Según la última actualización, enviada por la CNA México, el 26 de julio el compa fue trasladado al área de población gracias a la presión y movilización de individuos y colectividades solidarias. Sigue otra carta pública de Fernando con fecha de 25 de julio:
Queridxs amigxs
Les escribo para informar un poco sobre mi situación actual. Luego de ser conducido al módulo de máxima seguridad en donde me encuentro por ahora esperando la revaloración del consejo técnico interdisciplinario para determinar mi ubicación. Anteriormente me ubicaron en esta área argumentando mi seguridad, aunque en realidad se trata de la seguridad de la institución.
Agradezco los gestos de solidaridad de lxs compañerxs que han hecho cosas para poner fin a la segregación que me fue impuesta por no aceptar el sometimiento de los sueños de libertad y por continuar con los proyectos que hasta ahora siguen en pie, como la biblioteca alternativa que compañeros continúan edificando en el auditorio de la población general y el periódico de combate anti-carcelario El Canero, el cual fue descubierto por los carceleros en la revisión de mis pertenencias, cabe mencionar que al ser conducido de vuelta al módulo (MMS) me advirtieron que podían matarme por lo que digo y que detuviera la edición del periódico, el cual desde luego no agradó mucho al personal de seguridad. También es importante mencionar que sigue en proceso la petición del beneficio penitenciario que bajo propio derecho he interpuesto para reducir la pena en prisión y así poder extinguirla en «libertad», en cuanto esto debo decir que no reconozco las herramientas legales del estado. Sin embargo, mi situación de ha tornado complicada en el penal y está en riesgo mi integridad por lo cual busco alguna vía para recobrar a tranquilidad.
Por esto hago un llamado a todxs lxs compañerxs afines y solidarixs para presionar por esta resolución que es de máxima importancia para mi seguridad.
También quisiera hacer un llamado a no dejar de lado las cosas, a no actuar sólo cuando algo grave pasa, no debemos bajar la guardia, debemos permanecer siempre alerta pues en la prisión el tiempo corre de manera diferente. La vida de unx presx no se cuenta por años, sino por horas, minutos, segundos…
Esto es un grito abierto a la reflexión sobre la solidaridad revolucionaria que en estos días está haciendo mucha falta.
La continuidad de esta guerra declarada contra todxs y cada unx de nosotrxs debe pasar por asumir que la cárcel está en todas partes, que podemos asumir el riesgo de vivir y sentir o perder en el transcurrir cotidiano de los días sin vida, sin libertad y sin sentido. Y por eso seguimos en guerra, hasta que todxs seamos libres.
25 julio 2017
Fernando Bárcenas.