sujetos a procesos penales y condenados en libertad.
Contra el estado y el capital: guerra social.
Desprecio infinito a los patéticos policías sin salario, aquellos ciudadanos apaga barricadas y soplones.
Gente X